Delito contra el medio ambiente

Más de 30.000 aves han sido introducidas ilegalmente en Catalunya para concursos de canto: "Es como el tráfico de droga"

Al menos un ave muere electrocutada cada día en las líneas de alta tensión en Catalunya

Los Agentes Rurales advierten de que esta práctica va en aumento y cada vez resulta más difícil de controlar

Jilgueros decomisados en Cornellà.

Jilgueros decomisados en Cornellà. / MOSSOS D'ESQUADRA

Guillem Costa

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El tráfico ilegal de aves fringílidas para que participen en los llamados concursos de canto organizados por las sociedades pajariles va en aumento. Solo en los últimos cinco años, según los datos a los que ha accedido EL PERIÓDICO, se estima que han entrado de forma ilegal en Catalunya unos 30.000 ejemplares de jilguero (Carduelis carduelis), verderón (Chloris chloris), pinzón (Fringilla coelebs) y pardillo (Linaria cannabina).

Años atrás, estaba permitido capturar a ciertos individuos de estas especies en el medio natural. Los pajareros los tenían en jaulas y los utilizaban para competir en los certámenes silvestristas. Pero desde 2015, se dejaron de expedir autorizaciones excepcionales y quedó prohibido usar todo tipo de métodos para cazar vivos a estos pájaros, que están estrictamente protegidos por el Convenio de Berna.

"Miles de aves protegidas entran en Catalunya desde Andalucía y la Comunitat Valenciana. Se les colocan anillas falsas para que parezca que han sido criados aquí"

Joan Francesc Rivera

— Subinspector de Agents Rurals

Los concursos de canto de pájaros son una actividad muy extendida en Catalunya y en otras comunidades como Andalucía. En estos certámenes, que son legales, se evalúan diferentes habilidades, como la belleza del canto o del ejemplar. En otros concursos, que están prohibidos y que en realidad son competiciones 'de pega' , los machos compiten entre ellos y se examina cuál resiste más rato cantando. Como se trata de animales territoriales, cuando escuchan a otro macho entran en una disputa por demostrar su dominio. Esa competición se puede eternizar hasta que uno de los dos, exhausto, deja de cantar.

En los concursos ilegales, dos machos compiten por ver quién aguanta más cantando

Con la prohibición de la caza de estas aves, la alternativa que se les ofreció a los aficionados a esta práctica, muy extendida en Catalunya y Andalucía, era criar a estas aves en casa. Para poder hacerlo, es obligatorio sacarse un carnet de criador. Este diario ha podido comprobar que es muy sencillo obtener esta credencial: en pocas semanas se puede disponer de ella tras pagar poco más de 10 euros a una asociación pajaril.

El número real de criadores es muy bajo comparado con el número de personas que tienen licencia para realizar esta actividad

Cuando uno se convierte oficialmente en "criador", ya tiene permiso para tener aves fringílidas en casa y se le entregan unas anillas de un tamaño muy concreto que, en teoría, solo se pueden introducir en la pata del animal cuando hace poco tiempo que ha nacido. De esta forma, se puede mantener la actividad de todas las entidades pajariles. El problema, explican desde el cuerpo de Agents Rurals, que no dispone de cifras, es que el número real de criadores (no los registrados como tal, sino las personas que realmente se dedican a criar estas especies) es muy bajo, si lo comparamos con el número de federados que tienen licencia para realizar esta actividad.

Blanquear pájaros

"La cría en cautividad no es una solución completa para esta gente, puesto que existe el embudo genético de la consanguinidad si no renuevas a los progenitores", explica el subinspector de los Agents Rurals, Joan Francesc Rivera. ¿Y qué hacen muchos pajareros? Obtener pájaros procedentes del furtivismo –en 2024, se denunciaron 800 actuaciones de esta práctica– y del tráfico ilegal.

"Miles de aves protegidas entran en Catalunya desde Andalucía y la Comunitat Valenciana", cuenta el subinspector. "Entonces se tratan de blanquear: se les colocan anillas falsas para que parezca que han sido criados aquí", añade.

Si se suman los datos del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) y los de los Agents Rurals, se llega a esta cifra aproximada de los 30.000 ejemplares en cinco años. Pero esto es solo la punta del iceberg: "Como sucede con todo tipo de tráfico, hay un volumen mucho mayor que no llegamos a intervenir".

Un macho de jilguero, por ejemplo, puede costar entre mil y 10.000 euros

En algunos casos, no se actúa en el momento del tráfico sino en puntos de venta irregular o directamente inspeccionando establecimientos que tienen pájaros cantores. "Cuando los propietarios no pueden acreditar que la tenencia es legal y que este pájaro ha sido criado en cautividad, se decomisa al animal y es trasladado a un centro de fauna de la Generalitat para que se aclimate y luego sea liberado", detalla Rivera.

Profesionalización

Este tráfico se ha profesionalizado tanto como el tráfico de droga. "Quien se dedica a ello sabe que es ilegal, y se utilizan métodos muy organizados, como el envío de aves a través de furgonetas de mensajería o incluso en taxis", afirma el subinspector. De hecho, algunas de las aves confiscadas en las últimas intervenciones han sido encontradas dentro de vehículos de transporte, como taxis o empresas de mensajería, lo que refleja la complejidad y la profesionalización de la red. "Es como un traslado de droga", dice Rivera, destacando que los métodos utilizados son cada vez más similares a los utilizados en otros delitos organizados. Un macho de jilguero, por ejemplo, puede costar entre mil y 10.000 euros.

Los traficantes también usan sustancias dopantes para mejorar el rendimiento de las aves

En algunas zonas rurales de Catalunya, los traficantes también emplean sustancias dopantes para mejorar el rendimiento de las aves durante los concursos de canto. En Osona, por ejemplo, se desmanteló un punto de venta que, además de aves, comercializaba productos ilegales como sustancias dopantes como testosterona utilizadas para alterar el comportamiento y la salud de los pájaros: se busca que canten con más fuerza, como si lucharan por el territorio contra otro macho. Este tipo de productos también se encuentran en el mercado negro, contribuyendo al daño irreversible que estos tráficos causan a las especies protegidas.

La tarea de regular y controlar este tráfico ilegal es cada vez más difícil. "Aunque se ha reducido el número de personas que se dedican a la actividad de los pájaros cantores, el número de individuos que se dedica al tráfico ilegal está aumentando", señala Rivera. La actividad furtiva sigue siendo un problema creciente, y las autoridades se ven desbordadas por la magnitud del tráfico.

En muchos casos, no se interviene en el mismo momento del tráfico, sino que las actuaciones se llevan a cabo en puntos de venta o inspeccionando establecimientos donde se comercializan aves cantoras. Sin embargo, este proceso no es siempre efectivo, ya que muchos de los ejemplares confiscados nunca se pueden liberar debido a su adaptación a la vida en cautividad.

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