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¿Quién será el nuevo Papa? Esto dice ChatGPT

Papa Francisco | Última hora de su muerte, traslado, apertura del féretro en San Pedro y funeral, en directo

Cardenales durante un consistorio presidido por el Papa Francisco.

Cardenales durante un consistorio presidido por el Papa Francisco. / EFE

Alexandra Costa

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El fallecimiento del Papa Francisco abre inevitablemente uno de los periodos más solemnes y observados en el seno de la Iglesia Católica: la Sede Vacante y la posterior celebración del cónclave para elegir a su sucesor. Mientras los fieles y observadores de todo el mundo dirigen su mirada hacia la Capilla Sixtina, esperando la tradicional fumata blanca, la especulación sobre los posibles candidatos, los llamados papabili, se intensifica. En esta era digital, surge una pregunta novedosa: ¿Puede una inteligencia artificial como ChatGPT ofrecer alguna perspectiva sobre quién podría ser el próximo líder espiritual de más de mil millones de católicos? La consulta realizada por el medio 20bits a este modelo de lenguaje arroja luz no tanto sobre una predicción certera, sino sobre cómo la IA procesa y analiza la información disponible en torno a este evento trascendental.

Análisis de datos vs. secreto cardenalicio: los nombres que resuenan

ChatGPT, al ser consultado sobre los posibles sucesores del Papa Francisco , adopta una postura cautelosa pero informativa. Reconoce explícitamente la naturaleza confidencial y, en última instancia, impredecible del cónclave, admitiendo que "no hay un favorito claro". Sin embargo, basándose en el análisis de información pública, sí identifica a varios cardenales cuyo perfil y trayectoria los sitúan como figuras destacadas en las quinielas mediáticas y de expertos vaticanistas. Entre los nombres que la IA señala se encuentran figuras prominentes como el Cardenal Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, valorado por su experiencia diplomática y su perfil considerado moderado. También menciona a Luis Antonio Tagle, de Filipinas, con un importante rol en la evangelización, y a Matteo Zuppi, Arzobispo de Bolonia, conocido por su enfoque en la justicia social y sus recientes esfuerzos mediadores.

La lista no se detiene ahí, incorporando a figuras como Peter Turkson de Ghana, reconocido por su trabajo en desarrollo sostenible y justicia social, reflejando la creciente influencia de la Iglesia en África. En un espectro teológico potencialmente diferente, ChatGPT también recoge nombres como Péter Erdő de Hungría, un teólogo visto como más conservador pero con un fuerte perfil ecuménico, y Robert Sarah de Guinea, una figura prominente entre los sectores que podrían buscar un retorno a posturas más tradicionales, especialmente en la liturgia. La IA, por tanto, no "elige" un candidato, sino que presenta un mosaico de perfiles influyentes que representan distintas sensibilidades y posibles direcciones futuras para la Iglesia Católica, reflejando la dicotomía que la propia IA identifica: la continuidad con las reformas de Francisco o un giro hacia una línea más conservadora.

La metodología de la IA: reflejo del análisis humano

Es fundamental comprender cómo ChatGPT llega a estas conclusiones. Como el propio chatbot de OpenAI explicó a 20bits, su respuesta no se basa en una revelación interna ni en una capacidad predictiva sobrenatural. Su metodología consiste en procesar y sintetizar la vasta cantidad de información a la que ha sido entrenado, incluyendo "análisis recientes de medios especializados y expertos en el Vaticano". En esencia, la IA actúa como un potente agregador y analizador de tendencias informativas y opiniones expertas que circulan públicamente. Identifica qué nombres son mencionados con más frecuencia, qué perfiles se destacan y qué argumentos se esgrimen a favor o en contra de ciertas candidaturas.

Sin embargo, ChatGPT es consciente de sus propias limitaciones y las del análisis externo en general. Reitera que "el cónclave es totalmente secreto y no hay garantías". Esta honestidad es crucial. La IA puede mapear el paisaje de los papabili tal como se percibe desde fuera, basándose en roles desempeñados, declaraciones públicas, análisis geopolíticos y eclesiásticos, pero no puede penetrar el secreto de las votaciones, las complejas dinámicas interpersonales entre los cardenales electores, las negociaciones internas ni, para los creyentes, la influencia del Espíritu Santo que tradicionalmente se invoca en este proceso. La respuesta de ChatGPT, por lo tanto, es un reflejo sofisticado de la especulación humana informada, no una ventana al futuro resultado del cónclave.

Más allá de la predicción: el valor de la perspectiva artificial

Si bien la respuesta de ChatGPT no nos dice con certeza quién será el próximo Papa, sí ofrece un valor interesante. Proporciona una instantánea condensada y estructurada de los principales actores y las corrientes de pensamiento que, según los análisis públicos, podrían influir en la elección. Para alguien no familiarizado con las complejidades vaticanas, puede servir como una introducción rápida a las figuras clave y a los debates internos de la Iglesia. Además, el ejercicio mismo de preguntar a una IA sobre un evento tan humano y espiritualmente cargado como un cónclave subraya la creciente intersección entre tecnología y esferas tradicionalmente alejadas de ella.

El resultado final del cónclave seguirá dependiendo de la decisión colegiada y secreta de los cardenales electores. La fumata blanca que emerja de la chimenea de la Capilla Sixtina anunciará una elección basada en criterios que van mucho más allá del análisis de datos que una IA puede realizar. No obstante, la capacidad de ChatGPT para resumir el estado de la cuestión y presentar los perfiles de los candidatos más mencionados demuestra cómo estas herramientas pueden procesar y presentar información compleja, aunque siempre recordando que, en asuntos como la fe y la elección de su máximo representante terrenal, los factores decisivos escapan a los algoritmos.