Gestión hídrica

Catalunya elimina restricciones por sequía y levanta la emergencia

Barcelona y el sistema de los ríos Ter y Llobregat siguen en la fase de alerta por precaución pero el Govern confía en poder dar por finiquitada la sequía en las próximas semanas

El 50% de las cuencas internas de Catalunya ya se encuentran en 'normalidad'

Catalunya sustituirá las tuberías de fibrocemento en caso de deterioro o para reparar fugas

La consellera Sílvia Paneque y el president Salvador Illa.

La consellera Sílvia Paneque y el president Salvador Illa. / RUBÉN MORENO

Guillem Costa

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Barcelona
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La sequía aún no ha terminado en Catalunya, pero su final está ya muy cerca. Tras las lluvias de los últimos días, que han aportado grandes cantidades de agua a los embalses y los acuíferos –no llovía de forma tan persistente y homogénea desde 2021 y las cuencas internas acumulan un 46% de su volumen máximo–, el Govern ha anunciado este martes la retirada de algunas restricciones sobre el uso del agua que todavía estaban vigentes.

En el Alt Empordà, varias localidades todavía estaban en estado de emergencia por la crisis hídrica, pero ahora, los datos permiten a esta comarca salir de esta fase. Tanto los municipios abastecidos por el embalse Darnius Boadella como los que reciben agua procedente de la masa de agua subterránea Fluvià-Muga pasan a estar en alerta y en excepcionalidad respectivamente. En estos momentos, solo está en emergencia Sant Feliu de Codines (Vallès Oriental), un pueblo que reclamó entrar en esta fase por decisión propia ante la falta de reservas en los pozos.

"No podemos dar el mensaje de que tenemos la solución definitiva y debemos ser prudentes, pero empieza el proceso de desescalada y eliminación de las restricciones", ha afirmado la consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque. Desde esta semana, el 50% de las cuencas internas de Catalunya (las que no forman parte de la cuenca del Ebro) están en normalidad, es decir, sin sequía.

También se rebaja el estado de las unidades de explotación de Anoia-Gaià, cabecera del Ter, Llobregat Mitjà y Prades-Llaberia, que pasan de la alerta a la normalidad. Serralada Transversal y Empordà pasan de la excepcionalidad a la alerta y Riudecanyes abandona la emergencia para entrar en prealerta.

Para ver cómo ha cambiado la situación en poco tiempo, basta con echar un vistazo a un mapa pintado con los colores del semáforo del Plan Especial de Sequía. Hace pocas semanas, casi la mitad de Catalunya aparecía pintada de rojo o naranja. Hoy, casi todo es verde, azul y amarillo.

No obstante, para las ciudades y pueblos suministrados por los embalses de los ríos Ter y Llobregat –casi 6 millones de catalanes–, se mantendrá la fase de alerta y aún se mantienen ciertas medidas.

Abril lluvioso

¿Qué debe suceder, pues, para que el sistema de estos dos ríos salga de este estado y abandone la crisis hídrica? Según el Plan Especial de Sequía, se ha de llegar a los 300 hectómetros cúbicos. Pero Paneque ya ha dejado claro que no tiene por qué ser así: "Nuestra idea es no eliminar restricciones para luego tener que aplicarlas de nuevo y hay que tener en cuenta que ahora empieza la campaña de riego, por tanto, tomaremos la decisión cuando la podamos mantener estable en el tiempo".

De todas formas, la consellera ha admitido que el Ejecutivo catalán confía en poder informar acerca de nuevos cambios en las próximas semanas. Una de las claves para que esto ocurra será la llegada de más lluvias. Paneque, en este sentido, ha subrayado que los pronósticos a medio plazo dibujan un abril más húmedo de lo que suele ser habitual. Si esta predicción se cumple, Catalunya podrá salir definitivamente de la sequía en primavera.

La consellera también ha aprovechado para "agradecer el esfuerzo" a la ciudadanía a la hora de ahorrar agua, en especial "a los agricultores y a los sectores económicos que más han sufrido las restricciones".

Mantener el rumbo

El Govern destaca que pretende seguir con la hoja de ruta para culminar lo que se ha llamado 'transición hídrica', un proceso que, según Paneque, debe servir para que el suministro de agua en Catalunya no dependa de las lluvias. "Confiamos en las soluciones tecnológicas para hacer frente a la disminución de la pluviometría y a las sequías que vendrán", ha sostenido la portavoz del Govern.

En concreto, se pone el foco sobre el agua regenerada (se redoblará en el Besòs y se impulsa en Figueres), el agua desalinizada (la licitación de la nueva planta en la desembocadura del Tordera se va a desencallar en los próximos días y se construirán desalinizadoras móviles en la Costa Brava) y la construcción de nuevos pozos.