Entrevista | ELISABET GOLOBARDES Vicerrectora de Ordenación y Calidad Académica URL

«A las chicas nos las roban rápido, no solo por ser mujeres, sino porque son buenas»

Elisabet Golobardes URL

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NÚRIA BONET ICART

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Elisabet Golobardes (Barcelona, 1967) es un referente en el mundo de la Inteligencia Artificial. Vicerrectora de Ordenación y Calidad Académica y coordinadora de la universidad digital de la URL, sigue impartiendo clases y dirige tesis doctorales. Explica que lo que le apasiona es aplicar la IA a la Medicina y alerta del riesgo del mal uso de las tecnologías. Le preguntamos sobre las vocaciones STEM y la brecha de género en un mundo laboral históricamente muy masculinizado.

¿De dónde surge su vocación por la tecnología?

Desde que tengo uso de razón, desde pequeña, me gustaban tanto las palabras como la luna. Cuando descubrí los pareados -desde los 8 años que escribo poesía- y, al mismo tiempo, cuando tuve noción del Universo decidí que quería ser astronauta. Pero en ese momento debía ir a París a estudiar Aeronáutica y mi madre me convenció para que hiciera Informática porque era el futuro. No sé cómo mi madre era tan visionaria en ese momento. Me dedico a la informática y a la IA en parte gracias a mi madre pero mi vocación original era ser astronauta.

En su caso recibió el impulso de su madre pero, ¿cómo llega una niña o una adolescente a interesarse por la Informática?

La verdad es que me sorprende que no lleguen a ello. Llevamos muchos años haciéndonos esta pregunta. En mi casa somos cinco hermanas, tres somos ingenieras y, por lo tanto, yo nunca he entendido por qué no quieren estudiar una ingeniería. Creo que justamente las que tienen un perfil muy de ingeniero son, en muchos casos, las chicas más que los chicos porque son personas que están muy acostumbradas a resolver problemas continuamente.

Durante los estudios, todavía eran mayoría los compañeros hombres en las aulas. ¿Esto la condicionó de alguna manera?

No. Siempre he estado con más chicos que chicas en clase. En la facultad de Informática, cuando comencé a estudiar la licenciatura en la Universidad Politécnica de Catalunya, en Barcelona, fue la época en la que llegamos a ser más chicas en clase, un 20% en ese momento, y no me condicionó. Pero sí es verdad que después, cuando subes hacia arriba, vas viendo que no tienes las mismas oportunidades, aunque de una forma muy sutil.

¿Cómo cree que se debería incentivar que las mujeres jóvenes apuesten por las carreras más técnicas?

Lo que decimos todas: normalizando las distintas profesiones. Y el primer lugar dónde debe hacerse es en casa. Si normalizamos que cualquier mujer puede ser ingeniera, periodista o médico, los niños y niñas no tendrán ninguna duda a la hora de elegir. Es un tema de alcance social. Y creo que puede ser un peligro si sólo se lo explicamos a las niñas, debemos explicarlo a los niños y niñas para que vean que es cosa de todos.

El sesgo de género ha influido históricamente en la elección de las profesiones que ejercen las mujeres. ¿Cree que todavía es así?

Sí, pero yo creo que el sesgo de género no es sólo con las mujeres científicas. Llega un momento en el que debes decidir si sigues con la carrera profesional o eres madre -suponiendo que quieras serlo-. Y en estos momentos es muy difícil compaginarlo. Y aunque ahora con las bajas de paternidad la cosa se ha igualado más pero la responsabilidad sigue siendo de la mujer. Creo que el problema de las científicas es el problema de las no científicas, en este caso. Dentro del mundo científico me atrevería a decir que hay más igualdad de género, que hay menos brecha. Por lo menos esto es lo que yo percibo entre mis alumnos y compañeros. El problema es llegar, pero las que llegan sí que conviven en bastante igualdad.

¿Cree que las mujeres aportan una visión diferente a su profesión? ¿Existen valores y actitudes distintas según el género?

Creo que los grupos de trabajo multidisciplinares funcionan mejor: con edades diversas y, obviamente, distintos sexos. No es sólo el sexo de una mujer sino que yo también estoy en contra del edadismo. Porque cada persona aporta una mirada diferente cuando se quiere resolver un problema. Pero creo también que las mujeres tenemos una mirada diferente porque ya biológicamente somos diferentes. Emocionalmente hablando, somos más inteligentes que la mayor parte de los hombres y, por tanto, hay muchos conflictos que creo que los sabemos resolver mejor.

Personalmente, desde la cátedra, ¿ha visto una evolución entre el alumnado en relación a los roles de género?

Hay muy pocas chicas que llegan hasta aquí. Ha habido cursos en los que no había chicas, y esto es preocupante. Las que llegan suelen ser muy buenas porque son personas que realmente querían desarrollar esta profesión y, a pesar de que todo el mundo les decía “no vayas a hacer algo freakie”, lo están haciendo y acostumbran a ser mujeres muy brillantes, hasta el punto de que hay empresas que me dicen que querrían contratar a más chicas pero que no las encuentran. Y cuando hay una chica nos la roban rápido, no sólo porque sea chica, sino porque es buena. Dicho esto, entre sus compañeros no hay diferencia, no hay machismo. Entre los jóvenes en clase, trabajando, se respeta el reconocimiento que tiene cada uno.

«Dentro del mundo científico me atrevería a decir que hay más igualdad de género, que existe una menor brecha»

Actualmente nadie discute que la IA será clave en un futuro. ¿Usted cuándo lo supo?

En el año 85, cuando comencé la carrera de Informática en la UPC, el plan de estudios era muy innovador y configuré toda mi carrera para poder realizar la asignatura de IA. Mi tesis la hice sobre IA y recuerdo que en ese momento si decías que hacías IA te miraban como queriendo decir: “tú estás mal de la cabeza”. Y toda la vida llevo haciendo lo mismo. No han cambiado los problemas, lo que ha cambiado es la tecnología que tenemos, una tecnología mejor que nos permite atacar problemas más masivos, con más datos y más potentes.

¿Cuál sería su objetivo a corto o medio plazo?

Ahora la IA ha pasado a ser un ‘hype’, una palabra de moda, y eso me preocupa terriblemente porque la gente hace un mal uso y se cree constructora cuando no lo es. Mi objetivo es que se haga un buen uso de la IA, y lo explicaré en todos los foros donde pueda ir a explicarlo. Me preocupa mucho situar a la IA como herramienta para hacer un mundo mejor, no como herramienta para hacer disparates.

Con todo este recorrido, ¿ha llegado finalmente a la luna?

No, no he llegado, y lo que he aprendido con los años es a disfrutar del camino. El objetivo sólo hace de brújula. Si llegara a la luna supongo que después querría llegar a Marte (risas). Pero por primera vez en mi vida estoy en paz y disfrutando del camino.