Colectivos vulnerables

Las residencias denuncian el olvido durante el gran apagón: "Subimos a pulso a cien abuelos en sillas de ruedas"

La Conselleria de Drets Socials i Inclusió ha llamado este martes a todos los centros geriátricos en Catalunya y asegura que no se han producido incidencias graves

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Residencia de ancianos Gure Etzea, de Barcelona.

residencia de ancianos Centro Geriátrico Gure Etzea / ZOWY VOETEN/ Video Europa Press

Elisenda Colell

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"No se acercó ninguna institución: ni policía, ni servicios sanitarios, ni inspección... nadie se acercó a las residencias a ver cómo estábamos, a ver qué estaba pasando", lamenta Ignasi Freixa, responsable de la Unió de Petites i Mitjanes Residències de Catalunya (Upimir) al día siguiente del gran apagón. "Teníamos que subir a los usuarios a pulso", lamentaban este martes varios trabajadores, agotados. El Departament asegura que hizo todo lo que está en su mano para ayudar a todos los centros residenciales que dependen del Govern, especialmente los geriátricos. "No ha habido incidencias graves, pero los bomberos y la policía entraron a rescatar personas que se habían quedado atrapadas en el interior de estos centros", explica el secretario general de la conselleria, Raúl Moreno, que agradece el sobreesfuerzo de los trabajadores.

El malestar en los centros residenciales, que ya sufrieron el olvido durante la pandemia del coronavirus, y que este martes no dan abasto ante la falta de personal, volvieron a ser, de nuevo, uno de los sectores más afectados del gran apagón del lunes. La afectación tuvo mucho que ver en función de a qué hora recuperaron la conexión eléctrica y, sobre todo, si los centros disponían de generadores y grupos electrógenos. "Las residencias pequeñas fueron las más afectadas sin duda, yo no tengo espacio para tener un generador", explica Freixa.

"Al final estamos igual que con el covid: solos"

— Andrés Rueda, director de Ascad

"No podíamos contactar con emergencias"

Uno de los centros afectados fue la residencia La Sagrera de Barcelona, gestionada por la entidad Vella Terra pero que dispone de plazas públicas. Trabajadores del centro explican a este diario que los más de cien usuarios tuvieron que regresar de noche a sus habitaciones con la única ayuda de la fuerza de los cuidadores. "Son personas que van con sillas de ruedas, como los ascensores no funcionaban tuvimos que subirlas a pulso, con sillas. También subimos a pulso la comida, con ollas".

La conselleria también confirma que la residencia valoró que dos ancianos con obesidad durmieran sobre colchones improvisados ante la imposibilidad de subirlos a pisos superiores. La medida incluso se llegó a pactar con las familias. Un procedimiento de emergencia que se conoce como 'cota cero'. "No hizo falta porque la luz volvió a las 20.30 y regresaron a sus camas", explican desde el Govern.

 "No pudimos contactar ni con el ayuntamiento, ni con bomberos ni Protección Civil", cuentan desde la residencia La Sagrera de Barcelona 

"No podíamos contactar con emergencias, fuimos hasta la comisaría de la Urbana pero nos dijeron que no podían hacer nada... y apenas teníamos gasolina para mantener el generador", se quejan empleados del centro. "En ningún momento hemos podido contactar con ningún teléfono del ayuntamiento, ni bomberos ni Protección Civil... lo intentamos todo", siguen los trabajadores de este geriátrico.

"Se hubiera agradecido algún mensaje de la conselleria con algún tipo de información. Pero ¡ni pío... como con el covid!"

Andrés Rueda

— Asociación de directores de servicios a la dependencia Ascad

El lunes en las residencias la prioridad eran las personas que necesitaban estar conectadas a un respirador. "Teníamos miedo de quedarnos sin combustible", explican algunos empleados, que trabajaron con linternas para ahorrar el gasto de los generadores. "En mi residencia, de 45 residentes y sin generador, el ascensor no funcionaba y algunos ancianos se quedaron atrapados en sus habitaciones, en la planta cero o en el comedor. Los trabajadores aportamos nuestro granito de arena y pudimos darles de comer a todos en su lugar porque les subimos, y bajamos, a pulso", explica otra empleada de un geriátrico de Girona que también pide anonimato.

Gestión de Drets Socials

La Conselleria de Drets Socials i Inclusió explica que ya en el primer momento de la emergencia se trató de contactar con todos los geriátricos de Catalunya para saber el estado de las incidencias, medida que se repetía cada una o dos horas. "Las comunicaciones eran complejas, iban y venían", comenta Moreno. En este contexto, explica, se activaron los cuerpos de emergencias que fueron necesarios, especialmente para extraer a residentes atrapados en ascensores. Otra de las preocupaciones fue conseguir combustible para los centros que no tenían y pactaron con Repsol para que no faltara gasolina o diésel en ningún momento. Al final no hizo falta, dice Moreno, porque la mayoría de centros recuperaron la electricidad poco después del atardecer. "No ha habido ningún incidente grave, la gente ha pasado bien la noche gracias a la dedicación, una vez más, de los profesionales de las residencias que han podido responder con calidad de servicio", agradece Moreno. A lo largo de este martes, la conselleria ha vuelto a llamar a todas las residencias preguntando por lo ocurrido y poniéndose a su disposición. "No hemos detectado ninguna incidencia grave", aseguran.

La patronal ACRA, mayoritaria en el sector, confirma esta preocupación por la gasolina. "Teníamos miedo que fallara el gasoil porque había colas en las gasolineras y muchas cerraban porque no podían usar las bombas", explica la presidenta, Cinta Pascual. "Hay una cantidad de personas que tienen respiración asistida con oxígeno que se podían quedar sin aire y tampoco se podía triturar los alimentos de las persoans que no pueden comer sólido", cuenta.

"¿Cómo habríamos llegado al hospital?"

En cambio, algunas voces del sector no opinan igual. "Se habría agradecido algún mensaje de la conselleria con algún tipo de información. Pero ¡ni pío... como con el covid!", lamentaba el lunes de madrugada Andrés Rueda, director de la Asociación de Directores de Servicios a la Dependencia Ascad. "¿Qué pasa si hay una urgencia? ¿Un problema de salud? Se hubieran agradecido instrucciones ni que sea por radio dirigidas a los profesionales. Ya nos podrían dar 'walkie-talkies' para llamar a la policía... Al final estamos igual que con el covid, más solos que la una", se queja Rueda.

La realidad del millar de geriátricos en Catalunya fue distinta en función del territorio. Mientras algunos centros del área metropolitana denuncian falta de apoyos, en Manresa la Guardia Civil acudió a dos residencias de ancianos en Artés (Bages) para ayudar a subir a los residentes impedidos y con movilidad reducida a sus plantas. "Yo tengo la suerte que en mis dos residencias, en total 52 personas usuarias, nadie tiene apoyo vital de oxígeno ni hubo ningún problema grave, pero ¿cómo hubiéramos llegado al hospital? ¿A pie? ¿Con señales de humo?", plantea Freixa.

El responsable de la Upimir reprocha que nadie de la Generalitat se desplazara in situ en los geriátricos para ver lo que ocurría y preguntar qué necesitaban. "Lo único que recibimos fue un correo pasadas las siete de la tarde de Drets Socials donde nos preguntaban si teníamos generadores y nos instaban a contactar con ellos si teníamos algún problema. Los que estaban sin luz ni internet... ¿cómo recibieron este correo electrónico? ¿Cómo pueden reportar problemas por 'email' si no pueden ni tan siquiera recibirlos?", se queja Freixa.

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