SUCESOS

Los 242 desalojados del poblado inundado de Móstoles todavía no pueden volver a casa: "Sentí miedo por los niños"

Los vecinos del asentamiento Las Sabinas fueron desalojados el sábado ante la crecida del río Guadarrama, que llegó a alcanzar un metro de altura en muchas casas. Hoy, algunas siguen sin luz ni agua

Vecinos de Las Sabinas, en Móstoles, muestran en qué tramo del río Guadarrama comenzó la crecida el pasado sábado.

Vecinos de Las Sabinas, en Móstoles, muestran en qué tramo del río Guadarrama comenzó la crecida el pasado sábado. / DAVID RAW

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Móstoles (Madrid)
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Hana, marroquí, tiene dos críos pequeños y el sábado por la mañana, cuando el río Guadarrama comenzó a crecer hasta entrar a su casa, empezó a temer por ellos. "Es que, mira", explica en un básico castellano señalando el marco de la puerta de su vivienda de ladrillo, a una altura de medio metro del suelo, "el agua llegó hasta aquí. Tuve mucho miedo por los niños. Hoy ya están en el colegio, mejor", cuenta Hana, que se afana con la fregona para tratar de secar el suelo de su vivienda, una de las decenas del poblado Las Sabinas, en Móstoles, que el pasado fin de semana se vio afectada por la crecida del río Guadarrama. 

En algunas casas, situadas a unos 15 metros del río, el agua llegó hasta un metro de altura, lo que obligó a desalojar a decenas de familias. Un total de 242 personas que viven en este poblado de infraviviendas tuvieron que marcharse por temor a la crecida del río, que justo aquí confluye con un regato que el pasado sábado también bajaba hasta los topes. 

"Se formó un tapón en el río"

"Nosotros justo nos libramos, pero todas las casas esas frente al río míralas; yo no sé si justo al llegar al regato hizo tapón por toda la basura que la gente tira al río o qué, pero el agua iba por las calles; el regato bajaba con mucha fuerza", relatan Ramón y Manuel, hermanos que viven ambos con sus familias en este asentamiento, donde la mayoría de habitantes son marroquíes o de etnia gitana. 

A ambos lados del río se acumulan rastrojos, chatarra, colchones, de todo un poco, arrastrados en algunos casos por la corriente o almacenados ya de antes por los 'dueños' de los terrenos. "Mi abuela vive aquí desde hace 50 años y nunca había pasado algo así. Desde la Filomena ya hemos tenido varias como esta", relatan los hermanos, uno de los cuales, ante la advertencia de la Policía Nacional y Municipal, abandonó su casa el sábado, pero volvió ayer, comprobando que su casa no estaba afectada: "Menos mal".

Balsas de agua por todo el asentamiento

Amplias balsas de agua se reparten por las calles del poblado, en su mayor parte de tierra, sn asfaltar, y muchos vecinos han tabicado las entradas a sus casas para impedir el paso del agua en caso de que haya más crecidas. Muchas infraviviendas se quedaron sin agua ni luz y todavía esta mañana estaban sin ellas y algunos vecinos habían colocado los colchones y diversos enseres encima de mesas, en alto, para que no se mojen. 

"En principio los desalojados todavía no pueden volver hasta que vengan los técnicos del Ayuntamiento a ver si hay riesgo para sus casas o no. Algunos se negaron a marcharse, pero para este miércoles dan alerta que de puede llover con la misma intensidad", relata uno de los numerosos policías municipales repartidos por la entrada al asentamiento, para garantizar que solo puedan entrar vecinos.  

Antonio, jubilado, se maneja a duras penas con su bastón sorteando charcos, mientras dos gallinas picotean en un prado. "Yo tengo la casa a 12 metros del regato y me debió entrar como un metro de agua, pero no es nada, no sentí miedo ni nada. Yo creo que como llovió tanto abrieron las compuertas arriba del río y por eso cayó tanta agua. Yo no me voy a ir nunca de aquí", resta importancia a lo ocurrido. 

"Nosotros menos mal que pusimos sacos de arena en la puerta de la casa, y el agua no entró", relata Anabel, otra vecina al que le pilló el temporal fuera de Madrid. "Da un poco de miedo cuando llueve porque todo lo que tengo está en nuestra casa, el año pasado ya nos entró un poco el agua".  

Activo el plan de emergencias

El Ayuntamiento de Móstoles mantendrá activo esta semana el plan de emergencias. Del total de afectados, nueve familias han aceptado las alternativas habitacionales puestas a su disposición por el Ayuntamiento de Móstoles. El resto de los afectados han sido acogidos por familiares.

Ante la previsión de intensas precipitaciones en la región y para garantizar la seguridad en la zona, un amplio dispositivo de Policía Municipal de Móstoles y Protección Civil, en coordinación con la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 de la Comunidad de Madrid, vigila desde el pasado miércoles el cauce del río Guadarrama.

El alcalde de Móstoles, Manuel Bautista, que ha estado todo el fin de semana supervisando la zona de Las Sabinas, destaca que "la situación actual es estable, pero nos mantenemos vigilantes para preservar la seguridad de los mostoleños".

"Quiero agradecer tanto a la Policía Municipal de Móstoles como a Protección Civil y a la Comunidad de Madrid el gran trabajo que se está desarrollando estos días. Gracias a su labor, se ha evacuado a un total de 242 personas de las zonas aledañas para garantizar su seguridad", señala el primer edil.

El operativo de seguridad se puso en marcha tras activarse el miércoles 5 el Plan de Emergencias municipal "Inundamost", incluido en el Plan de Actuación en Emergencias por Inclemencias Invernales 2024-2025. De manera preventiva, con el plan "Inundamost" se busca actuar ante posibles inundaciones, teniendo en cuenta las zonas de especial vulnerabilidad como son los aledaños al río Guadarrama o al cauce del arroyo del Soto.