“Con papel y boli”: así se organizaron muchos vecinos en Barcelona durante el apagón del lunes para comunicarse

“Nos hemos comunicado como antes, con papel y boli”. Esa frase se repitió en boca de muchos vecinos este lunes 28 de abril, cuando un apagón masivo dejó a buena parte de España sin electricidad ni cobertura móvil durante varias. Sin embargo, la falta de conexión digital no supuso un aislamiento total, ya que surgieron soluciones vecinales y espontáneas.

La caída simultánea del suministro eléctrico y de las redes móviles hizo que miles de personas se vieran, de pronto, desconectadas. Sin WhatsApp, sin llamadas, sin datos. Y, sin embargo, la ciudad no se paralizó, o al menos, del todo.

En algunos portales de viviendas y puertas de comercios aparecieron mensajes escritos a mano: desde simples “Cerrado por apagón”, "Cerrado por el día de hoy, nos pondremos en contacto para reagendar las citas" hasta otras más personales como “Estamos en el parque”, para informar a familiares y amigos del paradero de los vecinos de la casa.

Los establecimientos - la gran mayoría sin generadores - cerraron sus puertas, pero muchos de ellos decirieron informaron con bolígrafo y papel. Comercios de barrio, farmacias y cafeterías de l’Eixample, Gràcia y el Poblenou optaron por colgar notas visibles ante la imposibilidad de operar con datáfono o de responder al teléfono.

Uno de los puntos neurálgicos fue el Media Markt ubicado en Avinguda Diagonal, 477, que se convirtió en un pequeño centro de conexión improvisado. Allí se acercaron decenas de personas. “La mayoría venía a cargar el móvil, mirar Google Maps o simplemente enviar un mensaje. Algunos no sabían ni dónde estaban”, explica un vecino a este diario. Algunos turistas aprovecharon para hacer videollamada con sus familiares para explicarles la situación

También el Hospital Clínic se transformó en un refugio tecnológico. Con generadores eléctricos en marcha y red wifi activa, el vestíbulo del centro acogió a vecinos del barrio, estudiantes universitarios y trabajadores que se conectaban desde sus portátiles.

“Vinimos porque teníamos que enviar un trabajo y era el único sitio con conexión”, comentó una estudiante de medicina. Otros simplemente acudieron a los cajeros automáticos del hospital, que funcionaban, para sacar efectivo ante la caída generalizada de sistemas. La afluencia fue constante durante las horas de corte.

Los servicios de emergencia de Bombers afrontaron también su particular desafío. Solo el parque central de Bombers en Bellaterra, dotado con generador, pudo mantener operativas sus comunicaciones digitales, tal como ha confirmado el jefe del Parc de Sabadell. En el resto de los parques, la coordinación se sostuvo mediante walkie-talkies, recuperando un sistema que, aunque más limitado, permitió seguir gestionando las intervenciones con normalidad. Los Mossos d’Esquadra también recurrieron a sus sistemas de radio internos, con canales independientes de la red comercial, para garantizar la continuidad del servicio, según ha comentado este martes el inspector de los Mossos, Felip Garcia.

El apagón del lunes dejó en evidencia la dependencia funcional de la sociedad respecto a los sistemas digitales. Sin electricidad ni red móvil, se detuvieron actividades cotidianas como los pagos, la navegación, las comunicaciones familiares o la coordinación de servicios. En ese contexto, los vecinos recurrieron a métodos básicos para seguir conectados: notas escritas, mensajes en escaparates, puntos de encuentro pactados verbalmente o el uso de redes wifi en espacios con generadores.

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