Investigación

Una víctima de la iglesia evangelista de Terrassa: "El pastor tapó que habían abusado sexualmente de mí"

Josué Soler, de 28 años, acusa a los dirigentes de la congregación de haber encubierto las agresiones

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Josuè Soler Fernández, un joven enfermero que sufrió abuso sexual en una iglesia evangélica de Terrassa durante su juventud

EL PERIÓDICO | Foto: Victoria Rovira

J. G. Albalat
Germán González
Barcelona
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"Cuando era pequeño fui abusado sexualmente durante tiempo, de los 8 a los 10 años aproximadamente. El agresor era otro miembro de la comunidad evangélica que entonces tenía 16 años. Me llevaba a un sitio escondido dentro de la nave donde estaba la iglesia Samaria. Allí me tocaba y, al menos tres veces, me violó", explica a EL PERIÓDICO Josué Soler, que ahora tiene 28 años y trabaja de enfermero. "Más adelante", prosigue, "a los 16 años aproximadamente, un profesor de baile de la misma Iglesia también quiso abusar de mí. En ese momento, decidí explicar lo que estaba pasando al pastor de la iglesia". El presunto agresor sexual era el responsable de actividades lúdicas de la congregación, T. A., denunciado en los juzgados de Terrassa.

En esa reunión con el pastor José García, Josué explicó todo lo que le había sucedido: "Tanto lo que me pasó cuando era más pequeño hasta mi adolescencia", explica el joven. Sin embargo, asegura que "el pastor no hizo nada". "Simplemente tapó absolutamente todo lo que pasó y no se volvió a sacar el tema, ni se comentó nada, ni se tomaron represalias de ningún tipo". En ese momento no explicó lo sucedido a sus padres, que fueron los que le habían inculcado la fe y lo llevaban a la Iglesia Samaria desde que era un bebé.

"De pequeño no entendía qué sucedía y después sentí miedo: no tenía confianza en mí mismo y solo lo expliqué cuando me hice mayor"

"Cuando era pequeño no entendía qué sucedía y después sentí miedo. No tenía confianza en mí mismo y solo lo expliqué cuando me hice mayor". A los 16 o 17 años abandonó la iglesia. "Desarrollé un trastorno de conducta alimentaria. Perdí muchos kilos", subraya. De hecho, hace años que va a terapia para superar el trauma. Él tuvo conocimiento, admite, que otras cuatro personas más habían sido abusados sexualmente por T. A. "Empecé a denunciar cuando vi que no estaba solo", afirma.

"Sufrí un trastorno de conducta alimentaria y perdí muchos kilos; de hecho, hace años que voys a terapia para superar el trauma"

El infierno

"En la iglesia los feligreses iban a cantar, hablaban con el pastor, que comentaba muchísimas cosas, sobre todo hablaba del infierno, del bien y del mal. De la verdad que teníamos nosotros versus el mundo, que era malo", rememora Josué sobre el día a día de la congregación. Los fines de semana era cuando se registraba mayor actividad. Hasta el punto de que comían allí. La denuncia expone que "la iglesia se aprovechaba de los bancos de alimentos o de organizaciones", como congregaciones evangélicas con las que colaboraba, para recibir productos de "forma gratuita". Según Josué, una parte de esos alimentos se derivaban al comedor social, pero otra parte servían para elaborar un menú por el que se cobraba a los feligreses.

El joven asegura que los dirigentes de la iglesia "bombardeaban" con que tenían que hacer caso a los mayores, que debían cuidarse entre ellos y que no tenían que "hacer daño" a los compañeros, a la vez que repetían que solo ellos tenían "la verdad absoluta". Rechazaban, incluso, que se acudiera a un psicólogo. Quienes lo hacía, subrayaban, irían "al infierno". "Las amistades de fuera estaban mal vistas".

"¿No os da vergüenza ver la cara del abusador de vuestro hijo?', les dije a mis padres"

Tras las presuntas agresiones sexuales, Josué se apartó de la Iglesia Samaria. "No aceptaban la homosexualidad", subraya. Tras abandonar la congregación, fue cuando contó los hechos al pastor. "Me llevó a su casa y en una sala se lo expliqué todo, con detalles y lugares". "Yo fui el primero, el detonante", recalca. Con sus padres, también creyentes, la relación se enfrió. "Yo les dije: '¿No os da vergüenza ver la cara del abusador de vuestro hijo?'". Después, sin embargo, entendieron lo que había pasado y le apoyaron. "No van a nada, ni quieren saber nada", subraya, tras asegurar que la relación con sus padres ahora es buena.

*Si tiene más información sobre estos hechos o es una persona afectada y nos quiere hacer llegar su caso, puede contactar con el equipo de EL PERIÓDICO en sociedad@elperiodico.com

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