Testimonios

Los audios de la dana: las llamadas de auxilio en la trágica noche del 29 de octubre

Con el 112 colapsado, cientos de personas angustiadas y en situaciones límite llamaron esa noche a À Punt en busca de ayuda

La radiotelevisión pública abrió los micrófonos y facilitó rescates y la comunicación entre familiares separados por la barrancada

Momento en que el barranco del Poyo se desborda en Paiporta el 29 de octubre.

Momento en que el barranco del Poyo se desborda en Paiporta el 29 de octubre. / Miguel Angel Montesinos

Isabel Olmos

València
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' Están subidos a un muro. Llevan dos horas ahí y no han podido contactar con nadie'. 'Llamo de una residencia de Sedaví. El agua está subiendo al primer piso. ¿Aguien nos puede ayudar?' 'Hacemos un llamamiento porque hay nueve coches atrapados con gente dentro'. 'Es una lástima ver como grita la gente y no poder ayudarles'.

El 29 de octubre pasaron muchas cosas. Algunas se han contado y recontado a lo largo de estos seis meses para intentar esclarecer lo que sucedió. Otras, como en un bucle del que los valencianos no podemos salir hasta que no se sepan todas la respuestas a todas las preguntas todavía sobre la mesa, nos retrotraen una y otra vez a aquella oscura jornada en la que todo cambió. Los medios de comunicación llevaban días advirtiendo con profusión de datos sobre el episodio meteorológico extremo que se iba a vivir en la C. Valenciana aquel martes. Y ese día, desde primera hora, Levante-EMV y todos los medios valencianos informaron puntualmente de lo que sucedía. Incluso más. Los medios de comunicación fueron marcando uno a uno los lugares en los que la vida ya corría peligro -la Ribera, Utiel, Chiva, Camp de Túria...hasta l'Horta Sud- e incluso advirtieron a la población de que evitaran los desplazamientos innecesarios. Periódicos, televisiones y radios públicas y privadas no solo cumplieron con su labor esencial de informar a la ciudadanía de lo que estaba sucediendo minuto a minuto sino que, en algunos casos, hasta pudieron hacer más. Pudieron salvar vidas.

Hoy les cuento lo que pasó la tarde-noche de aquel 29 de octubre en la radiotelevisión pública valenciana, À Punt. Pónganse en situación: el 112 está colapsado, los barrancos del Poyo, la Saleta, Horteta y el río Magre se han desbordado y, con un aviso que llegó incontestablemente tarde, el agua estaba arrastrando a miles de personas y atrapando a otras miles en coches, locales comerciales, tejados, árboles, farolas y garajes. Muchos pueblos se habían quedado sin luz y la desesperación crecía. El agua lo estaba inundando todo. Todo estaba oscuro.

Esa noche tocaba retransmisión de fútbol en A Punt, Jugaba el Villareal en Mallorca contra el UD Poblense. Un partido que se jugó, pero que ya no se retransmitió. La cadena llevaba todo el día informando de las numerosas inundaciones, tornados y desbordamientos que asolaban gran parte de la provincia de València. Al llegar la tarde, el director de Informativos, Iván Esteve, decidió 'reconvertir' toda la programación de la noche en un especial informativo sobre la dana con ronda de corresponsales y llamadas a alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados. 'No habían pasado ni 10 minutos cuando nos avisaron de que la gente estaba llamando masivamente a la centralita pidiendo ayuda porque no conseguía contactar con el 112 y suplicaba que les rescataran. Y decidimos abrir los micrófonos, sin escaleta y sin guión', explica Esteve. Los periodistas Alba Requejo durante las primeras horas y Gustavo Clemente después fueron los encargados, junto a Jordi Sanchis, de responder, como podían, a las llamadas de angustia de los oyentes.

Ante la dureza de la llamada, A Punt contactó de nuevo con esta señora, que facilitó el teléfono de su familiar, una de las personas que estaba sobre el tejado del cuartel de la guardia civil de Paiporta. Este les confirmó la situación y el aviso a la delegación de Gobierno permitió que fueran rescatados con lanchas por la UME aunque no evitó el fallecimiento de dos personas esa noche.

Un teléfono y una línea

'Lo maravilloso de la radio es que necesita poco: un teléfono y abrir la línea', explica Clemente a Levante-EMV. 'Así pudimos ayudar a mucha gente ese día. No tenian ni internet ni luz, nos escuchaban a pilas, con un transistor, como el 23-F'. Gracias a estas llamadas, gente que no localizaba a sus familiares pudo saber de ellos. Poder contactar con quien les diera información de los tuyos, esa noche, valía oro.

Por si había duda de que al otro lado había gente escuchando la radio, llamó Paula. Su madre es usuaria de la residencia de mayores de Picanya y quería saber si alguien la había visto.

Su madre no era una de las tres personas que estaba en el tejado pero salió con vida tras subirse a una cómoda de la habitación y esperar hasta ser rescatada, aunque en la residencia perdieron la vida varias personas.

Una gran incredulidad

'Estuvimos toda la noche muy conscientes de que estábamos haciendo servicio público. Queríamos conectar personas y que nos dieran sus direcciones y situación para que los servicios de emergencia pudieran acudir cuanto antes. Además de acompañar, teníamos claro que teníamos que ayudar pero fue realmente angustioso lo que estaba sufriendo la gente fuera', explica Clemente. Incredulidad, de hecho, es una de las palabras más repetidas para definir lo que muchos sintieron ese día. Era increible lo que estaba sucediendo. Era imposible. Era aterrador, y nadie había avisado. 'Para nosotros aquella noche era muy importante la empatia, pero también el rigor sin caer en sensacionalismos. Lo que estaba sucediendo era tan inverosímil, tan brutal, que nos hacía dudar de si lo que estábamos contando era real y temíamos mucho a los bulos y las 'fake news'', explica el director de Informativos de la cadena, Iván Esteve. Por eso, sostiene, algunas de las llamadas esa noche eran tan escalofriantes que costaba darles credibilidad. Pero era ciertas.

Y la radio, en aquella noche de terror y desesperación hizo su magia. Porque esta llamada tuvo, también, un final feliz. Varios vecinos de Fran Naranjo que estaban escuchando en ese momento A Punt, se organizaron y realizaron un dispositivo con cuerdas que permitió rescatar a las personas atrapadas. 'Esa noche, algunas personas utilizaron el último hilo de voz que les quedaba para hablar con nosotros y eso nunca lo olvidaré', recuerda emocionado Clemente. Aquella noche, como añade Ivan Esteve, la radio salvó vidas. Por eso y por mucho más, larga vida la radio y a todos los medios de comunicación.