El juzgado de Martorell reabre la investigación por la muerte de Isak Andic

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Martorell ha reabierto la investigación por la muerte del empresario y propietario de la multinacional Mango, Isak Andic, el pasado 14 de diciembre tras caer desde una altura de más de 100 metros cuando recorría un sendero cerca de las cuevas de Salnitre en Collbató.

Fuentes judiciales han informado a EL PERIÓDICO que se sigue manteniendo como principal hipótesis la muerte accidental pero los Mossos d'Esquadra tienen que completar los atestados entregados en el juzgado.

La policía tomó declaración a varias personas que estaban por la zona en el momento del accidente así como a miembros de la empresa que conocían la intención del empresario de salir a pasear ese sábado junto a su hijo Jonathan. También se ha analizado el teléfono móvil de Andic, que quedó destrozado tras la caída. Este estudio es preliminar, ya que técnicamente es difícil acceder al contenido del dispositivo. Agentes de Mossos recuperaron el teléfono móvil al día siguiente junto a otras pertenencias del empresario que quedaron en al fondo del barranco.

El juzgado también dispone del informe de la Unidad de Montaña de la policía catalana que participó en las tareas de rescate de estos objetos así como en el estudio del terreno en el que ocurrió el siniestro. Durante varios días, estos agentes estuvieron comprobando la zona para determinar las causas del deslizamiento de piedras y tierra que pudo ser el origen de la caída del empresario. Además, se ha analizado la posición del coche en el que llegó Andic junto a su hijo y el recorrido realizado por este sendero de Collbató.

Junto a estos atestados policiales, el juzgado también ha examinado los informes de los forenses del Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya que realizaron la autopsia del cuerpo. Algunos de ellos, como los toxicológicos tardaron en llegar, ya que se debían analizar muestras en laboratorios de fuera de Catalunya.

Según fuentes de la investigación, todas estas pruebas han apuntalado la versión de la muerte accidental del empresario, que iba acompañado de su hijo mayor, Jonathan, en el momento del siniestro mortal.

Los Mossos también está investigando las "contradicciones" en las varias declaraciones que ha efectuado Jonathan ante la policía. Por ejemplo, testificó ante los agentes que había dejado el coche en un sitio y era en otro; o que no había hecho fotos de la zona y sí que las había hecho, según han explicado fuentes judiciales a este medio.

Hace un mes el juzgado decidió archivar la investigación por la muerte del dueño de Mango, de 71 años, por un tema de prescripción de plazos judiciales. Ahora se ha vuelto a reabrir para incorporar estos informes aportados por la policía.

Caída mortal

El dueño de Mango era un amante de la naturaleza y el pasado 14 de diciembre decidió recorrer en compañía de su hijo Jonathan el trayecto que va de las Cuevas del Salnitre hasta el monasterio de Montserrat. A la vuelta, cuando se encontraban cerca del aparcamiento, pasaron por una zona en la que el camino se estrecha y no hay ninguna valla –como sí existe en otros puntos del itinerario– que separe el sendero de un barranco.

Jonathan era la única persona que acompañaba al fundador de Mango cuando sucedieron los hechos. Según su versión, iba mucho mas adelantado y escuchó un ruido de desprendimiento de piedras y arena. Fue entonces cuando se dio la vuelta y vio a su padre como resbalaba y como caía por el barranco, desde una altura de unos 100 metros. Fuentes policiales apuntan que el hijo estaba "fuertemente" conmocionado tanto cuando avisó al 112 como después al testificar ante los agentes.

Los servicios de emergencia actuaron rápidamente, con varias patrullas policiales y ambulancias desplazadas al lugar de los hechos, aunque Andic murió al instante a consecuencia del fuerte golpe. La autopsia que se le realizó también descartó que hubiera sufrido un desmayo o una indisposición.

A partir de la documentación aportada el juzgado puede ordenar nuevas diligencias.