Educación en Catalunya

El origen social condiciona la elección de la carrera universitaria, lo que impacta en la inserción laboral

Un informe de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari señala que el ascensor social funciona, pero advierte de que el alumnado de rentas bajas tiende a matricularse en estudios con menos empleabilidad pero más fáciles de acabar

El rector de la UPC apuesta por impulsar las becas salario para paliar la necesidad de ingresos de los estudiantes menos favorecidos

El Govern se compromete a bajar las tasas universitarias en Catalunya

Ambiente en el Campus de la UAB, la semana pasada.

Ambiente en el Campus de la UAB, la semana pasada. / Zowy Voeten

Helena López

Helena López

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El informe 'Equidad en la inserción laboral y la movilidad social de los graduados de las universidades presenciales catalanas' presentado este jueves por la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya (AQU) confirma que existe una distribución desigual según el origen social de los estudiantes, conclusión que concuerda con investigaciones previas que ya identificaban que la elección de la titulación se ve afectada por el origen social de los estudiantes en función de la dificultad a la hora de completarla, del tiempo de dedicación que requiere o de las notas de acceso.

La distribución desigual por disciplinas, apunta el informe, impacta de forma directa en la equidad del sistema: el estudiantado procedente de familias con rentas más bajas (sin estudios superiores) tiende a matricularse en estudios con una inserción laboral más moderada, pero más fáciles de finalizar, con notas de corte menores o de menor duración.

Un ejemplo es la diferencia en la presencia de estudiantes de "clase social alta" –el estudio clasifica a los estudiantes en clase alta, media y baja en función del nivel de estudios y del tipo de trabajo de sus progenitores– en el subámbito de Medicina y Ciencias Biomédicas en comparación con el subámbito de la Intervención Social (grados como Psicología, Pedagogía, Trabajo o Educación Social).

Según los datos aportados por el informe, entre el primer subámbito y el segundo hay una diferencia de 30 puntos en cuanto a presencia de estudiantes de clase social alta. Es decir, mientras que en Medicina y Ciencias Biomédicas suponen el 59% del total, a Intervención social no llegan al 30%.

El informe urge invertir para que los alumnos de todos los orígenes sociales puedan acceder a todos los grados, la asignatura pendiente

Por tanto, el informe concluye que el problema de inequidad radica en que las personas de diferentes orígenes sociales no se distribuyen aleatoriamente por titulaciones, lo que se conoce como "estratificación horizontal", "un aspecto que tiene un impacto importante en las características de la inserción laboral igualitaria deseable", apunta el estudio, que subraya que, pese a eso, las universidades tienen un papel importante en lo que se refiere a la creación de oportunidades laborales para personas de orígenes sociales diversos.

Cuestión de disciplina

En ese sentido, el estudio señala que, cuando se analiza el Sistema Universitario Catalán (SUC) en su conjunto, se observa que la clase social no tiene impacto en estar ocupado a tiempo completo. La diferencia significativa en este sentido se da por la disciplina cursada (donde existe esa distribución desigual del alumnado según los contextos familiares, que marcan la elección de la carrera). Lo mismo ocurre con los ingresos, que dependen en muy buena medida de la disciplina estudiada más que del origen social o el género de la persona titulada, que implica diferencias, pero menores.

El alumnado considerado de "clase alta" conforma el 59% de los estudiantes de Medicina y Ciencias Biomédicas, mientras que no llegan al 30% en los grados de Intervención Social

En relación con la calidad del empleo, el estudio concluye que "prácticamente no hay diferencias por clase social en conseguir una trabajo de alta calidad". Nuevamente, es la disciplina de la titulación la que mejor explica las diferencias en las probabilidades de conseguir un trabajo "de alta calidad ocupacional". Es decir, para erradicar las diferencias habría que actuar orientando ya desde el instituto y facilitando el acceso a las titulaciones con mejores salidas laborales a estudiantes con buenas notas pero contextos más complejos.

El doble coste de la universidad

En ese sentido, el catedrático Daniel Crespo, rector de la UPC, considera que el camino a seguir debería pasar por las becas salario, ya que la universidad tiene un doble coste (el precio de la matrícula, que al final es el importe menor, y el dinero que estos jóvenes dejan de ganar cuando están estudiando, que es el que suele marcar la diferencia y hacer que el alumnado con más necesidades económicas descarte los estudios que implican más años sin poder trabajar).

No hay diferencias por clase social en conseguir un trabajo de alta calidad una vez el estudiante se ha graduado: de nuevo es la titulación, y el contexto en el que se ha elegido, la que mejor explica las brechas en acceder a un empleo

Sobre la movilidad social, el informe deja claro que las personas tituladas en las universidades catalanas son móviles socialmente y que la correlación entre el estatus ocupacional de los progenitores y el de los titulados es prácticamente nula. Una buena noticia que hace más evidente la importancia de la orientación y el apoyo económico para que el alumnado de todos los orígenes pueda acceder a cualquier grado. Es decir, según el estudio del AQU, el estatus ocupacional de los progenitores no determina el estatus que alcanzan los graduados tres años después de la titulación, así que todos los esfuerzos hay que ponerlos en que lleguen a la universidad, ya que una vez allí, las cifras apuntan a que el ascensor social sí funciona.