Sostenibilidad

El 40% de los residuos que genera Catalunya proceden de las obras

En 2023 el sector de la construcción generó más de 8 millones de toneladas de escombros, cuando en años anteriores la cifra era de entre 5 y 6 millones

El Camp Nou se reconstruye con sus propios escombros: un ejemplo de buena gestión de los residuos

Barcelona y 26 ciudades de su área vuelven a suspender en reciclaje: se sitúan por debajo del objetivo europeo

Reciclaje de residuos procedentes de la construcción.

Reciclaje de residuos procedentes de la construcción. / ANNA MAS

Guillem Costa

Guillem Costa

Barcelona
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Cuando se discute la puesta en marcha de modelos de recogida selectiva como el puerta a puerta o los contenedores inteligentes se está poniendo el foco sobre los residuos municipales. Pero esta basura que generan los hogares y las actividades económicas tan solo supone una porción relativamente pequeña (entre un 10% y un 15%) de todos los desechos que se producen en Catalunya.

Los desechos originados por el sector de la construcción aumentan y no se reciclan lo suficiente, pese a que es viable

De todos estos restos, la mayor parte, alrededor de un 40%, son residuos procedentes de la construcción. El resto están originados por la industria, la agricultura, la ganadería, la minería, el sector sanitario y el ámbito de la extracción de agua y la explotación forestal. En Europa, el porcentaje es algo más bajo y se sitúa cerca del 30%. Pero igualmente, los residuos de construcción y demolición (RCD) son los que constituyen el volumen de desechos más importante. Aun así, pese a que superan con creces a los residuos municipales, su impacto ambiental suele recibir mucha menos atención mediática.

2025.04.11 - Terrassa - Hercal - Reciclaje de material de escombros de obras - Arena producida con los escombros - Foto Anna Mas

Arena producida tras reciclar escombros. / ANNA MAS

Tanto en Catalunya como en el resto de España, tras la pandemia, la cantidad de escombros derivados de las obras repuntó. Según datos facilitados por la Agència de Residus de Catalunya (ARC) a EL PERIÓDICO, en 2023 se produjeron más de 8 millones de toneladas de residuos de la construcción, cuando en años anteriores el dato oscilaba entre 5 y 6 millones de toneladas.

¿De qué se habla cuando se hace referencia a estos grandes olvidados de la crisis de los residuos? De todos aquellos materiales que se generan durante la construcción, reforma, rehabilitación o demolición de edificios e infraestructuras: desde materiales inertes hasta elementos potencialmente contaminantes.

2,93 millones de toneladas de escombros terminan en un vertedero en Catalunya, sin posibilidad de recuperación

Entre los más comunes se encuentran escombros como hormigón, ladrillos, cerámica, piedras y tierra. Sin embargo, también puede haber madera, metales, plásticos, vidrio, yeso (como placas de cartón-yeso, habitualmente conocidas como pladur), restos de aislamiento, pintura, cables, tuberías o asfalto. Durante unas obras, incluso se puede extraer amianto, que debe ser tratado de forma diferente, al tratarse de un residuo peligroso.

Mal reciclados

Muchos de estos elementos podrían reciclarse o reutilizarse. No obstante, una parte considerable todavía acaba en depósitos, sobre todo cuando no se realiza una separación adecuada a la hora de llevar a cabo la demolición. En concreto, un 37% de los millones de toneladas de escombros producidas en Catalunya fueron enterrados en vertederos en 2023. Esto significa que, de forma totalmente legal, 2,93 millones de toneladas de escombros terminaron en un depósito, sin posibilidad alguna de ser recuperados.

Este índice, que lleva años sin apenas disminuir, está lejos de lo que reclama la Unión Europea a los estados miembro: más de un 70% de reciclaje. Aunque los datos catalanes son bastante mejores que los del resto de comunidades autónomas, fuentes de la agencia admiten a este diario que Catalunya tiene mucho margen de mejora en este aspecto.

¿Qué sucede con el resto de escombros, los que no acaban en depósitos controlados? Los datos oficiales hablan de un 57% de "revalorización", que no es lo mismo que "reutilización". Teóricamente, los residuos se transportan hasta plantas que trituran la cerámica y el hormigón. El material resultante se puede utilizar como relleno, para volver a llenar una excavación una vez que se ha instalado lo necesario (como tuberías o cimentaciones). Este proceso puede implicar el uso de tierra, grava o arena que pueden ser recicladas. De todas formas, la mayoría de empresas especializadas en esta "valorización" no transforman los escombros en un material que pueda ser usado para la construcción, sino que tan solo es para estos procesos de rellenado.

El sector insta a la Administración a impulsar el uso de áridos reciclados con incentivos fiscales, como ya hacen Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos o Suecia

Falta de obligación

El problema es que a menudo, a las empresas no les sale a cuenta encargar una demolición selectiva. Les cuesta más o menos lo mismo que enviar los restos generados a un vertedero. Lo ideal, en cambio, cuentan desde la ARC, es separarlo todo y tratar de dar una nueva vida a cada material que se extrae (cristales, puertas, cables...). Entonces, cuando solo quedan los ladrillos o el hormigón, se puede proceder a retirarlo pensando también en una futura reutilización. Esto, a día de hoy, aunque es la praxis correcta, casi tiene más costes que ventajas.

Bacelona 08/04/25 Barcelona. Para TD -- Los escombros en Catalunya, el caso del Camp Nou. Imágenes de la zona habilitada para la gestión de residuos del camp nou, adyacente al estadio. Así como imágenes de recurso de las obras del camp nou. AUTOR: MANU MITRU

Trabajos en las obras del Camp Nou. / MANU MITRU

Para cambiar las cosas, sugieren fuentes del sector, es necesario que la Administración impulse el uso de áridos reciclados con incentivos fiscales, como ya se hace en otros lugares de Europa como Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos o Suecia. Los áridos de construcción son materiales granulares que se utilizan para construir carreteras, infraestructuras ferroviarias, edificaciones y presas. Normalmente, se obtienen de canteras o tras triturar rocas. O sea, se trata de un material finito. En cambio, cuando estos áridos son reciclados (proceden de residuos de la construcción y demolición), se evita recurrir a los yacimientos naturales.

"Si no hay suficiente demanda es porque el material reciclado es un poco más caro, por este motivo se debe incentivar la demanda", propone Miguel Ángel Pérez, gerente de la compañía Hercal, que se dedica a gestionar los escombros de las obras para darles un segundo uso, transformándolos en grava o arena reciclada. El sector confía en que, dentro de unos años, sea obligatorio optar por estas prácticas, para así lograr el grado de reutilización que reclama Europa.

Cabe recordar que, desde hace más de dos años, la normativa catalana exige que el 5% de los áridos usados para cualquier obra sean reciclados. Pero, según ha podido confirmar este diario, no se está vigilando que esta ley se cumpla. Y lo que es peor: no se está haciendo en la mayoría de los proyectos públicos.

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