'Sextorsión' a hombres adultos: cibercriminales simulan ser sicarios para coaccionar a usuarios de webs sexuales

Una variante de las ciberestafas es la conocida como "timo del sicario", por el que bandas organizadas envían vídeos a usuarios que han registrado sus datos en páginas web de servicios sexuales para adultos y a los que amenazan de muerte o con agresiones físicas, a veces mostrando armas, si no pagan una cantidad de dinero. Semanas atrás, la Guardia Civil detuvo a 19 sospechosos, residentes en A Coruña, por este tipo de extorsión. Los agentes han localizado a más de 300 afectados a los que la banda estafó un total de 500.000 euros.

Según fuentes policiales, estas bandas han pasado de contactar a través del teléfono y amenazar a las víctimas con revelar que han accedido a este tipo de páginas si no pagan, a extorsionar con vídeos simulando ser sicarios.

Todas las víctimas son hombres. También son mayoría varones en el caso de las sextorsiones, variante en la cual el afectado recibe un mensaje de una supuesta mujer –ya sea a través de una aplicación de contactos o por redes sociales– y, tras una conversación sugerente, acceden a enviar imágenes o vídeos sexuales. Con este material, los cibercriminales los chantajean. Según los Mossos d'Esquadra, los delincuentes aprietan con el chantaje para conseguir el máximo dinero posible. Es precisamente por esa reiteración que la víctima a menudo se cansa y acaba denunciando, lo que desemboca en eventuales detenciones.

El responsable de la Región Policial Virtual de los Mossos d'Esquadra, el intendente Roger Sales, explica a EL PERIÓDICO que muchas víctimas no denuncian porque el factor "vergüenza" tiene un papel central en este tipo de coacciones. De todos los casos de ciberdelincuencia, el 97% son estafas en cualquiera de sus variantes, como las bancarias o las falsas inversiones. Sin embargo, Sales destaca que estos delitos relacionados con la sextorsión generan más "angustia" porque, además del dinero, amenazan con "publicitar un vídeo de la persona afectada en las redes".

Control del ordenador

Una variante de las ciberextorsiones consiste en recibir un correo en el que se advierte de que se ha accedido al ordenar del remitente y se ha encontrado material pornográfico: si no se paga, amenazan, el caso ser hará público. Para hacer creíble esta amenaza, los delincuentes usan la técnica de la suplantación de identidad o 'spoofing', por la que modifican la cabecera de un mensaje, haciendo creer que la envían desde el correo de la víctima, "para mostrar hasta dónde son capaces de llegar controlando el ordenador", explica Sales. Sin embargo, se trata de un engaño.

El intendente también explica que hay personas que denuncian haber recibido un mensaje conforme han sido infectados con el programa espía Pegasus y los amenazan con revelar un hipotético contenido sexual. Los agentes les explican que ese programa es muy caro y se vende únicamente a países, por lo que "es difícil que lo tenga un particular".

Víctimas vulnerables

Por su parte, el responsable de la Unitat de Cultura de Ciberseguretat de la Agència de Ciberseguretat de Catalunya, Tomàs Moré, destaca que algunos ciberacosadores buscan "víctimas débiles" que "fácilmente cumplan órdenes" y accedan a enviar material de contenido íntimo o sexual. En este sentido, remarca que los criminales se ganan la confianza de las víctimas conociendo sus redes sociales, sus contactos y relaciones con el objetivo de que "acaben haciendo cosas que nunca pensarían hacer".

Una vez conseguidos los vídeos sexuales es cuando se exige dinero por no difundirlos. "La sextorsión no tiene necesariamente como finalidad el dinero, también se pueden reclamar más vídeos o imágenes", explica Moré, quien añade que es una forma de "control de la víctima".

Más allá de eso, los cibercriminales también modifican con inteligencia artificial imágenes conseguidas de las víctimas procedentes de redes sociales, a las que dotan de contenido sexual o las sitúan en contextos comprometidos. Después, amenazan con difundirlas entre los contactos de redes sociales.

Las estafas más elaboradas con IA podrían en un futuro utilizar vídeos compartidos en redes sociales, en los que se modifica la imagen y la voz, aunque de momento no se conoce ningún caso en España.

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