Amianto subterráneo

Catalunya sustituirá las tuberías de fibrocemento en caso de deterioro o para reparar fugas

El Govern no ve urgencia en la retirada y la Agència Catalana de l'Aigua asegura que el material de las cañerías no es peligroso para la salud

La 'revolución de las cañerías' servirá para sustituir tuberías de fibrocemento en decenas de municipios

Escape de agua en Barcelona.

Escape de agua en Barcelona. / Manu Mitru

Guillem Costa

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El amianto debe desaparecer de los edificios públicos antes de 2028 y de propiedades privadas antes de 2032, como la Unión Europea requiere. Para ello, Catalunya cuenta con el Plan para la Erradicación del Amianto, que ya está en marcha desde la pasada legislatura y que, para empezar esta ingente tarea (se calcula que todavía quedan en Catalunya cuatro millones de toneladas de amianto) se ha centrado en los edificios y sus tejados. El plan, sin embargo, también contempla otro foco de amianto: el subterráneo, el que se encuentra en bajantes y tuberías.

Fuentes del Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica explican a EL PERIÓDICO que este material no es peligroso si no se manipula. Por tanto, solo se procederá a su sustitución cuando se cambien las cañerías por otra razón, por ejemplo, para mejorar la eficiencia o para renovar la red. Estas fuentes destacan la apuesta de la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) a la hora de apoyar económicamente a los municipios que renuevan sus redes.

El fibrocemento está presente en al menos un 30% de tuberías de Catalunya

El Instituto Cartográfico y Geológico de Catalunya (ICGC) tenía el encargo de elaborar un mapa de detección de las cubiertas con fibrocemento en todo el territorio. Este mapa constituirá un instrumento esencial para establecer las prioridades de retirada y permitirá que todos los municipios catalanes dispongan de su propio censo de cubiertas con amianto. Posteriormente, se complementará el censo con otras ubicaciones de amianto, como bajantes, tuberías subterráneas, materiales de uso industrial, etc.

Las plataformas antiamianto reclaman retirar las cañerías que contienen este material pero la ACA rebaja la urgencia

Las tuberías de fibrocemento, presentes en muchas ciudades, son las protagonistas del desconocido mapa del amianto subterráneo. El plan catalán para la erradicación de este material pone el foco en los tejados de uralita, pero las cañerías apenas se mencionan. Tanto la ACA como las compañías suministradoras insisten en que estos elementos de fibrocemento no acarrean riesgos para la salud.

Mapas e inventarios

Josep Tarrés, doctor especializado en los efectos del amianto para la salud, afirma que, a día de hoy, no se ha podido demostrar que la ingesta de partículas de amianto esté relacionada con ninguna enfermedad: "La relación entre este material y el cáncer digestivo ha permanecido siempre en la etapa de posible, nunca se ha podido demostrar de forma contundente". "Aun así, estas tuberías se deben retirar igualmente, porque cuando se manipulan, las fibras pueden afectar a la vía respiratoria de los trabajadores", considera.

"La relación entre el amianto y el cáncer digestivo nunca se ha podido demostrar de forma contundente"

Josep Tarrés

— Doctor especializado en los efectos del amianto en la salud

Aunque se trate de un documento medio provisional y muchos ayuntamientos aún no hayan cumplido con su obligación de librarse del amianto, al menos existe la intención de disponer de un inventario pormenorizado de este material en los tejados. En su momento, también salió a la luz la presencia de fibrocemento en el metro y TMB asegura que un 90% está retirado.

Pero estos elementos apenas aparecen. Cuando en este documento se afirma que el amianto se presenta en distintos formatos, se ponen como ejemplos los depósitos de agua y las redes de suministro. Pero tan solo se habla de intervenir para detectarlo como una "medida complementaria". "Con la aprobación de la ley para la erradicación del amianto se puede valorar extender la obligación a otros tipos de intervenciones (...) como las redes de agua", reza el texto. A día de hoy, sin embargo, esta ley aún no tiene el visto bueno del Parlament.

Una nueva norma europea obligará a las empresas a identificar los materiales que potencialmente podrían tener amianto antes de derribar o reformar un inmueble

Pese a que la ACA y las compañías distribuidoras garantizan que la presencia de este material no tiene riesgos para la salud, las entidades antiamianto exigen sustituir estas cañerías de forma urgente. "Si hay un problema con el asbesto visible, mejor ni pensar en las redes de agua soterradas", dice Fernando Saavedra, miembro de la Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto en Catalunya.

Desde la FAVB (Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona) opinan que el desconocimiento es total. Explican que, en muchos casos, tras el reventón de una cañería, los vecinos descubren que muchos de los tubos que pasan por debajo de las calles son de fibrocemento. La federación lamenta la falta de "estudios solventes" que detallen los peligros para la ciudadanía y critican que no exista un censo.

Detalle de una bajante de fibrocemento, en una escuela de Badalona.

Detalle de una bajante de fibrocemento, en una escuela de Badalona. / GEORGINA ROIG

No ocurre lo mismo con el amianto subterráneo. "Cuando se elaboraron los mapas, las tuberías bajantes ya eran difíciles de detectar con la vista aérea", recuerda Saavedra. "¡Imagínate con estas tuberías!", espeta.

Redes antiguas

Estos grandes tubos se instalaron en la mayoría de los municipios catalanes en los años 70 y 80. Algunos se retiraron. Pero otros continúan ahí. Aun así, los datos de los que disponen las administraciones, son poco precisos. Según ha podido saber EL PERIÓDICO de fuentes que conocen de primera mano estas infraestructuras, al menos el 30% de las tuberías de Catalunya contienen fibrocemento. Años atrás, el Área Metropolitana de Barcelona trabajó en un estudio para constatar que la sustitución de estas redes antiguas era viable. Pero no se llegó a llevar a cabo un plan concreto.

Tuberías de fibrocemento antiguas, en Huelva.

Tuberías de fibrocemento antiguas, en Huelva. / Ecologistas en Acción

Fernando Novella, miembro de Jubilados de Macosa-Alstom Afectados por el Amianto, exige aprobar y desarrollar la ley catalana para dar un vuelco a la situación: "Aunque nos digan que no supone un problema para la salud, no tiene sentido tener estos elementos bajo las ciudades como sucede en toda España". Las tres entidades ciudadanas consultadas reprochan la falta de información al respecto. "Cuando el agua circula, la cal impide que las fibras de amianto acaben en el agua, pero cuando una tubería deteriorada se rompe, no sabemos qué pasa", subraya Novella.

La entidad americana Asbestos (que forma parte de The Mesothelioma Center) señala que el amianto se ha venido utilizando para los sistemas de agua potable, aguas pluviales y aguas residuales. "El problema es que cuando las redes se agrietan y se degradan, el amianto se puede filtrar y llegar al agua", afirman. Según la OMS, tanto en Europa como en Estados Unidos se consume agua contaminada con amianto, pero en concentraciones bajas que no son peligrosas.

Objetivos europeos

Europa ha llegado a varios acuerdos para reducir diez veces el límite de exposición al amianto. Con la intención de prevenir los casos de cáncer, los gobiernos de los 27 cerraron a última hora de este martes un pacto con los eurodiputados que prevé establecer el máximo en 0,01 fibras de amianto por cm³, en vez del 0,1 f/ cm³ actual. También se exigirá el uso de un nuevo método para medir estos niveles después de un periodo máximo de transición de seis años.

Con la nueva norma europea, las empresas tendrán que identificar los materiales que potencialmente podrían tener amianto antes de derribar un edificio o de iniciar el mantenimiento de los locales construidos antes de la entrada en vigor de la prohibición de este producto. Para cumplir con los objetivos comunitarios, Catalunya deberá acelerar unos planes que, según las plataformas ciudadanas implicadas, avanzan demasiado lentos. De momento, están centrados en los edificios y sus tejados. Pero el próximo reto pasará por abordar la situación en las redes de distribución y suministro de agua (tanto en baja como en alta).

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