Esta madrugada

Operación policial en el aeropuerto de Barcelona para desalojar a un centenar de personas sin hogar

MULTIMEDIA | Dormir en la terminal

Los Mossos aumentaron un 57% la plantilla en el aeropuerto de Barcelona el año pasado

Dos hombres sin hogar, expulsados del aeropuerto de Barcelona, la madrugada del miércoles.

Dos hombres sin hogar, expulsados del aeropuerto de Barcelona, la madrugada del miércoles. / Elisenda Colell

Elisenda Colell

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Las dos terminales del aeropuerto de Barcelona han sido escenario esta madrugada de una operación policial para desalojar a un centenar de personas sin hogar que suelen pernoctar en estos espacios. El operativo lo han desarrollado los Mossos d'Esquadra a petición de Aena. “Esto es inhumano, es injusto", lloraba José, un trabajador sin hogar apoyado en el cristal del aeropuerto a las dos de la madrugada. Los llantos de José no han sido los únicos. Dominico, de 78 años, se toma la medicación por la presión incrédulo desde un banco, mientras aguanta una muleta y un carro con sus pertenencias. "¿Y hoy dónde duermo?, se pregunta el hombre de ojos miel y piel agrietada. El dispositivo, que se repetirá este miércoles y en el que han participado los servicios sociales de los ayuntamientos de Barcelona y El Prat, no ha ofrecido alternativa habitacional para pasar la noche a ninguno de los afectados.

"Esto es injusto", se lamenta José. "¿Y ahora dónde duermo", se preguntaba Dominico, de 88 años

El desalojo, avanzado por Nació Digital, se produce cuando falta una semana para la celebración del Mobile World Congress y cuatro meses después de una protesta de trabajadores, convocados por CCOO. El sindicato denuncia una sensación de inseguridad creciente, señala que algunas de las personas sin hogar han agredido a los trabajadores y usuarios del aeropuerto, pero, al igual que las entidades del tercer sector, clama contra este operativo que no ha ofrecido a estas personas un lugar alternativo donde dormir . Hace dos años que los trabajadores y educadores sociales han dejado de hacer un seguimiento asiduo de las personas sin hogar que duermen en la terminal, tras caducar el convenio entre Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona que así lo estipulaba.

Aena asegura que el dispositivo no tiene nada que ver con el Mobile y defiende que son los servicios sociales los que deben encargarse de los sintecho

El presidente y consejero delegado de Aena, Maurici Lucena, ha asegurado que en ningún caso el dispositivo tiene relación con la celebración en Barcelona del Mobile. Lucena ha afirmado que los aeropuertos son infraestructuras de paso y no están preparadas para acoger a gente durmiendo allí habitualmente. Ha defendido que son los servicios sociales municipales los que deben encargarse de las personas sin hogar que pernoctan habitualmente en los aeropuertos españoles.

"Pagamos justos por pecadores"

Algunos de los sintecho reconocen que hay personas violentas, peleas, robos, que hay quien hace sus necesidades en plena terminal sin usar el baño y mucho trastorno de salud mental. “Hay un problema y yo entiendo que quieran que esto se acabe, pero hoy pagamos justos por pecadores”, lamentaba Juan, un joven barcelonés que lleva un mes pernoctando en la terminal 1 tras la muerte de su madre. El lunes ya le advirtieron que este martes iba a ser desalojado, pero no se lo creyó. El advertimiento logró reducir, de entrada, la cifra de sin hogar esta pasada noche. Normalmente son 160 personas las que duermen entre las dos terminales.

Dominico, un hombre sin hogar, busca las pastillas para la presión tras ser desalojado de la terminal T1, mientras otros sintecho duermen en los bancos.

Los Mossos y Aena expulsan un centenar de sintecho del aeropuerto de Barcelona. / Elisenda Colell

José, peruano de 52 años, ha sido de los primeros expulsados de la primera planta, la de salidas, a las 23.45. "Me han empezado a gritar, yo estaba durmiendo, te sientes como un perro, el trato ha sido degradante". Cuenta que hace año y medio que duerme en la terminal. Trabajaba por 800 euros al mes en una obra sin contrato, y tras una inspección laboral perdió el empleo y la habitación que realquilaba en Barcelona. "En plaza Catalunya hacía mucho frío y tenía miedo, por eso elegí quedarme aquí". Ahora tiene un empleo con contrato. Desde hace tres meses trabaja como albañil en una obras en la calle Maragall de Barcelona. "Estoy ahorrando para alquilar un piso: me piden una fianza de 4.000 euros", sigue. Cada día se levanta a las seis de la mañana trabajar. Pero esta noche apenas dormirá.

Juan y Jaïr, dos hombres sin hogar, recogen sus pertinencias al ser advertidos de abandonar la terminal donde durmen desde hace un mes.

Juan y Jaïr, dos hombres sin hogar, recogen sus pertinencias al ser advertidos de abandonar la terminal donde durmen desde hace un mes. / Elisenda Colell

"Cojan todo lo que tengan y salgan, tenéis que moveros de aquí", les pide un agente de los Mossos a Juan, Jaïr y John pasada la medianoche. Tienen las esterillas tendidas en unos mostradores de autobuses de la primera planta, la de las llegadas. Como a ellos, los agentes van despertando a todas las personas que yacen tumbadas en mantas y sacos, y les piden que bajen al piso inferior, donde está el metro. "Esto va a ser cada noche hasta que terminen de limpiar el aeropuerto", les explica el agente. Ellos, con cara de decepción, recogen sus enseres. Hace menos de un mes que viven allá, desde que no pudieron seguir pagando las habitaciones que realquilaban. John tiene dos empleos: albañil y cocinero. Todos sin contrato. Jaïr busca trabajo cuidando a mayores. Juan está en el paro y sin vivienda tras la muerte de su madre.

Trabajadores y ancianos

Con ellos, también Pedro baja al piso inferior. Se acerca a los 60 y lleva más de una década durmiendo en la terminal. "Hace dos años que por aquí no viene ni una asistente social, para ellos no somos personas, somos animales", protesta. En la planta inferior, la sala que conecta con el metro y los taxis es donde duermen más personas. La mayoría, ancianos o personas de edad avanzada. "¿Qué se piensan que estamos aquí por gusto? Es que es imposible vivir en esta ciudad", reprocha Ángel, que supera la cincuentena y tiene una discapacidad del 49%. Cobra 700 euros de la Renta Garantizada. "Una habitación me cuesta 400 euros. ¿Cómo cómo?", se pregunta. Hace dos años que duerme en la terminal. "En verano tengo otros sitios pero en invierno me quedo aquí, fuera hace mucho frío".

Un trabajador de seguridad del aeropuerto despierta un hombre sin hogar y le pide que abandone la terminal.

Un trabajador de seguridad del aeropuerto despierta un hombre sin hogar y le pide que abandone la terminal. / Elisenda Colell

Él y las decenas de personas que se amontonan en el lugar abandonarán el lugar pasada la una de la madrugada. Ángel propone pasarse la noche montado en el aerobús hasta las cinco, que volverá a entrar. Otros yacen en los bancos tumbados de la calle. Pedro, muy nervioso, chilla. "Esto no tiene nombre, sois basura".

Operativo de "insalubridad"

Aena ha preferido no hacer declaraciones sobre el asunto. El Ayuntamiento de Barcelona explica que se trata de un operativo motivado por Aena y Mossos por motivos de "insalubridad" en el que el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB) participa debido a un convenio con El Prat de Llobregat. Este otro consistorio ha aportado un empleado de los servicios sociales para prestar apoyo al dispositivo, pero insiste en que no es su competencia atender a los sinhogar del aeropuerto, sino que le corresponde a la Generalitat.

Pedro, un hombre sin techo, tras ser desalojado junto a sus pertenencias del aeropuerto del Prat.

Pedro, un hombre sin techo, expulsado junto a sus pertenencias del aeropuerto del Prat. / Elisenda Colell

A las dos de la madrugada, alejados de la puerta, en la parada de taxis, los trabajadores del CUESB hablan con los más vulnerables. Entre ellos un señor moldavo de 67 años, con abundante medicación en la mochila. Ha conseguido una cita con los servicios sociales este mércoles a las 11h. "¿Y mientras qué hago? ¿Dónde duermo esta noche?", se queja. Fuentes de los servicios sociales cuentan que no han trasladado a nadie a ningún espacio alternativo y señalan que, de hacerlo, tampoco habría plazas suficientes. El Ayuntamiento de Barcelona no tiene previsto hacer balance ni informar del número de atenciones realizadas.

Una persona sin hogar en la terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona.

Una persona sin hogar en la terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona. / Elisenda Colell

El frío empieza a notarse, y con cierta resignación, todos los expulsados empiezan a desaparecer. "Cada uno se esconde donde puede", opina Danielle, que lleva seis meses durmiendo en la terminal tras un accidente laboral. Se queja de que no les den alternativa. "Es absurdo porque no vamos a desaparecer, si no estamos dentro estamos fuera. Pero aquí seguimos". A las dos de la madrugada, solo se permite entrar a quien tiene tarjeta de embarque para volar.