El salto del piorno: así atraviesan el fuego purificador las águedas de Andavías

Las brasas volvieron a arder como cada 6 de febrero en Andavías. La fiesta de Santa Águeda sitúa en este pueblo una de las celebraciones más genuinas gracias al salto del piorno. 

Una ceremonia de fuego, purificadora, protagonizada por las 24 mujeres que este año renuevan un empoderamiento que sigue siendo una conquista al abrigo de la mártir de Catania. Desde Miriam a Laura, entre los 40 y alguna casi nonagenaria, en Andavías la fiesta de Santa Águeda armoniza veneración y desenfado, respeto a la tradición y lucha por abrir camino en consonancia con los nuevos tiempos.

En ello andan las águedas andavianas, en fortalecer una tradición históricamente vinculada a las mujeres casadas por la iglesia. "Las situaciones cambian y pretendemos que se puedan incorporar mujeres que aunque no cumplan ese requisito sí tengan una estabilidad familiar, así abriremos paso a aspirantes jóvenes que tienen ganas de entrar en la cofradía" explica Soraya Martín, una de las dos mayordomas salientes de este año.

Soraya destaca la relevancia de esta fiesta evocadora de una joven cristiana que vivió en el siglo III en Catania y consiguió conservar intacta su virginidad, resistiéndose a los deseos del emperador y a costa de ser torturada y perder los pechos. "Es una fiesta de empoderamiento y homenaje a una mujer valiente que prefirió morir antes de cambiar sus ideas".

De la mano de las águedas, Andavías ha vuelto a teñirse del colorido de unos trajes que desempolvan de los baúles y portan con orgullo. Con ellos las águedas sortearon ayer el fuego con espectaculares saltos y ante la admiración de un pueblo que cuida con mimo su tradición más auténtica.

Sara Cabezas y Soraya Martín, mayordomas salientes dan el relevo a Sonia Esteban y María José González.

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