Revegetación en el área de Barcelona

Sant Adrià creará un parque junto al Besòs con árboles que consumen poca agua

El proyecto contempla arrancar cañas invasoras y sustituirlas plantando especies que soporten bien el calor y las plagas

El municipio idea extender la zona verde en un futuro inconcreto a seis hectáreas ahora baldías entre carreteras, al estilo del Nus de la Trinitat

Las ciudades del Besòs llaman a retirar las cañas invasoras para reducir el riesgo de inundaciones

Recreación del futuro parque lineal que se proyecta en un lateral sobre el parque fluvial del río Besòs.

Recreación del futuro parque lineal que se proyecta en un lateral sobre el parque fluvial del río Besòs. / AYUNTAMIENTO DE SANT ADRIÀ DE BESÒS

Jordi Ribalaygue
Guillem Costa
Barcelona
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La caña invasora, que causa quebraderos de cabeza para erradicarla en cauces como el del Besòs, abunda también en terrenos poco transitados. No solo halla condiciones para asentarse en los lechos de los ríos, donde acorrala a la planta autóctona y amenaza con agravar inundaciones en caso de riada, sino que también agarra en solares abandonados. “Le gustan las condiciones adversas y puede rebrotar sin necesidad de agua, pero luego tiene un alto consumo hídrico”, destaca Begoña Martínez, jefa del área de ecología del Consorcio Besòs Tordera. 

La capacidad de resistencia de los cañaverales en entornos hostiles ha propiciado que arraiguen también en uno de los balcones que se asoman en la margen derecha sobre el río en su tramo final antes de alcanzar la desembocadura. Es un paraje despoblado detrás de la Ciudad Deportiva del Espanyol y el tanatorio de la localidad. En el descampado que va de una pasarela a otra que descienden al parque fluvial, entre el puente dels Passadors -por donde discurre la N-II- y los viaductos de la autopista C-31, el Ayuntamiento de Sant Adrià tiene planificado crear una zona verde a partir de junio, si nada se retrasa en el concurso abierto para adjudicar las obras.

La primera fase debe finalizar en unos siete meses, que se extenderá a lo largo de 6.940 metros cuadrados, de los que la mitad se reservan para vegetación. En principio, el paso que una la vía verde con el puente dels Passadors queda para el mandato que empezará a partir de 2027 y se idea que, en un futuro inconcreto, se agrande el parque plantando vegetación en dos grandes parcelas baldías que suman más de seis hectáreas, donde se entrecruzan nudos viarios entre el río, la Ronda Litoral y la vía de Rodalies. El concepto recuerda al parque del Nus de la Trinitat, un vergel en medio de la maraña del tráfico.

"Hemos de estudiarlo más en detalle para ver los posibles usos y evitar que se conviertan en zonas verdes residuales", precisa el teniente de Territorio de Sant Adrià, José A. Gras. Por lo pronto, sí figura el propósito de eliminar las cañas en la parte que se remodelará este año y relevarlas por árboles que requieran poca agua para sobrevivir.

Mirador sobre el río

El consistorio califica el futuro parque de “lineal”, por desplegarse en la franja pegada justo encima del Besòs. Contará con accesos y vías segregadas para peatones y ciclistas para desplazarse por un lugar ahora más bien inhóspito, con enlace a la cercana Rambla Guipúscoa -puerta de entrada a Barcelona- y el carril de la Bicivia que transita por las inmediaciones. “El objetivo es crear la conectividad entre los barrios de La Catalana y Via Trajana-Montsolís, que ahora no existe, y que deje de ser un espacio periurbano residual, para que la gente lo use para pasear e, incluso, estar en él y funcione como mirador del río”, desgrana Gras.

El temporal inunda de cañas invasoras la playa de Sant Adrià

El proyecto, por el que Sant Adrià pagará 1,03 millones de euros como máximo, será aprovechado para controlar la expansión de la caña americana. Los cañaverales dispersos en los descampados se podarán, las cañas se triturarán, se arrancarán las raíces -hasta una profundidad de 50 centímetros para que no resurjan- y se hará mantenimiento durante un año para vigilar que no vuelven a despuntar. “Iremos extinguiendo estas especies invasoras en cualquier otra zona para sustituirlas por otras más adecuadas, tanto por contexto hídrico como climático, y la intención es hacerlo también en el río”, expresa Gras.

La reforma de la parcela prevé poblarla con arbolado que soporta bien los ambientes secos y urbanos, además de resistir bien al calor y las plagas. El proyecto apuesta por serbales, almeces, tamarices, tipuanas y algarrobos. También se sembrarán gramíneas y leguminosas. 

Recreación del futuro parque que se proyecta en un lateral del parque fluvial del río Besòs.

Recreación del futuro parque que se proyecta en un lateral del parque fluvial del río Besòs. / AYUNTAMIENTO DE SANT ADRIÀ DE BESÒS

Especie clonal

A su vez, un proyecto de Sant Adrià y Área Metropolitana de Barcelona aspira a obtener fondos europeos FEDER para renaturalizar la desembocadura del Besòs. Conlleva suplir las cañas por otras plantas.

Tiene puntos de coincidencia con el refugio de biodiversidad desarrollado en Santa Coloma de Gramenet, en que se han quitado cañas para reocupar el espacio con vegetación propia del clima mediterráneo. Por su parte, el Ayuntamiento de Montcada i Reixac respalda el plan de la agrupación de defensa forestal La Serralada para la mejora del río Ripoll, afluente del Besòs, que “contempla, entre otras, la retirada de especies exóticas, especialmente de caña y la reintroducción de vegetación autóctona”, explica la concejala de Medio Ambiente, Dámaris Sánchez.

A la hora de encontrar soluciones a la proliferación de las cañas, el ecólogo especialista en especies exóticas y director del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), Joan Pino, advierte de que se debe ir con cuidado. "Es un reto complicado de afrontar y hay que tener en cuenta muchos aspectos", defiende.

Una peatona camina por el puente dels Passadors, en Sant Adrià, justo encima de unos cañaverales frondosos en el parque fluvial del Besòs.

Una peatona camina por el puente dels Passadors, en Sant Adrià, justo encima de unos cañaverales frondosos en el parque fluvial del Besòs. / FERRAN NADEU

La caña tiene una singularidad: sus semillas son estériles. ¿Y cómo se reproduce? A través de los rizomas, unos tallos subterráneos que se van expandiendo y multiplicando. Este sistema la convierte en una "especie clonal", porque va produciendo clones. "Esto dificulta la gestión, puesto que no se pueden dejar trozos esparcidos ni rizomas sueltos con capacidad de reconquistar terreno", precisa.

Se han buscado muchos métodos y se han realizado todo tipo de pruebas, como tapar las áreas de caña para que no rebrote, inundar los tallos subterráneos y arrancarlas al completo. El Consorcio del Besòs Tordera experimenta con una prueba piloto desde el invierno de 2024 en una zona de difícil acceso en el río Ripoll, en las proximidades de la estación de aguas residuales de Sant Llorenç Savall. Los tallos se segaron y se ha extendido una lona sobre un terreno de 350 metros cuadrados. “Estamos asfixiando las raíces sin luz ni agua y hacemos control para cortar las cañas si rebrotan”, comenta Martínez. El ensayo concluirá entre finales de año y primeros de 2026.  

Pino señala que no hay una fórmula mágica. "Lo que hay que hacer es tratar de plantar plantas, arbustos y árboles autóctonos que vayan arrinconando la caña, a la vez que esta se va retirando", propone. Es recomendable que las actuaciones se organicen de arriba a abajo, desde la cabecera hacia la desembocadura. Así, si hay una riada, la caña no reaparece con tanta facilidad. Además, es clave que no sean "acciones puntuales". "No puede ser que cuando el presupuesto se acabe no se haga un seguimiento", dice Pino. La empresa Naturalea ha redactado un documento de buenas prácticas, con el lema "caña a la caña". Pino opina que es importante ser proactivos, pero avisa de que, seguramente, jamás se podrá eliminar del todo, sino solo reducir su presencia.

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