Lina Gálvez: "Deberíamos tener una red social pública que sea democrática"

Los resultados electorales del pasado lunes en Alemania, donde la extrema derecha fue segunda fuerza, reflejan el auge de las opciones ideológicas xenófobas en toda Europa. Lo evidenciaron también los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, donde la ultraderecha ya controla el 25% de la Eurocámara. ¿Cómo se combate este discurso? ¿Qué están haciendo mal las fuerzas progresistas? ¿Hay lugar para el optimismo? Estas son algunas de las cuestiones que abordó este jueves en un 'afterwork' de EL PERIÓDICO Lina Gálvez (Sevilla, 1969), europarlamentaria socialista que preside la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, catedrática de Historia e Instituciones Económicas del Departamento de Economía de la Universidad Pablo de Olavide y especialista en la desigualdad económica que afecta a las mujeres, en un acto previo al 8M, día internacional de las mujeres trabajadoras.

En la sede de la Comisión Europea en Barcelona, y en conversación con el director de EL PERIÓDICO, Albert Sáez, Gálvez abordó la falta de regulación de las redes sociales, especialmente después de la victoria de Donald Trump. "Me he entrevistado con Google, con Meta y estaban haciendo cosas para limitar el sesgo de su algoritmo, pero de repente su compromiso con la igualdad y la diversidad ha desaparecido", apuntó Gálvez, que lamentó que el modelo de negocio de estas empresas se base en este sistema. "Debemos buscar alternativas, por ejemplo crear una red pública. Que se respete la opinión pero sin toxicidad, sin agresividad, con unas reglas de juego democráticas de respeto", expuso. "Pienso que es la única solución, que haya redes públicas con control democrático", señaló, antes de defender también la independencia de los medios tradicionales y la necesidad de que la gente se informe a través de ellos.

"En esta legislatura deberemos garantizar que las leyes novedosas en favor de las mujeres se implementan"

Lina Gálvez

— Presidenta de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo

La charla, que llenó al completo la sala de actos, empezó con un balance de la labor de la comisión que preside Gálvez. "La legislatura anterior fue la mejor que ha habido en términos de igualdad", recordó. Y nombró los avances logrados: la primera norma europea contra la violencia de género, la de transparencia salarial, la directiva contra la trata de mujeres, las normas para ampliar la presencia femenina en los consejos de administración, la legislación sobre los cuidados y las iniciativas legales en favor de los derechos reproductivos de las mujeres. "Lo ideal sería seguir con fuerza pero si soy sincera creo que en esta legislatura deberemos garantizar que estas leyes tan novedosas se implementan", recalcó.

Cambio de paradigma

El problema, admitió, es que una parte del Europarlamento ya no está por la labor. "Tenemos tres grupos de ultraderecha y somos menos mujeres que en la anterior legislatura", resumía. Han pasado de 40% a 38% de europarlamentarios, mientras que los partidos ultra han crecido del 20 al 25%. La socialista se mostró muy preocupada por el avance de los partidos ultra, que han pasado del 20% al 25% de escaños, y también por el cambio de tendencia social. "En los años 80, 90 y 2000, el machismo estaba a la defensiva, a los hombres les daba vergüenza mostrarse. Ahora han pasado a la ofensiva de forma descarada y abierta".

¿Y cómo nos puede afectar en el día a día? "Hay un retroceso en el compromiso político y social de la igualdad de género brutal. Ellos consideran que lo aprobado anteriormente ya no cuenta", analizó. "Quieren fomentar la natalidad de las mujeres europeas, nos quieren de vuelta a casa para compensar su agenda económica austericida de recortes en el gasto público. Nosotras hablamos del derecho al trabajo, ellos del derecho de quedarse en casa. Es una propuesta de regresión que se lleva a la democracia por delante", añadió.

"Hay un retroceso en el compromiso político y social de la igualdad de género brutal"

Puso de ejemplo las políticas de Milei y de Trump, pero también de Moreno Bonilla en la Junta de Andalucía y de Viktor Orbán, el presidente de Hungría. Recordó que el Gobierno húngaro se negó a asistir a la comisión que ahora preside Gálvez cuando ostentaba la presidencia de la UE, aunque sí acudió a otras comisiones, como la de industria. "No les interesa la igualdad porque no se dignaron ni a venir", zanjó Gálvez.

Según Gálvez, este fenómeno contra la igualdad hace treinta años que se está urdiendo desde diferentes frentes. "Se han dado cuenta de que el feminismo es el movimiento más democrático de los siglos XX y XXI y desean acabar con la democracia". También señaló que grandes sagas empresariales, aristócratas europeos, oligarcas rusos y americanos han apoyado económicamente esta causa contracultural.

"O reaccionamos o Putin y Trump nos convertirán en el jamón york de su sándwich"

Y ahí es donde la dirigente socialista hizo autocrítica. "Nosotros al principio les despreciamos y ahora nos llevan mucha ventaja. Han cambiado las reglas del juego. Y en las redes sociales, cuyos algoritmos premian la discusión macarra, nuestro discurso cuesta". Otra de las autocríticas que hizo es la división del feminismo. "Que las discusiones teóricas sean un campo de batalla nos ha ido mal", reconoció. Y por último, advirtió de que existe una brecha académica entre los más jóvenes que favorece la suma de adeptos a la causa ultra. "Las chicas rinden más y ellos sienten que pierden privilegios", resumió.

Gálvez cree que la receta para frenar el ascenso de la ultraderecha la tienen las fuerzas democráticas. "Si la igualdad es central para ellos también debe serlo para nosotros, hay que defender la democracia y pasar a la ofensiva con la igualdad en el centro". Insistió en que la apuesta de la legislatura es aplicar políticas de igualdad en todo el ámbito digital, especialmente en la Inteligencia Artificial, y también en el sector de las renovables, muy beneficiado por los fondos Next Generation. "Todas las políticas deben implementar la igualdad, deben aplicarse de forma transversal con evaluaciones", reiteró.

Ante las preguntas de preocupación del público, Gálvez ha quiso terminar con un mensaje optimista: "Reaccionamos cuando estamos al borde del precipicio, cuando vemos a Estados Unidos votando con Rusia en la ONU. Eso nos toca la fibra de orgullo europeo y nos ha hecho reaccionar. Hemos oído discursos que están traspasando límites inimaginables. O reaccionamos o Putin y Trump nos converitrán en el jamón york de su sándwich".