Ejercicio físico en horario laboral: una demanda histórica pendiente en los Mossos d’Esquadra

Junto a la voluntad de alcanzar los 25.000 agentes de Mossos d'Esquadra en 2030, el Departament d'Interior tiene el reto de que estén mejor equipados y en las mejores condiciones físicas para ejercer tareas policiales. A diferencia de otros cuerpos policiales, como la Guardia Urbana de Barcelona, los Mossos no hacen ejercicios físicos dentro de su jornada laboral, a no ser que sean efectivos de unidades especializadas.

Los sindicatos de Mossos llevan años reclamando formación continua de los agentes con especial énfasis en la actividad física dentro de la jornada laboral. Lamentan que se pidan condiciones físicas determinadas para ascender pero no se facilite el ejercicio físico. Por eso, reclaman espacios deportivos en comisarías o llegar a acuerdos con gimnasios, como pasa con otras policías. 

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Los sindicatos lamentan que se pidan condiciones físicas determinadas para ascender pero que no se facilite el ejercicio físico

"Los Mossos deben hacer este entrenamiento continuo en horas laborales, es un bien para el cuerpo que los tendrá mejor preparados", defiende Albert Palacio del sindicato USPAC, que considera que es "totalmente necesario para la salud" de los agentes. Además, recuerda que se trata de una "reivindicación histórica" de los Mossos, como tienen otros cuerpos de emergencias de la Generalitat, como los bomberos.

Los sindicatos de Mossos dejan claro que el ejercicio es "constante" entre los agentes desde que están en la academia, tanto para mantenerse en forma y evitar lesiones como en el caso de que quieran ascender en la jerarquía o ir destinados a algunas unidades de específicas, como orden público o intervención.

"Por interés común del propio cuerpo y de la ciudadanía, esta formación debe ofrecerse siempre desde dentro de la institución y dentro del horario laboral"

Olga Maeso

— Policía en excedencia y directora de la academia DFR Formación

Requisitos físicos para ascender

En este sentido, en las convocatorias para ser mando se hacen pruebas físicas, como el levantamiento de pesas o las carreras de resistencia, que se deben superar para poder conseguir esa plaza. Algunos sindicatos ofrecen cursos preparatorios para aspirantes a ascender en la escala policial y ofrecen este entrenamiento físico con profesionales especializados.

Para entrar a algunas unidades, como el Grupo Especial de Intervención (GEI), prácticamente se requiere ser un auténtico atleta: carreras de 800 metros, en poco más de dos minutos; un circuito cronometrado cargando sacos de 20 kilos; levantar en una banca un peso de entre 40 y 60 kilos y repetir una docena de veces en menos de un minuto y pruebas submarinismo y natación. 

Triple beneficio

Sin embargo, los agentes creen que hacer formación física en su jornada laboral sería muy beneficioso y opinan que deberían ser ejercicios universales y otros específicos adaptados a cada especialidad profesional.

De esta opinión es Olga Maeso, policía en excedencia y directora de la academia DFR Formación que ofrece cursos a aspirantes a las oposiciones a diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad: “Por interés común del propio cuerpo, de sus efectivos y de la ciudadanía, esta formación debe ofrecerse siempre desde dentro de la institución y dentro del horario laboral. Si cada agente se forma por su cuenta, cada uno adoptará metodologías distintas, lo que puede generar incoherencias durante una intervención”. 

Maeso destaca la importancia del trabajo en equipo “y bajo una misma metodología, algo que solo puede garantizar el propio cuerpo. Cuando todos saben qué hacer y cómo hacerlo, el margen de error se reduce significativamente”. Además, señala que “la preparación física debería ser una prioridad continua en la carrera de todo agente”, ya que para dar mejor respuesta a “situaciones muy diversas y de distinta complejidad” que demanda la ciudadanía “es imprescindible contar con una formación continua, una buena preparación física, entrenamientos en intervenciones policiales y actualizaciones constantes”.

La directora de DFR Formación también remarca que la formación continuada que tienen algunas unidades policiales debería extenderse a todos los agentes, principalmente a los de seguridad ciudadana que son “los que patrullan nuestras calles y que atienden diariamente todo tipo de incidentes, incluidos, en muchas ocasiones, los más graves. A menudo, no hay tiempo para esperar la llegada de unidades especializadas: son ellos quienes deben intervenir de inmediato y resolver la situación en primera instancia”.

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Por eso, Maeso es partidaria de ofrecer una “formación continuada integral” en diversos ámbitos para tener más eficacia policial, prevenir lesiones, mejora la salud laboral y fortalecer la confianza del agente en sí mismo. “Con una formación constante ganamos todos. El agente se siente preparado, valorado y seguro de saber cómo actuar ante cualquier situación. El ciudadano gana porque recibe una respuesta rápida, profesional y eficaz. Y el propio cuerpo policial cumple con su misión de ofrecer el mejor servicio posible a la sociedad”, destaca Maeso.

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