Reportaje

Seis años viviendo en los terrenos de Aena frente al aeropuerto: "Es imposible pagar un alquiler"

El Govern aportará más de 130.000 euros para que El Prat atienda a las entre 30 y 80 personas que habitan en este espacio.

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Elisenda Colell

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A las cinco de la tarde Abdul abre una bombona de butano y la enchufa en un fogón grasiento. Vacía una garrafa de agua en un cazo y lo enciende. "Caliento el agua para limpiarme antes de rezar", cuenta el hombre, refugiado en una casa hecha con palés de madera, mantas y lonas. Hace seis años que habita este insalubre lugar en los terrenos que hay entre El Prat de Llobregat y el aeropuerto, propiedad de Aena. "No es que quiera vivir aquí, es que es imposible pagar un alquiler y no he encontrado otra forma".

El Ayuntamiento del Prat de Llobregat explica que atiende a una población de entre 30 y 80 personas que viven en este lugar. Para ello, la Generalitat le aportará más de 130.000 euros. EL PERIÓDICO ha podido hablar con tres de ellos.

"He venido a Barcelona porque estoy trabajando en Amazon como repartidor, el problema es que es imposible encontrar un alquiler"

Karim

Abdul, un hombre sin hogar que vive en los terrenos de alrededor del aeropuerto, este lunes.

Abdul, un hombre sin hogar que vive en los terrenos de alrededor del aeropuerto, este lunes. / Ferran Nadeu / EPC

Abdul tiene 36 años. Cuando cumplió la treintena, escapó de Casablanca (Marruecos) y atravesó el estrecho en patera hasta Cádiz. De allí llegó a Barcelona, donde viven sus tres hermanos mayores. Ninguno quiso acogerle. "Me quedé aquí sólo y sin nada, no sabía qué hacer". Estuvo viviendo en los aledaños de la mezquita en el barrio de Les Palmeres de El Prat hasta que decidió construirse una precaria vivienda al lado de una antigua construcción de contadores eléctricos en desuso. Donde antes debía haber un flujo de cables, ahora está su colchón, su ropa húmeda tras las últimas lluvias y una manta. "Yo no vivo aquí por gusto", insiste.

Trabajadores de Mercabarna

Cada día, se levanta de madrugada y se acerca hasta el mercado de Mercabarna en bicicleta. Los días con suerte, consigue 10 euros ayudando a descargar camiones de fruta. Cuando no hay trabajo, sale con una bolsa con fruta, cortesía de los fruteros compatriotas que ya le conocen. Hoy es uno de ellos. "No he podido trabajar, pero al menos me han dado esto", cuenta mostrando una bolsa con plátanos y naranjas. Corta a gajos una sandía, también regalada. "Al menos tengo cena", dice.

El Prat de Llobregat 07/04/2025 Personas sin hogar que viven en terrenos propiedad de AENA cerca del aeropuerto. En la foto, Abdul, un hombre marroquí que vive en una chabola que está en unos terrenos de Aena cerca del barrio de Les Palmeres de El Prat Fotografía de Ferran Nadeu

Abdul, un hombre sin hogar que vive en los terrenos de alrededor del aeropuerto, este lunes. / Ferran Nadeu / EPC

Ahora no está solo, hace un par de semanas que le acompaña Karim, un amigo de infancia en Marruecos, afincado en Bilbao. "He venido a Barcelona porque estoy trabajando en Amazon como repartidor, el problema es que es imposible encontrar un lugar para alquilar", confiesa el hombre, con mujer e hijos en el País Vasco. Karim duerme en un colchón en el suelo, lleno de barro. "Con las lluvias de estos días esto parecía un pantano, nos llegaba el agua hasta la rodilla", explica.

"Antes vivía en chabolas de Barcelona y de Sant Adrià del Besós, pero aquí estoy más tranquilo, solo"

Condoiu Catalin

El bilbaíno aún se está adaptando a esta vida, y espera que termine pronto. "Por las noches me emparanoio con que el techo se va a desmontar y me caerá arriba. Y lo de ducharte con garrafas de agua fría es denigrante...", sigue.

Ellos no son los únicos inquilinos de este terreno. Unos quinientos metros más al sur, en dirección al Parc Nou, aguanta una casa construida con telas de color morado. Su dueño, Condoiu Catalin, habita el lugar desde hace un año. "Antes vivía en chabolas de Barcelona y de Sant Adrià del Besós, pero aquí estoy más tranquilo, solo", cuenta cargado con varias garrafas de agua que ha rellenado en la fuente.

Como Abdul, come una vez al día gracias a las horas que pasa en Mercabarna ayudando a descargar mercancías. "Lo que estoy intentando es encontrar un piso, pero es que es imposible, nadie me puede ayudar", lamenta.

La vivienda de Condoiu Catalin, en un terreno de Aena en El Prat de Llobregat.

La vivienda de Condoiu Catalin, en un terreno de Aena en El Prat de Llobregat. / Ferran Nadeu / EPC

Los dos chabolistas, además de varios vecinos de la zona, explican que las semanas pasadas en este terreno habitaban muchas más personas. Se nota también en algunas construcciones, que aún aguantan en pie pero tienen algunos destrozos, y las roderas que permanecen en los terrenos. "Vino la policía con las máquinas a decirme que me fuera. Pero ¿dónde voy?", recuerda Abul.

También Catalin se negó a abandonar el lugar. "No es que me guste estar aquí, pero al menos es un lugar, es algo", sigue. Unas vecinas del barrio de Sant Cosme muesran cómo en otra chabola, que sigue en pie pero deshabitada, había una especie de establo donde vivían gallinas y patos. Hoy está vacío. "La semana pasada estaba aquí", aseguran.

Atención sanitaria en el aeropuerto

El grueso de las personas sin hogar están, sin embargo, dentro de las terminales. Las 150 personas que duermen allí habitualmente siguen sin saber si por las noches podrán descansar. "Hay días que no nos dicen nada, y otros que nos obligan a estar fuera desde las doce hasta las cuatro de la madrugada", cuenta Pedro. Mayor de 60, y con problemas para andar, ahora además tiene la mano vendada. "Me hice una herida y como soy diabético sangraba mucho y me fui al CAP a Barcelona".

Emilio, de 60 años, aparece con su barba blanca y una esponja, recién salido de una ambulancia del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM). Los educadores contratados por la Generalitat se dieron cuenta de que muchos de los sin hogar del aeropuerto son personas mayores con pluripatologías y envejecimiento avanzado y que los servicios médicos aeroportuarios no se hacían cargo de ellos.

"Me han salido unos granos raros en la espalda y me han dicho que con esto me la limpie bien". El resto bromea. "¿Dónde me ducho?", se pregunta el hombre, que se asea como puede en los baños de la terminal.

El Prat de Llobregat 07/04/2025 Reportaje sobre personas sin hogar que duermen en el aeropuerto de El Prat En la foto, Chema, Pedro y Emilio en la Terminal 1 Fotografía de Ferran Nadeu

Chema, Pedro y Emilio, tres hombres sin hogar, que viven en el aeropuerto. / Ferran Nadeu / EPC

Txema también ha ido al médico. Lleva menos de un año durmiendo en la T1. "Yo antes era barman, combinaba el verano en Castelldefels y el verano en Andorra". El último día de trabajo, la empresa invitó a todos los empleados a Port Aventura. "Allí me dí cuenta que tenía la pierna hinchada como un elefante". Estuvo varias semanas en el hospital, le echaron de la habitación que alquilaba y tampoco pudo pedir el paro. "Entré al hospital siendo un trabajador honrado y salgo siendo un sintecho", dice. Aún tiene la piel agrietada y muchas marcas. "Pero el médico que me ha visto dice que voy bien", se relaja.

Carlos, que lleva tres meses en la T1, se niega a recibir atención médica, aunque los educadores le insisten. "Me incomoda contarle mi vida a alguien que luego no me va a ayudar. No nos dan ninguna alternativa, ninguna solución. El ayuntamiento y Aena se pelean por nosotros, pero aquí seguimos. No estamos aquí por gusto, es que no tenemos adónde ir", insiste.