Operaciones críticas
Los negociadores de los Mossos usan técnicas del FBI para resolver atrincheramientos
La unidad, disponible las 24 horas del día durante todo el año, se activó ante seis incidentes críticos en 2024
Los Mossos investigan un posible secuestro en plena calle en Barcelona
Detenido en Barcelona un vecino que se había atrincherado con posible arma de fuego

Imagen de negociadores en una intervención / Mossos


Germán González
Germán GonzálezPeriodista.
Soy licenciado en Historia y Periodismo. Hace casi 30 años que me dedico a informar. He pasado por varios medios y he sido profesor de Derecho a la Información en la UIC durante una década.
A diferencia de lo que se muestra en las películas, donde los negociadores policiales gestionan secuestros o situaciones peligrosas de forma individual, los especialistas en negociación de los Mossos d'Esquadra trabajan en equipos de, al menos, tres personas. "Varias cabezas piensan mejor que una", afirma el cabo Rubén Baila, miembro de este grupo adscrito a la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones de la División de Investigación Criminal, cuyo objetivo es agotar "la vía de la palabra antes de recurrir a la fuerza". Estos equipos están disponibles las 24 horas del día durante todo el año y se desplazan rápidamente a cualquier punto de Catalunya ante casos de personas atrincheradas, con o sin rehenes. El año pasado se activaron en seis incidentes, en los cuales aplicaron todas las fases de las técnicas de negociación. En 2023, lo hicieron en 15 ocasiones.
Todos los miembros de la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones de los Mossos d'Esquadra, que incluye a dos mujeres, cuentan con formación específica para actuar como negociadores. La mayoría de las veces, los negociadores intervienen ante personas con alteraciones psíquicas, puntuales o diagnosticadas, que se atrincheran con algún tipo de arma, ya sea de fuego, blanca o contundente, en su domicilio. Siempre hay terceras personas que se encuentran en riesgo al no poder salir voluntariamente, pero no necesariamente tienen que estar junto al atrincherado: pueden estar en el mismo edificio o en otros cercanos. Además, en ocasiones, los negociadores de los Mossos también se activan ante incidentes críticos que puedan suponer un importante problema de seguridad ciudadana, aunque no exista un peligro grave para terceras personas.
Siempre interviene un equipo de negociadores: uno dialoga con la persona atrincherada y los otros recopilan datos de utilidad
Así, mientras un negociador interactúa directamente con el sospechoso, el resto del equipo se encarga de recopilar información relevante sobre la persona, como su estado de salud y emocional, si toma medicación o detalles de su situación personal, entre otros aspectos que puedan ser de interés. Este trabajo se realiza en colaboración con las unidades territoriales de los Mossos, que, gracias a su conocimiento del área, mantienen contacto constante con el equipo de negociación.

Imagen de negociadores en una intervención / Mossos
A partir del análisis de la información, se perfila la estrategia para resolver el incidente mediante el "diálogo", explica el cabo. "Las técnicas de comunicación son fundamentales para que la otra persona deponga su actitud", añade. Para negociar, en ocasiones se utiliza un megáfono y un sistema técnico que permite escuchar y grabar la conversación, en caso de que sea necesario analizar lo que dice la persona atrincherada.
Modelo del FBI
El método de negociación de los Mossos d'Esquadra fue desarrollado por el FBI a mediados de los años 70, a través de su Unidad de Negociación de Crisis, y es un modelo adoptado por la mayoría de las policías modernas. En el Institut de Seguretat Pública de Catalunya, los miembros de esta unidad reciben formación en negociación de incidentes críticos, impartida por profesores expertos tanto nacionales como internacionales (incluido el FBI). Este curso, al que asisten también agentes de otros cuerpos policiales, fomenta una "retroalimentación a nivel formativo" entre las distintas fuerzas de seguridad del Estado.
"Varias cabezas piensan mejor que una", afirma el cabo Rubén Baila, miembro de este grupo adscrito a la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones de la División de Investigación Criminal
Más allá de eso, el cabo destaca que la negociación con la persona atrincherada suele funcionar en muchas ocasiones. Aun así, cuando "se agota la vía de la palabra", entra en acción el Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos, encargado de llevar a cabo "una acción táctica", que cuenta con respaldo jurídico al haberse intentado previamente el diálogo. Entre los casos más relevantes gestionados por esta unidad, los responsables mencionan el de un hombre que, años atrás, se atrincheró en su vivienda con una escopeta de gran calibre tras disparar a un vigilante municipal.
De forma anónima, los delincuentes exigen sumas de dinero para no contaminar algún producto de uso público
Aunque el hombre intentó suicidarse e incluso disparó a los agentes, los negociadores de los Mossos d'Esquadra lograron que se entregara tras varias horas de conversación. Los agentes subrayan que la actuación policial fue "muy gratificante", ya que, mediante "el diálogo" y abordando los problemas personales del individuo, "se le pudo ayudar y resolver una situación de riesgo".
Desde la creación de esta unidad en 2010, se han registrado cuatro casos de intercambio de disparos durante un incidente crítico. En los últimos cinco años, los Mossos han activado a los negociadores en aproximadamente 26 ocasiones.
Chantajes complejos
La Unidad Central de Secuestros y Extorsiones de los Mossos d'Esquadra también se encarga de los chantajes más complejos de investigar, como aquellos que llegan de forma anónima a través de cartas, mensajes o llamadas telefónicas, tanto a particulares como a grandes empresas. Muchas de estas extorsiones son consecuencia de negocios fallidos, relaciones con el crimen organizado o tienen por objetivo a víctimas con alto poder adquisitivo.
En menor medida, se registran chantajes a empresas del sector alimentario. De forma anónima, los delincuentes les exigen una suma de dinero para evitar contaminar algún producto de uso público. Estas investigaciones se llevan a cabo en total discreción para evitar crear alarma social, ya que las amenazas, en su mayoría, resultan ser infundadas.
Esta unidad es la referencia dentro del cuerpo en materia de negociación de extorsiones. Además de los casos que investiga, asesora a las unidades básicas de investigación, entre otras, en situaciones de chantaje similares que están bajo su competencia.
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