Aniversario 'horribilis'
Las 22 horas de odisea "inhumana" de Karla y Javi entre Albacete y Madrid, durmiendo en un polideportivo de Cuenca: "Ni nos dejaban salir del tren"
La pareja preveía celebrar el 26º cumpleaños de él en la capital, pero el apagón les deparó el peor viaje en tren de sus vidas: "Hablamos con un amigo para que nos viniera a rescatar, pero no nos dejaron irnos"
EN DIRECTO: Apagón de luz en España, hoy en directo: última hora de las causas del corte, Pedro Sánchez y Red Eléctrica

Karla y Javi, refugiados en un polideportivo de Cuenca. / Cedida


Sergio R. Viñas
Sergio R. ViñasPeriodista
Sergio Rodríguez Viñas nació en Sabiñánigo (Huesca) en 1989 y se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 2011. Desde 2009 y hasta 2021, trabajó en El Mundo como corresponsal de Deportes en el País Vasco y Navarra. En septiembre de 2021, se incorporó al equipo fundacional de El Periódico de España como redactor y posteriormente jefe de Deportes, cubriendo el Mundial de Qatar 2022 y los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde abril de 2025 forma parte de El Periódico, como redactor especializado en los clubes de fútbol de Madrid (Real Madrid y Atlético) e instituciones como LaLiga, la RFEF, el CSD y el COE.
22 horas para cubrir en tren el trayecto que separa Albacete de Madrid. Diez de ellas encerrados en un vagón con un calor insoportable, sin más auxilio que "una botella de agua y un trozo de cartón para abanicarnos", sin poder siquiera acudir al servicio. Tres de ellas intentando maldormir en un polideportivo de Cuenca, tirados en el suelo sobre esterillas, "porque éramos 400 personas y solo había 50 camillas". Esta es la historia del peor cumpleaños de la vida de Javi y de su novia Karla en el día del apagón que fundió a negro España. Una historia que se podría haber evitado… pero no se lo permitieron.
El tren quedó parado a 15 minutos de Albacete, pero a las 18.00 la orden fue remolcar el vehículo hasta Cuenca, a 150 kilómetros
Javi y Karla viven entre Euskadi y Navarra, pero el pasado fin de semana se habían desplazado hasta Albacete para visitar a un amigo, el futbolista Javier Martón, que juega en el club manchego cedido por el Athletic. “Y como este lunes Javi cumplía años, 26, decidimos aprovecharlo para pasar el día en Madrid”, explica Karla en conversación con EL PERIÓDICO.

Unas 400 personas durmieron en un polideportivo de Cuenca. / Cedida
A las 12.30 horas, el Avlo que cubría la ruta Murcia-Valladolid llega a la estación de Albacete. La pareja se sube pensando que en una hora estarán en Chamartín. 15 minutos después, sin embargo, el tren se queda parado. “Nos dicen que hay un problema en la infraestructura y que la parada es por tiempo indefinido. Nos empiezan llegar noticias de familiares en Madrid, Salamanca y Bilbao que nos dicen que no tienen luz. Ahí empezamos a ver que la cosa iba para largo”.
Encerrados sin aire ni escapatoria
El calor pronto empieza a ser un problema. No hay aire acondicionado, porque el tren reserva su remanente de batería para emergencias graves que puedan surgir, como el uso de un desfibrilador. Una botella de agua y un trozo de cartón son los únicos alivios. Javi y Karla ven que aquello va para muy largo y tienen una idea.
"Para entonces aún teníamos cobertura. Hablamos con nuestro amigo de Albacete, porque estábamos a 20 minutos en coche de su casa, para que nos viniera a buscar. Le mandamos la ubicación y ya estaba de camino. Pero en el tren nos dicen que no, que por motivos de seguridad no se podía salir del tren al exterior. No entendíamos nada, pero fue imposible, no nos dejaron".
Solo después de cinco horas accedió el personal del tren a abrir las puertas para que hubiera ventilación
Karla y Javi podrían haberse ahorrado casi 20 horas de agonía innecesaria, pero el personal del tren les impidió poder hacerlo. De hecho, ni siquiera aceptaron de inicio abrir las puertas de los vagones para que hubiera un mínimo de ventilación. Solo pasadas ya cinco horas de encierro aceptaron abrir las puertas… pero sin permitir salidas.

El selfi que se tomaron Javi y Karla justo después de que el tren se detuviera. / Cedida
Aseos inservibles y sin alternativas
“Y no podíamos ni ir al baño, porque llegó un momento en que se colapsaron porque no había electricidad para tirar de la cadena. Había niños y personas mayores, algunos pasajeros empezaron a perder los nervios y a gritar. Era inhumano”.
Los trabajadores del tren reclamaron el envío de agua y comida, pero nadie atendió sus demandas durante las 10 horas de encierro. A eso de las 17.30, tras casi cinco horas en el tren, la cobertura se pierde. Karla y Javi no volverían a poder hablar con su familia hasta la 1.00.
"No podíamos ni ir al baño, porque llegó un momento en que se colapsaron porque no había electricidad para tirar de la cadena"
Finalmente, a las 18.00 horas, comunican a los pasajeros que van a ser remolcados hasta Cuenca por una locomotora. "Nos quejamos porque no entendíamos nada, estábamos a 15 minutos de Albacete y a 150 kilómetros de Cuenca, pero era la orden que recibieron. Tendría su explicación, pero es que en esa situación...".
Cuatro horas en el tren remolcado
El trayecto remolcado tarda cuatro horas, incluidas dos paradas de emergencia porque había pasajeros que se encontraban mareada por el calor y la falta de alimento. En una de ellas, finalmente, les permitieron salir del tren para orinar, dar un paseo, ventilarse…
"Había niños y personas mayores, algunos pasajeros empezaron a perder los nervios y a gritar. Era inhumano"
A las 22.00 horas, los alrededor de 450 pasajeros del Avlo que tenía que llegar a Madrid a las 13.00 alcanza la estación de Cuenca. Pero nadie contaba con ellos. Les reciben trabajadores de la estación y un agente de la Guardia Civil, que no tenían ni idea de que por allí iba a llegar un tren remolcado con casi medio millar de personas a bordo.
Pasan dos horas en la estación, mientras que quienes son de Cuenca o conocen a alguien por ahí abandonan al fin la aventura. El resto esperan acontecimientos, mientras comienzan a llegar efectivos policiales para controlar la situación y ambulancias para atender a las personas que lo necesitaban. Sigue sin haber cobertura.
Comida y agua al fin
“Al final nos comunican que nos van a llevar en autobuses hasta un polideportivo para pasar la noche”. Suena al plan menos apetecible del mundo, pero ahí les proporcionan agua y comida, "bocadillos, manzanas y galletas". La Cruz Roja empieza a traer mantas y también camas portátiles, pero no consiguen más de 50. El resto, cogen esterillas del almacén del polideportivo y se tiran al suelo.

Karla y Javi en el polideportivo de Cuenca. / Cedida
Son ya las 3.00. La cobertura y la luz ya han regresado a Cuenca. Karla y Javi pueden contactar de nuevo con sus familias y dormir de aquella manera "un par de horas". A las 08.00 les llevan a la estación de Cuenca y pasadas las 09.00 cogen un tren rumbo a Madrid, donde hacia las 10.00 les esperaba la tía de Karla. Fin.
Para entonces, ya ni pensaban en que su amigo Javier Martón les podría haber rescatado de esa odisea 20 horas antes. Solo en que su odisea se había terminado. "Ahora nos vamos a comer a un restaurante en el que hemos reservado, a ver si podemos recuperar la noche de hotel que teníamos reservada para el lunes y a celebrar su cumpleaños". Felicidades, Javi. Te has ganado la celebración.
Suscríbete para seguir leyendo
- El pediatra Carlos González, sobre cómo conseguir que los hijos estudien: 'Matamos su deseo de estudiar
- Ferran Lalueza, profesor: 'Los jóvenes no llaman por teléfono por miedo a mostrarse como son, pero en el trabajo deben hacerlo, no es una opción
- Adiós a los bonos gratuitos de Rodalies Renfe: llega el día
- La antigua sonda soviética Kosmos 482 se estrellará este sábado contra la Tierra: su detonación puede equivaler a 250 gramos de dinamita
- Mario Alonso Puig, médico: 'Nuestra mente está proyectando continuamente películas de lo que podría salir mal
- Oscar Rosero, endocrino: 'Romper el ayuno con estos alimentos provoca un aumento de la glucosa desde temprano
- Municipios catalanes entierran las tuberías de amianto sustituidas en lugar de trasladarlas al vertedero de Castellolí
- La 'generación muda' llega a la oficina: el 81% de los jóvenes sienten ansiedad antes de llamar por teléfono