El reto del envejecimiento

"Tú me acompañas y yo te dejo vivir en mi casa": la convivencia solidaria entre ancianos y jóvenes se abre paso

Carles y Montserrat forman parte del proyecto social 'Vivir y convivir': él tiene 35 años y estudia un máster y ella 89

Los dos afirman que están "encantados" de compartir piso y experiencias

Las caídas mortales llegan a su máximo histórico y superan a los suicidios: provocan 11 muertes al día

Carles Conti y Montserrat Parents forman parte del programa de convivencia intergeneracional 'Vivir y convivir'

Carles Conti y Montserrat Parents forman parte del programa de convivencia intergeneracional 'Vivir y convivir' / Jordi Otix

Patricia Martín

Patricia Martín

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Carles Conti ha pasado de compartir piso con nueve chicas a convivir con Montserrat Parets, de 89 años. Él es mallorquín, tiene 35 años y se mudó a Barcelona el pasado verano para estudiar un máster de formación de profesorado. Es uno de los 204 participantes que este curso tiene el programaVivir y Convivir’, de la Fundació Roure, que está arraigada en Ciutat Vella y su objetivo es ayudar a las personas mayores, en este caso, con un proyecto que promueve la convivencia solidaria entre séniors y estudiantes universitarios.

El programa se puso en marcha hace 25 años con el objetivo de facilitar las relaciones y la colaboración entre generaciones que, en ocasiones, viven muy alejadas entre sí, pero pueden ayudarse mutuamente. Los estudiantes que llegan a Barcelona de otros lugares necesitan un sitio donde vivir y el precio de los alquileres es a menudo inalcanzable. Y cada vez hay más personas mayores que disponen de habitaciones libres y que necesitan ayuda o compañía si sufren soledad no deseada. Por tanto, con el proyecto social, si ambos congenian, las dos partes salen ganando. Una –la sénior– aporta la casa y la otra –la más joven– brinda compañía y ayuda.

Es el caso de Carles y Montserrat, que están “encantados” con su convivencia. Carles subraya que las ventajas de esta opción no solo están relacionadas con el considerable ahorro del alquiler, sino que “ha ganado” una compañera de piso con la que aprende “cada día”.

"Montserrat me cuenta cómo se desenvolvió en su vida laboral, su forma de ver los negocios y, como yo tengo una vertiente emprendedora, me gusta mucho hablar con ella, me enriquece muchísimo”

Carles Conti

“Al entrar en el programa pedí convivir con una persona inquieta, emprendedora, y Montserrat es una persona hecha a sí misma, que ha tenido que sacarse las castañas del fuego y que destacó en varios trabajos, sobre todo en los seguros. Por ello, me cuenta muchas cosas, cómo se desenvolvió en su vida laboral, su forma de ver los negocios y, como yo tengo una vertiente emprendedora, me gusta mucho hablar con ella, me enriquece muchísimo”, explica. Carles estudió ingeniería pero quiere ser profesor porque busca una ocupación más “creativa”.

Carles Conti y Montserrat Parents forman parte del programa 'Vivir y convivir', de la Fundació Roure, que promueve la convivencia intergeneracional

Carles Conti y Montserrat Parents forman parte del programa 'Vivir y convivir', de la Fundació Roure, que promueve la convivencia intergeneracional / Jordi Otix

Orden y limpieza

Otra de las ventajas de vivir con un sénior, según Carles, es que la casa está “ordenada y limpia”, nada que ver con la vivienda que compartía con nueve jóvenes, donde “había platos sucios por cualquier sitio” y la convivencia era “caótica”. Ambos se reparten ahora las tareas domésticas.

“Carles hace unas pizzas muy buenas y yo soy más de guisados, unas veces cocina él y otras yo. Solemos comer juntos y por las tardes a veces me ayuda a hacer la compra, porque sufrí un infarto y me canso muchísimo y, si me ayuda a caminar, voy más segura”, explica Montserrat, quien califica la convivencia con el joven de “perfecta”. El estudiante también la acompaña al médico, al banco, a hacer trámites… “El programa tiene una serie de normas, como que no puedes llegar a casa a partir de las 10.30 horas y debes tener una buena relación con la persona mayor, pero yo no lo hago por obligación, sino que he cogido cariño a Montserrat e intento ayudarla en lo que puedo”, indica Carles.

Carles Conti y Montserrat Parents en la casa que comparten, como parte del programa de convivencia intergeracional 'Vivir y Convivir'

Carles Conti y Montserrat Parents en la casa que comparten, como parte del programa de convivencia intergeracional 'Vivir y Convivir' / Jordi Otix

Soledad

Montserrat se apuntó al proyecto porque se sentía “sola” y su hija, que vive en Francia, quería que tuviera compañía, “sobre todo por las noches”. De hecho, su hija ya buscó otra estudiante, Carla, que vivió con su madre durante cuatro años. Pero la joven se trasladó a Suiza y ahora, siempre que vuelve a Barcelona, visita a Montserrat. “Me considera como su abuela”, explica.

"Normalmente, con la vejez, todo el mundo se agria un poco pero Montserrat siempre está sonriente y ve la parte buena de las cosas. Esa mentalidad hace que sea todo más agradable”,

Carles Conti

El carácter de Montserrat favorece la buena convivencia, añade Carles. “Normalmente, con la vejez, todo el mundo se agria un poco pero Montserrat siempre está sonriente y ve la parte buena de las cosas. Esa mentalidad hace que sea todo más agradable”, afirma.

La experiencia está siendo tan positiva que Carles y Monserrat se plantean convivir durante dos años, porque el máster del universitario acaba este curso pero baraja hacer una especialización, también en Barcelona. Carles no hecha en falta la convivencia con otros jóvenes o las fiestas en pisos de estudiantes. Y, si tuviera hijos, “les recomendaría que convivieran con personas mayores porque te pueden aportar mucho, más allá del ahorro económico”, concluye.

Suscríbete para seguir leyendo