Informe ECAS
Las entidades sociales catalanas señalan el alquiler como el gran freno del ciclo de bonanza económica
Las personas que viven de alquiler sufren tres veces más pobreza que quienes son propietarios, según un informe de las Entidades Catalanas de Acción Social
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Campamento sin techo en la Ronda Litoral / JORDI OTIX


Elisenda Colell
Elisenda ColellPeriodista
Redactora de desigualdades y exclusión social. Premio 'Montserrat Roig', por mención especial del jurado (2024). Crecí en la redacción de informativos de la Cadena SER en Catalunya. Nací en Viu Comunicació y Cugat.cat.
El Producto Interior Bruto (PIB), el indicador que mide la riqueza en Catalunya, no deja de crecer. El año pasado subió al 4% y sigue al alza. A su vez, el paro está en caída libre: ha descendido hasta el 8,9%, la mejor cifra de la década. Sin embargo, los datos de pobreza siguen estancados o crecen en algunos casos, como en el colectivo de menores o la pobreza extrema. ¿Por qué hay bonanza económica pero malestar social?, se pregunta la federación de Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS) en su último informe Insocat, presentado este martes. "El problema son, sobre todo, la vivienda y el precio de la vida", responde Mariona Puigdellívol, directora de ECAS. El informe revela, entre otros indicadores, que las personas que viven de alquiler sufren tres veces más pobreza que quienes son propietarios.
Uno de cada cuatro catalanes es pobre. Este dato se mantiene estable desde hace ya más de cinco años y q las políticas sociales no lo logran revertir. Si nos centramos en la tenencia de la vivienda, la brecha entre unos y otros se dispara. Los propietarios registran un 11,4% de tasa de riesgo de pobreza, mientras que los inquilinos llegan al 29,8%. "Es prácticamente tres veces más elevado. El problema es que los precios van subiendo, y la gente cada vez debe aportar más dinero para hacer frente al gasto. La vivienda es un factor generador de pobreza", asume Puigdellívol. En este sentido, el informe destaca que mientras los precios del alquiler han subido un 56% de media en Catalunya, los salarios tan solo han mejorado un 22%.
La vivienda es un factor generador de pobreza: la gente cada vez debe aportar más dinero para hacer frente al gasto
"Se están tomando medidas, como el aumento del salario mínimo, pero lo cierto es que estos incrementos son insuficientes", se queja la directora. La brecha también se observa en el ámbito laboral. El paro baja, mientras que los trabajadores pobres ya suponen el 10%. De hecho, tras el problema de la vivienda, Puigdellívol sitúa el incremento de los precios: aunque este se ha reducido respecto a 2022, sigue mucho más alto que los salarios. "La gente no llega a fin de mes, no puede sostener el coste de la vida. El 17% de los catalanes sufren pobreza energética y el 35% no pueden afrontar gastos imprevisibles", se queja.
Aun así, ECAS cree que el escenario es aún más demoledor. La encuesta de condiciones de vida, de donde sale la estadística de la pobreza, no tiene en cuenta a las personas en situación irregular y quienes no se pueden empadronar, que normalmente son quienes que habitan en infraviviendas o se encuentran sin hogar. "Hay una realidad mucho más grave, que nosotros conocemos porque los atendemos, pero que las estadísticas no tienen en cuenta", apunta Puigdellívol. Por otro lado, destaca que las rentas altas tampoco están cuantificadas. "Los indicadores de desigualdad tienen en cuenta las rentas del trabajo, pero las grandes fortunas están puestas en acciones bursátiles, en viviendas... esta realidad no se cuenta", añade la directora. Cita, sin ir más lejos, los beneficios de récord que llevan acumulando grandes empresas del país. "Esto no se está cuantificando para medir la desigualdad".
Propuestas de mejora
Puigdellívol reclama que las políticas ataquen la realidad de los más vulnerables: los migrantes, las familias monoparentales y los menores de edad, quienes duplican o hasta triplican la pobreza de otros colectivos. En este sentido, proponen que la política de vivienda se centre en el alquiler social frente a la vivienda de protección oficial y que se ponga en marcha la ayuda universal por menor a cargo. "Todo lo que implique una mejora para las familias es muy necesario", señala Puigdellívol. También son partidarios de una mayor carga fiscal frente a la grandes fortunas, para que, a su vez, los trabajadores que no llegan a final de mes puedan complementar sus salarios con prestaciones sociales como, por ejemplo, la Renta Grantizada de Ciudadanía. "El objetivo final es que suban sus salarios y que se consigan convenios a través de la negociación colectiva que erradiquen la pobreza laboral. Pero mientras tanto es una buena solución", afirma Puigdellívol.
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