Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Julia de León, encargada de estudiar el asteroide potencialmente peligroso: "Volveremos a observarlo de cerca en 2028"

La astrofísica Julia de León se ha convertido en los ojos que vigilan desde La Palma la trayectoria del asteroide que podría impactar con La Tierra en 2032

La investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, Julia de León.

La investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, Julia de León. / IAC

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife
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Ha tenido varias responsabilidades a lo largo de su vida, ¿a qué se dedica ahora?

Soy responsable del grupo del Sistema Solar en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), de unos 4 o 5 investigadores. Estudiamos las propiedades físicas y composicionales de los pequeños cuerpos del sistema solar, como asteroides, cometas, objetos helados más allá del cinturón transneptuniano, y objetos transicionales entre cometas y asteroides. Y yo estoy muy metida en misiones espaciales para el estudio de asteroides. Con la NASA he participado en la misión Osiris-Rex, para alcanzar el asteroide Bennu, y con la Agencia Espacial Europea (ESA) también en la misión Hera, que es la misión que sigue a Dart, la nave que desvió un asteroide. El 7 de octubre de 2024 lanzamos Hera y, a diferencia del resto de mis colaboraciones en las que solo analizaba los datos, ahora también soy responsable de uno de los instrumentos que van en la nave. 

¿Cómo llega al mundillo de las misiones espaciales?

Es un proceso de ir trabajando mucho durante muchos años. Vas publicando tus resultados, colaborando con unos y con otros; conoces gente en los congresos. Esto es una especie de trabajo de hormiguita, donde tienes que ir demostrando un poco lo que sabes hacer. Te van viendo y conociendo y empiezas ofreciéndote a caracterizar el target de la misión desde tierra, y acabas metida en la misión analizando los datos de la nave. No sabría decirte exactamente en qué momento pasa eso, pero básicamente te lo ofrecen. Las misiones internacionales son de una agencia en concreto, como la NASA o la ESA, pero los grupos de estudio de las imágenes son grupos internacionales porque en ciencia se prefiere la colaboración. Nosotros siempre estamos abiertos a colaborar y así se explotan los datos mejor. 

En estos momentos se encuentra siguiendo el asteroide YR4 como una de las observadoras internacionales, ¿es habitual que aumenten las probabilidades de impacto?

No es muy habitual y por eso se activaron los protocolos. Normalmente, en el 100% de los casos hasta ahora - este el primero de hecho- al refinar la órbita a través de cálculos, las probabilidades caen a cero enseguida. Pero este caso es muy curioso, lo hemos estado observando y añadiendo medidas y la probabilidad fluctúa entre 1,5 a 2,3%, que es una variación que entra dentro de lo normal. Lo que nos llama la atención es que no baja a cero. Esa es, digamos, la novedad, lo interesante y lo que ha hecho es que se activen los protocolos porque no había ocurrido nunca.

Pese al incremento, aún hay muchas posibilidades de que pase de largo. 

Sí. Creo que el timing en el que lo detectamos no fue el mejor. Lo descubrimos en diciembre, mientras la mitad de nosotros estaba de vacaciones. Lo hemos observado enseguida pero no de inmediato, así que lo hemos cogido cuando ya está alejándose. Eso significa que cada vez está más débil y vamos a contrarreloj para observarlo. Volveremos a verlo cerca de la Tierra en 2028, ya que tarda cuatro años en dar la vuelta al Sol. Ahí estaremos preparados para apuntar a él y observarlo con todos nuestros recursos. 

¿Su amor por la astrofísica fue vocacional? 

Nunca fui la típica niña o adolescente mirando las estrellas. A mí me gustaba todo cuando era chica. No sabía qué quería ser. Me gustaban las matemáticas, pero también la literatura. Un día quería ser periodista y al siguiente piloto de avión. Cuando fui creciendo me decanté por la rama de ciencias y fui descartando lo que menos me llamaba. Estuve a puntito de estudiar arquitectura en Las Palmas, porque me encanta el dibujo técnico y el diseño., pero al final fui por Física porque me parecía más general. Estudiando Física en La Laguna, pues hacer la especialidad de Astrofísica casi era de cajón, es la mejor especialidad que se puede hacer aquí. Fue subirme a un telescopio una noche y ya me picó el gusanillo. 

¿Ese amor por la arquitectura le ha ayudado a la hora de investigar?

Yo creo que sí. Cuando estudias física es muy importante que tengas buen concepto de espacio, de las dimensiones, de las referencias o la ubicación. Luego, a mí personalmente, como me gusta mucho leer e interpretar, también hago muchísima divulgación.

Suele impartir charlas divulgativas a jóvenes, ¿qué es lo que prima a la hora de comunicar su trabajo?

Mi regla número uno es preparar las charlas en función de la audiencia. Luego intentar ser cercana, especialmente cuando estoy en institutos y están dedicadas a chicas. Quiero que vean que soy una mujer normal, con mis boberías y mis imperfecciones. Me gusta hacer bromas para que tengan esa sensación de cercanía porque muchas veces nos ven como bichos raros. 

¿Qué consejo le daría a la Julia chiquita? 

Que se estrese menos. Tuve una temporada bastante mala de estrés, quizás también por la inestabilidad que tenía. No me refiero a precariedad en lo económico, pero sí a la estabilidad para conseguir un sitio laboral. Hay que rular mucho antes de conseguir una plaza y no todo el mundo la logra en un centro ni donde donde quiere quedarse. Para optar a una me metí en muchísimas cosas con las que he tenido que continuar. No he podido parar y estuve un par de años a punto de quemarme. He renunciado a hobbies, a descanso y a hacer deporte porque además tengo una hija. Y en este sentido, hay que aprender a lidiar también con la culpa, porque es algo que nos persigue, a todas las mujeres. No es algo propio de las científicas. Cuando estás con los niños te sientes mal porque no estás trabajando, cuando estás trabajando mal porque no estás con los niños. En fin, quizás me daría ese consejito de calma. 

El IAC, en concreto, es un centro que goza de bastante paridad. 

No sé si lo es, pero el Astrofísico debería ser referente en temas de igualdad. En el centro se hace mucho por la conciliación con bolsas de recuperación de horas de trabajo o jornadas parciales. El Instituto, además, ofrece muchas posibilidades de estabilidad. Es un centro que se preocupa mucho de que la gente que vale y lo demuestra trabajando, tenga su oportunidad cada cierto tiempo para presentarse a una plaza. La idea es no perder talento y me consta que desde las comisiones internas del Instituto se hace un esfuerzo importante para que se queden. 

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