Asturias
Fabada, escalopines al cabrales y arroz con leche: el menú (muy asturiano) que las monjas de Belorado sirvieron en la apertura de su restaurante en Arriondas
Las religiosas de clausura, que sirvieron sus primeros platos por 15 euros a una treintena de comensales, agradecen la acogida "increíblemente buena" de los vecinos
"Las reservas para los fines de semana están siendo una locura, no somos capaces de absorber a tanta gente", afirman las hermanas excomulgadas del monasterio de Burgos

Julia Quince
Fabada, fideuá, codillo, escalopines al cabrales, arroz con leche y frixuelos. Con este menú de 15 euros (que incluyó agua, vino y casera y hasta sidra) y una acogida "increíblemente buena" se estrenaron este martes las exmonjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos) en las cocinas del "primer resturante de clausura en España", ubicado en Arriondas. Con motivo de su apertura, las religiosas organizaron una comida para la prensa, que contó con platos de la "tierrina" y que degustaron unos treinta comensales. Sor Sión, muy sonriente, reconoció ante los periodistas que tienen que "seguir practicando", porque acaban de "empezar", a la vez que agradeció el recibimiento de los vecinos de Arriondas. Precisamente, las monjas han estado aprendiendo en los fogones con la experimentada cocinera asturiana, María Dolores Feliz, vecina de Güexes (Parres) y propietaria del edificio en el que las exclarisas han montado su restaurante.
Las exmonjas (Sor Myriam, Sor Sión y Sor Alma) dedicaron el pasado fin de semana a recibir a pequeños grupos de comensales a modo de "prueba" para ir rodando el nuevo restaurante, un proyecto que nace como una solución temporal a sus problemas económicos mientras se resuelve la demanda de desahucio presentada por el Arzobispado de Burgos. Pero fue finalmente este martes cuando llegó el momento esperado de la inauguración oficial.
Un menú muy asturiano
La carta de la jornada inaugural dejó claro que la tradición asturiana será la base del restaurante. De primero, una generosa pota de fabes con su compango: chorizo, tocino y morcilla. Guiño también de la cocinera valenciana Sor Myriam a su tierra natal con un fideuá de marisco. Como plato principal, los clientes pudieron elegir entre codillo guisado o escalopines con salsa de queso Cabrales, ambos acompañados de patatinas fritas. Todo casero. Y, aunque el menú incluye agua o vino con casera, no podía faltar un buen culín de sidra natural para redondear la experiencia.
El broche de oro llegó con los postres: frixuelo con nata y chocolate, conocidos como "falluelas" en Parres, crema de limón y arroz con leche, este último siguiendo la receta tradicional asturiana. "Lleva un toque de anís, tal y como lo hacen aquí", matizó Sor Sión. Las monjas también ofrecían yogures. Junto al menú, en las pizarras del restaurante se podía leer la siguiente oración: "El señor te bendiga y te guarde, te muestre su rostro y tenga piedad de tí, te dirija su mirada y te de la paz". Y un "Buen provecho", acompañado de un corazón.
Primeras impresiones
Tras esta primera prueba, y muchas horas de trabajo a la espalda, las monjas se mostraron satisfechas con el trabajo realizado y, aunque aseguran que aún deben seguir perfeccionando su técnica, sostienen que no se les resiste ningún plato. "Hemos tenido buenos ayudantes, la gente de la zona ha querido introducirnos en la gastronomía local y estamos muy agradecidas por sus consejos y ayuda", expresaron.
Una treintena de comensales pudieron disfrutar de esta jornada inaugural, entre ellas dos vecinas del municipio: Elena González, de Triongo e Isolina García, de Fuentes. "Vimos que ya habían abierto y teníamos ganas de probar sus platos", comentaron, otorgando un sobrado aprobado a los platos elaborados por las monjas. "La fabada está bien cocinada, se nota que es casera", apuntaron.
¿Cómo funcionará el "restaurante de clausura"?
Las clarisas de Belorado vivirán en la parte superior del Hotel Restaurante Santa María del Chicu que alquilaron hace unos meses por 1.600 euros mensuales. Ellas serán las encargadas de la cocina que permanecerá separada del salón comedor. El establecimiento, que también cuenta con un pequeño patio cubierto, dispone de una decena de mesas y un equipo de tres personas atendiendo en barra y sala.
El personal asegura que el arranque se está llevando a cabo de manera progresiva y con grandes expectativas. "Vamos poquito a poco, pero con muchas ganas de trabajar y tratar a los clientes de la mejor manera posible", cuenta Rafael del Valle Feliz.
Durante la semana, el restaurante no aceptará reservas, sino que atenderá a los clientes por orden de llegada, ofreciendo un menú diario de 15 euros basado en los productos locales, incluyendo legumbres, carnes y pescados. Los fines de semana, el menú tendrá un precio de 18 euros y se organizará en dos turnos, de 13:00 a 14:30 horas y de 14:30 a 16:00 horas.
"Las reservas para los fines de semana están siendo una locura, no somos capaces de absorber ahora mismo a toda esa gente que quiere venir a comer, pero daremos lo mejor de nosotros", apunta del Valle.
Paralelamente, las monjas cuentas con una tienda dentro del establecimiento en la que venderán sus famosos chocolates: tabletas de distinta pureza, rocas y confituras de naranja, además de imágenes religiosas.
Una comunidad volcada con el proyecto
El apoyo de la comunidad local ha sido clave en el inicio de este ilusionante proyecto para las tres monjas de Burgos que apenas llevan unas semanas instaladas en la región. "Ha sido increíblemente buena la acogida, tanto de la gente del pueblo, como de los comercios y de la gente que se interesa por venir a comer", contó Sor Sión.
Con esta iniciativa, buscan pagar deudas, revitalizar la comunidad de Belorado y crecer en la línea del emprendimiento. Sin embargo y, a pesar de esta nueva etapa, las clarisas buscan mantener su esencia, pues no dejan de seguir siendo "monjas de clausura". Mientras tanto, las monjas que aún residen en Burgos siguen de cerca esta experiencia con "mucha intensidad", aunque en la distancia. "Están muy contentas. Les hemos mandado platos para que los prueben", aseguraron.
"Son un ejemplo de valentía y determinación. A pesar de las limitaciones han sabido transformar sus habilidades en un emprendimiento único que combina fe, trabajo y pasión. No solo buscan sustentar a su comunidad, sino también demostrar que, con dedicación y creatividad, es posible innovar sin abandonar los principios que las guían", comentó Francisco Canals, jefe de prensa de las monjas, quien recuerda que la comunidad religiosa mantiene operativa una campaña de recogida de firmas en Change.org “Salvemos a las monjas”, que sigue creciendo y ya ha alcanzado la cifra de 1.300 apoyos.
Litigio con el Arzobispado de Burgos
Sin perder la sonrisa, Sor Sión ha asegurado que no hay "ninguna novedad" en el litigio por la demanda de desahucio presentada por el Arzobispado de Burgos sobre el convento, si bien ha afirmado que seguirán "defendiendo" la que consideran su propiedad. Por su parte, las exmonjas que permanecen en el convento están siguiendo la apertura del nuevo negocio en tierras asturianas con "muchísima intensidad", porque desde el restaurante les hacen llegar vídeos y fotografías "casi en directo".
El proyecto gastronómico se completará con la puesta en marcha de obradores para elaborar sus famosos chocolates y con la compra de un terreno de 7.000 metros cuadrados, próximo al local, que se destinará a la cría y el entrenamiento de perros, para desarrollar proyectos, como por ejemplo, de atención a mujeres maltratadas o formación de perros guía.
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