Más de 10.000 viajeros afectados
La investigación del caos ferroviario: los detalles a favor y en contra de la teoría del sabotaje
El ministro Puente asegura que quien robó cables de cobre en la provincia de Toledo "sabía a lo que iba", pero la Guardia Civil insiste en que todavía es pronto para llegar a conclusiones categóricas

Línea ferroviaria en la que se ha producido el robo de cobre y la avería en la catenaria. / GOBIERNO DE ESPAÑA


Juan José Fernández
Juan José FernándezReportero
Redactor Jefe.
Profesor en el Master de Periodismo Avanzado – Reporterismo de la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna (Universitat Ramon Llull).
Diplomado por el CESEDEN en Altos Estudios de la Defensa Nacional.
Fue jefe de Información y Reportajes y jefe de Redacción de la revista Interviú durante 19 años.
El robo de cables de cobre ocurrido este domingo en cinco puntos de la provincia de Toledo, que ha provocado abundantes retrasos en las líneas de alta velocidad entre Andalucía y Madrid y afectado a más de 10.000 viajeros, tenía, según Óscar Puente, un objetivo que iba más allá de la reventa del material en el mercado negro. “Es una acción bastante coordinada. Quien lo ha hecho sabía a lo que iba porque es una zona donde no hay cámaras. Una zona en la que no hay prácticamente nada. El rédito económico que se obtiene de una operación de estas características es despreciable frente al daño que se causa. Yo no hablaría de robo, hablaría más bien de estragos”, ha señalado este lunes en la Cadena Ser el ministro de Transportes, alentando así la tesis de un sabotaje. Fuentes de su departamento defienden también la posibilidad de que el objetivo fuese incluso “político”, pero evitan ir más allá y señalan a la investigación que está llevando Interior.
En la Guardia Civil, sin embargo, aseguran no tener las cosas tan claras. Al menos, de momento. “La intencionalidad tardará en conocerse y primero hay que descubrir a los autores”, explican fuentes del instituto armado, que ha abierto una investigación sobre el robo, siguiendo instrucciones del Juzgado de Instrucción.
De acuerdo con los primeros datos obtenidos, las pesquisas sobre la motivación de este delito no permiten llegar a conclusiones categóricas, detallan los mismos interlocutores.
Sin “señales” de camiones o furgonetas
Hay detalles que alientan la tesis del sabotaje. Por un lado, el hecho de que no se robaran grandes cantidades de cableado de cobre, y que por lo tanto su valor económico en el mercado negro sea muy escaso, como ha incidido Puente. Según los cálculos preliminares, los 150 metros de cable desaparecidos costarían en torno a 300 euros. Por otro, el que en principio, con todas las cautelas, los autores del delito no utilizaran medios importantes para transportar el material, como furgonetas grandes o camiones, ya que en uno de los puntos del robo no se aprecian “señales” de este tipo de vehículos.
Aun así, también hay datos que coinciden con los hurtos ordinarios, en los que la única motivación de quienes los cometen pasa por lograr un beneficio económico. Fundamentalmente, tres: el robo tuvo lugar en puntos diversos y no en uno solo, no había cámaras instaladas en ninguno de ellos y se produjo en un domingo, que suele ser la fecha “típica” elegida por los ladrones de cable, explican fuentes de la Guardia Civil.
Pero en el Ministerio de Transportes aportan otros detalles. “En este tipo de actos, como mínimo, se contempla la hipótesis de bloquear la vía. Se ha cortado un cable de seguridad, que sensoriza las vías y permite saber dónde está el tren. Si se sustrae, deja a ciegas la vía”, explican fuentes del departamento que dirige Puente. “Ese cable, que tiene muy escaso valor, es el óptimo para privar de servicio a toda la línea. El cable que se roba nos permite saber si hay un tren o no lo hay en la vía. La circulación necesita contar con un espacio limpio por delante de bastantes kilómetros y para que esa seguridad esté garantizada está el cableado en vía que manda una señal y garantiza que no hay obstáculos delante. Eso provoca que en la zona la velocidad máxima es que sea a 40 kilómetros por hora”, añaden.
El choque entre el PP y el PSOE
Mientras tanto, el nuevo caos ferroviario ha saltado a la continua refriega política entre el PSOE y el PP. Para el líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, lo ocurrido lanza “imágenes impropias de la cuarta economía del euro”, al igual que el apagón sufrido en todo el país hace justo una semana. “España tiene que volver a funcionar”, ha escrito el jefe de la oposición a través de la red social X, en un mensaje que para los socialistas supone un ejemplo claro de “carroñerismo político”.
El PSOE ha insistido en la teoría del sabotaje. “Cada vez que hay un acto vandálico en nuestro país, ya sea un atentado contra una sede del PSOE o el sabotaje de una línea de AVE, aparece el carroñero político. Se trata de una especie oriunda de la derecha y la extrema derecha españolas que, tanto con sus silencios como con sus tuits, siempre trata de aprovechar la desgracia ajena para intentar reanimar su maltrecha carrera política. Es lo que ha hecho Feijóo esta mañana. El sabotaje de la línea de alta velocidad no le interesa ni siquiera para condenarlo, y solamente trata de arrimar el ascua a su sardina aprovechándose de las molestias que están sufriendo los pasajeros”, han criticado los socialistas en un comunicado.
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