Pederastia en la Iglesia

El juez investiga una segunda denuncia no prescrita contra el sacerdote Peris, el depredador del colegio jesuita de Casp

Se trata de una exalumna que sufrió los abusos en el curso 1999-2000 durante una tutoría de orientación de la ESO

La denuncia de una exalumna de Casp por abusos no prescritos acaba con la impunidad del jesuita Francesc Peris

El jesuita Francesc Peris, con un alumno en Bolivia.

El jesuita Francesc Peris, con un alumno en Bolivia. / El Periódico

Guillem Sánchez
J. G. Albalat
Barcelona
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El juez Santiago García que investiga las agresiones sexuales del sacerdote jesuita Francesc Peris también ha aceptado la denuncia de una segunda víctima. Se trata de una exalumna del colegio Casp de Barcelona que, supuestamente, sufrió los abusos de Peris en el curso escolar de 1999-2000. El juez García, titular del juzgado de instrucción número 29 de Barcelona, considera que la comisión de este delito también puede instruirse, ya que no habría prescrito, y hace pocas semanas citó a Peris de nuevo para interrogarlo al respecto. Peris, como ya hizo con la primera denuncia, volvió a negar los abusos.

Peris ha tenido que abandonar por segunda vez su refugio en Valladolid para declarar por segunda vez ante el juez

García abrió diligencias el pasado otoño contra Peris, cuando aceptó la primera denuncia presentada por otra exalumna del colegio de Casp, nacida en 1987. Fue un hecho sin precedentes. Hasta entonces, todas las víctimas de Peris, un depredador que ha abusado durante décadas de menores, habían topado contra el muro de la prescripción. 

Esta segunda víctima, que exige anonimato, también ha atendido a EL PERIÓDICO para explicar su caso. 

Tutoría de orientación

Los abusos no prescritos denunciados por esta segunda víctima se produjeron poco antes de que ella comenzara bachillerato. Al finalizar la ESO, el colegio hacía un test a los estudiantes y después les ayudaba a elegir qué tipo de itinerario académico se ajustaba mejor a su perfil. En ese contexto, Peris la citó en su despacho. En el interior de ese despacho se produjeron unos abusos que prefiere no hacer públicos. 

Peris ha agredido sexualmente a decenas de alumnos del colegio de Casp de Barcelona y también del colegio Juan XXIII de Cochabamba (Bolivia). Pero hasta la emisión del documental de ‘La Fugida’ –una coproducción de EL PERIÓDICO, 3CAT y Ottokar– no había sido denunciado por ninguna víctima con delitos no prescritos. Este documental, emitido en junio de 2024, ha animado a más exalumnos a denunciarlo. Entre estos, a dos mujeres con delitos que el magistrado García considera vigentes. 

La primera denuncia no prescrita

En otoño de 2024, una exalumna nacida en 1987, y que sufrió supuestamente abusos sexuales por parte de Peris en el colegio de Casp, contactó con este diario a través de otras víctimas –gracias a la cuenta de Instagram ‘metoojesuites’–. Como han hecho varios de los afectados en su situación, mostró su voluntad de denunciar abusos cometidos por parte de Peris y EL PERIÓDICO trasladó ese interés a los Mossos d’Esquadra, que atendieron su denuncia, a pesar de que parecía estar relatando hechos prescritos. Con esta segunda denuncia más reciente ha ocurrido lo mismo. 

El sacerdote, que confesó todos los abusos a la Compañía de Jesús y al Vaticano, ha negado los hechos ante el juez

‘La Fugida’ relata el envío de dos sacerdotes pederastas a Bolivia por parte de la Companyia de Jesús: Lluís Tó, profesor del colegio Sant Ignasi, y Francesc Peris, profesor del de Cas. Tó, que violó a una cifra desconocida pero elevadísima de menores tanto en Catalunya como en Bolivia –a donde fue enviado por los jesuitas tras ser condenado por abusar de un niña de 8 años en 1992–, murió en ese país en 2017, sin ser jamás investigado, ni juzgado, ni condenado por sus delitos, permanentemente amparado y encubierto por su orden. 

Con Peris había ocurrido hasta entonces lo mismo. En la Companyia de Jesús constan 22 verbalizaciones internas de exalumnos agredidos por Peris. Y EL PERIÓDICO ha contabilizado siete denuncias policiales contra este cura, que comenzó abusando en la década de los 60 y fue apartado por esa conducta, finalmente, en 2005. Apartado de la enseñanza por el provincial catalán de los Jesuitas pero no denunciado. 

Estas dos últimas denuncias, la sexta y la séptima, han cambiado la historia. 

Escondido en una residencia de Valladolid

Los Jesuitas enviaron a Peris a una residencia de la compañía en Valladolid para mantenerlo alejado de las repercusiones que generó el estreno en cines y televisión de ‘La Fugida’. Pero la citación del juez García ha obligado a Peris a salir de su escondite y regresar a Barcelona hasta en dos ocasiones. La primera declaración judicial tuvo lugar el pasado 29 de octubre. La segunda declaración ha sido en fechas más recientes.  

Peris ha admitido que abusaba sexualmente de sus alumnos en un proceso interno que los Jesuitas han abierto contra él, según Pau Vidal, delegado de la compañía en Catalunya. Asimismo, trabajadores del dicasterio de la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano que investiga la pederastia de sus religiosos –una suerte de policía interna regida por las leyes canónicas de la Iglesia–, también le han interrogado. Según las fuentes consultadas por este diario, Peris también ha confesado ante ese órgano haber abusado sexualmente tanto de niños como de niñas durante décadas, tanto de Catalunya como de Bolivia, a donde fue enviado en el curso 1982-83. 

En sus dos declaraciones ante el juez García, sin embargo, Peris, que ahora se enfrenta a un proceso de la justicia penal que puede conducirle a la cárcel, ha negado haber abusado de las dos alumnas que lo han denunciado por agresiones sexuales cometidas en su despacho en los años 2003 y 2004, la primera, y en 1999, la segunda.

Los hechos que describen las dos denunciantes no prescritas coinciden con los relatados por otras exalumnas de Casp, como Laura Calzada, que fue acorralada por Peris en años anteriores de una forma muy similar. Peris ha abusado de niños durante décadas, en su despacho, en el internado del Juan XXIII, en excursiones de montaña o en la casa de colonias de Viladrau. Hay varios de ellos, como Enric Soler, el denunciante que denuncia hechos más antiguos, que aseguran que acudirán a declarar como testigos si se les da la oportunidad de hablar.

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