Impacto del plan piloto

El modelo Barnahus contra la violencia sexual infantil aumentó en 19 puntos las condenas judiciales en Tarragona

En los dos primeros años de implantación en esta demarcación, hubo un 84,5% de sentencias frente al 65% del resto de Catalunya, según un informe de la URV y la UOC

El primer año de implantación del modelo 'Barnahus' casi triplica la detección de maltrato sexual infantil en Catalunya

"El 7% de los niños sufrirá abusos sexuales antes de los 18, normalmente en su propia casa"

Presentació de la unitat especialitzada Barnahus a Barcelona, l’abril del 2024. | ZOWY VOETEN

Presentació de la unitat especialitzada Barnahus a Barcelona, l’abril del 2024. | ZOWY VOETEN

Elisenda Colell

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Los dos primeros años de la implantación del plan piloto del modelo Barnahus para atender los niños y adolescentes víctimas de violencia sexual infantil en las comarcas de Tarragona aumentó el número de sentencias condenatorias y redujo la cifra de casos archivados y que, por tanto, no llegaron a juicio. En concreto, las sentencias condenatorias fueron del 84,5% en Tarragona respecto al 65% del resto de territorios de Catalunya donde aún no estaba implantado este modelo, mientras que los casos que se archivaron fueron del 36,4% en Tarragona frente al 57,4% en el resto de zonas. Son los resultados del primer estudio que analiza los efectos de este modelo en Catalunya, pilotado por la Universitat Rovira i Virgili (URV) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que se ha presentado este miércoles en el Centro de Estudos Jurídicos de la Generalitat.

Hace ya cinco años que la Generalitat empezó a probar el modelo escandinavo para cambiar la atención que se daba a los menores que eran víctimas de violencia sexual en Catalunya. Se trata del modelo 'Barnahus', que obliga a que todos los profesionales que atienden a estos menores (jueces, policías, fiscales, médicos o psicólogos) trabajen de forma coordinada y en un mismo lugar, en estas casas diseñadas pensando precisamente en los menores. El programa piloto, que triplicó el número de casos detectados, se inició en Tarragona. Y es allí donde se ha empezado a evaluar el efecto en las sentencias judiciales y contra la impunidad de este tipo de delito

Los investigadores de la URV y la UOC han analizado 484 denuncias, que afectan a 520 víctimas menores de 16 años que han reportado agresiones sexuales por parte de una persona adulta. Son procedimientos que comprenden desde enero de 2018 hasta diciembre de 2022. "El plan piloto de la Barnahus comenzó en agosto de 2020, así que hemos podido comparar con la situación previa en Tarragona, pero también la hemos comparado con la realidad en les Terres de l'Ebre y Lleida, donde no se estaba implementando este modelo", ha explicado Núria Torres, directora del estudio.

Los resultados muestran que en la zona donde se implementó la Barnahus se redujeron los tiempos procesales, aumentaron las condenas y se redujeron los archivos. En 2018, en Tarragona estos casos tardaban de media tres años en llegar a juicio. Tras la implantación del modelo, la demora se redujo a un año y medio, más de la mitad. En el resto de zonas superaban los dos años de demora y se redujo poco más de dos meses.

 En 2018, en Tarragona los casos de abusos a menores tardaban de media tres años en llegar a juicio. Con la Barnahus, la demora se redujo a un año y medio 

"Es la primera vez que lo testamos en Catalunya y vemos que vamos por el buen camino: lo estamos haciendo bien", ha subrayado Emilie Rivas, experta en Save The Children, principal entidad impulsora.

Archivos, condenas y declaraciones previas

Los datos anteriores a este estudio señalaban que el 75% de denuncias de violencia sexual en la infancia se archivaban. En cambio, con el nuevo modelo la cifra de denuncias archivadas cayó al 36,4%. En las denuncias no atendidas por la Barnahus, un 57% de casos acababan archivados, según los datos más recientes analizados por la URV y la UOC.

En los casos que sí llegaron a juicio, en Tarragona, el 85% de ellos terminaron con condena de cárcel para el agresor, frente al 65% en los territorios donde no se implementó. De hecho, los dos últimos años analizados con el modelo 'Barnahus' en marcha, la brecha ha sido aún mayor: el 76% en Tarragona frente al 43% en los otros partidos judiciales catalanes.

Otro dato relevante es el uso de la prueba preconstituida. En la Barnahus, los niños son interrogados en este espacio seguro por parte de un especialista. No hablan directamente ni con el juez, ni con los fiscales ni con ningun abogado. Esta declaración, telemática, queda grabada y sirve como prueba en el juicio, evitando que los niños tengan que asistir a él. El estudio analiza que, cuando se usó, la mitad de los casos llegaron a juicio, frente a un 11% cuando no se realizó.

"Cuando los niños no declaran en el juicio, la tasa de condena es más alta, del 75%, en cambio cuando no se usa, la tasa de condena es del 57%. Esto desmiente los mitos de que la prueba no funciona", ha dicho Josep Maria Tamarit, coautor del estudio.

Resultados preliminares

"Son resultados muy preliminares que nos muestran la tendencia positiva", ha insistido Torres. Ellos analizaron los dos primeros años de la Barnahus, donde una buena parte de los casos no habían pasado aún por el nuevo modelo porque habían ocurrido antes o porque los jueces aún no la usaban. Solo 33 menores atendidos por la Barnahus denunciaron y de estos, seis llegaron a juicio. En estos seis casos concretos, el 100% acabaron en condena, frente al 77% de condenas del resto.

En los casos en los que los agresores fueron absueltos, la mayoría ocurrieron por falta de pruebas o porque el testimonio de los menores no se consideró suficientemente creíble. "Lo importante es que tenemos un método de evaluación y lo seguiremos aplicando ahora que el modelo ya se ha implementado en toda Catalunya", ha explicado Tamarit.

En estas jornadas en la que se ha presentado el estudio también han intervenido miembros de la judicatura tarraconense que han explicado cómo colaboraron para hacer realidad este plan piloto. "No se puede obligar a un juez a usar la Barnahus. Lo que hemos hecho ha sido convencerles de que es una buena idea y de que nos soluciona problemas porque los delitos sexuales a menores son muy difíciles de investigar y juzgar", ha explicado Joan Perarnau, presidente de la Audiencia Provincial de Tarragona. Perarnau ha agradecido la existencia de esta unidad y ha admitido que los jueces no estaban preparados ni formados para sostener según qué tipo de interrogatorio, especialmente con los niños más pequeños. "A las víctimas las hemos tenido olvidadas a lo largo de muchas décadas", ha añadido.

Más personal

En este sentido, el responsable de la implantación de las Barnahus de la Conselleria de Drets Socials, Joan Mayoral, ha señalado que se está a la espera de que la Conselleria de Interior dé una instrucción que marca el proceder de los Mossos d'Esquadra en estos casos. Ha advertido también de que será necesario aumentar el número de profesionales que trabajan en estos centros, ya que el número de casos se han disparado. Solo en enero llegaron 350 casos nuevos. "Este año superaremos los 3.500 casos y debemos crecer y dimensionar equipos: quizás el Baix Llobregat y el Vallès Occidental necesiten un segundo servicio", ha apuntado.

El estudio también ha presentado el perfil de casos atendidos. La mitad de los agresores son miembros de la familia, y de estos, el 33% es el padre y el 25% es la pareja de la madre. El 63% de abusos ocurren en casa del menor o del agresor, y en la mitad de casos el menor se lo cuenta a su madre, y es ésta la que presenta la denuncia.