La muerte del papa Francisco abre la posibilidad al primer pontífice negro: estos son los candidatos

Como siempre que muere o renuncia un Papa, salen a la palestra la lista de 'papables'. Predecir quién será el próximo es un riesgo, pero el fallecimiento del papa Francisco ha abierto la posibilidad al primer pontífice negro.

Un viejo dicho italiano advierte contra poner fe, o dinero, en cualquier favorito antes del cónclave, la reunión a puerta cerrada de cardenales que elige al pontífice. El dicho reza: “Quien entra a un cónclave como papa, sale como cardenal.” Sin embargo, aquí están algunos cardenales de quienes se habla como “papables”, posibles sucesores del Papa Francisco, cuya muerte a los 88 años fue anunciada por el Vaticano este lunes.

Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, ghanés

Desde un pequeño pueblo en Ghana, ha llegado a altos cargos del Vaticano, siendo un fuerte candidato a ser el primer papa del África subsahariana. Tiene amplia experiencia pastoral y ha liderado organismos clave como el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz. Fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 2003 y trasladado a Roma por Benedicto XVI.

Francisco reorganizó su dicasterio en 2016, lo que generó tensiones internas. Renunció en 2021 y ahora dirige dos academias pontificias.

Cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, filipino

Llamado el “Francisco asiático” por su compromiso con la justicia social. Ordenado en 1982, fue obispo de Imus y arzobispo de Manila. Fue nombrado cardenal por Benedicto XVI en 2012.

En 2019, Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para la Evangelización. Viene del país con más católicos de Asia. Habla italiano y inglés. Lideró Caritas Internacional entre 2015 y 2022. Tras denuncias de maltrato laboral, Francisco destituyó a toda la dirección, incluido Tagle, aunque no estaba implicado directamente.

¿Quiénes son los candidatos a suceder al papa Francisco? Lista de cardenales ‘papables’

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Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona

Omella es un hombre cercano al espíritu del Papa Francisco: sencillo, bondadoso, humilde y volcado en la justicia social. "Nuestra mirada no debe ser solo la de quienes tienen más, sino también la de los pobres", dijo en 2022. Nacido en Cretas en 1946, fue ordenado en 1970. Pasó un año como misionero en Zaire (hoy RDC).

Entre 1999 y 2015 colaboró estrechamente con la ONG Manos Unidas. Fue nombrado obispo en 1996 y arzobispo de Barcelona en 2015. Un año después, Francisco lo hizo cardenal, en señal de apoyo a su visión progresista. Fue presidente de la Conferencia Episcopal Española y tuvo que afrontar las consecuencias de un informe independiente que estimó que más de 200.000 menores pudieron haber sido abusados por clérigos españoles desde los años 40.

Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella

Según la prensa francesa, algunos círculos católicos lo llaman “Juan XXIV”, en alusión a su parecido con el Papa Juan XXIII, el pontífice reformista de rostro redondo de principios de los años 60. El Papa Francisco bromeó una vez diciendo que su sucesor podría llamarse Juan XXIV.

Aveline, de 60 años, es conocido por su carácter campechano y afable, su disposición a bromear, y su cercanía ideológica con Francisco, especialmente en temas como la inmigración y el diálogo con el mundo musulmán. También es un intelectual serio, con un doctorado en teología y una licenciatura en filosofía.

Cardenal Péter Erdő, húngaro

Si Erdő fuera elegido, sería visto como un candidato de compromiso: proviene del campo conservador, pero ha tendido puentes con el mundo progresista de Francisco. Ya fue considerado papable en el cónclave de 2013 por sus amplios contactos eclesiásticos en Europa y África, y por su labor en la Nueva Evangelización, iniciativa clave para revitalizar la fe católica en países secularizados.

Teológicamente conservador, suele destacar las raíces cristianas de Europa. Sin embargo, es pragmático y nunca ha chocado abiertamente con Francisco. Durante la crisis migratoria de 2015, causó sorpresa en el Vaticano al oponerse al llamado del papa para que las iglesias acogieran refugiados.

Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos

Originario de Gozo, una pequeña isla de Malta, Grech ha alcanzado una posición de peso al ser nombrado por Francisco como secretario general del Sínodo. Inicialmente visto como conservador, con los años se ha convertido en abanderado de las reformas del papa.

En 2008, cuando ciudadanos LGTB maltenses abandonaron la Iglesia en protesta, Grech no mostró simpatía. Pero en 2014, en el Vaticano, abogó por una mayor acogida a los fieles LGTB y por nuevas formas de abordar las realidades familiares. Al día siguiente, el papa le felicitó personalmente en el desayuno, marcando su ascenso.

Cardenal Pietro Parolin, diplomático del Vaticano

Favorito de las apuestas, Parolin es visto como un punto medio entre progresistas y conservadores. Ha sido secretario de Estado del Vaticano (una especie de primer ministro) desde 2013.

Antes fue embajador en Venezuela, donde defendió a la Iglesia frente a Hugo Chávez. También fue arquitecto del acercamiento con China y Vietnam. Conservadores lo critican por el acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos, pero él argumenta que evitó un cisma. Aunque no ha sido una figura activa en las “guerras culturales”, condenó el matrimonio igualitario como “una derrota para la humanidad”.

Cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark

Aunque es poco probable que se elija a un papa estadounidense, Tobin sería el más viable. Exlíder mundial de los Redentoristas, ha vivido en varios países y habla italiano, español, francés y portugués.

Fue subsecretario de un dicasterio vaticano y arzobispo de Indianápolis. Francisco lo hizo cardenal en 2016 y lo trasladó a Newark. Ha enfrentado el escándalo de abusos de su predecesor, McCarrick. Tobin fue elogiado por su transparencia.