Regresión costera en Catalunya

Los ingenieros avisan de que no se podrán salvar todas las playas ante el cambio climático

El grupo de trabajo del colegio profesional propone crear humedales y marismas para proteger la costa de los temporales y alejar los paseos marítimos cuando sea posible

Transición Ecológica desbloqueará "pronto" el plan del delta del Ebro frente a temporales, según el Govern

Desperfectos en la playa de la Nova Mar Bella a causa del temporal Ciarán

Desperfectos en la playa de la Nova Mar Bella a causa del temporal Ciarán / JORDI COTRINA

Guillem Costa

Guillem Costa

Barcelona
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"Luchar todo el rato contra la naturaleza es complicado y normalmente acabamos perdiendo". Esta frase de Agustín Sánchez-Arcilla, ingeniero de caminos de la UPC, resume el enfoque de este colegio profesional ante la regresión del litoral en plena emergencia climática. Un grupo de trabajo específico del Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos propone asumir que algunas playas no serán como las hemos conocido de forma indefinida. "Los informes científicos constatan que el nivel del mar sube 4,5 milímetros al año", recuerda Sánchez-Arcilla. "Este escenario nos obliga a aceptar que no podremos salvar todas la playas", añade.

Illa de Buda delta del ebre El delta del Ebro tras el paso del temporal Gloria

Isla de Buda, en el delta del Ebro, tras el temporal Gloria. / Josep Rollan

Sin embargo, los ingenieros reclaman realizar una planificación conjunta y pactada entre la Generalitat y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. "De esta forma, tendremos la carpeta de soluciones preparada y no habremos de tomar las decisiones a toda prisa justo después de un temporal", señala el experto. "La política acerca del litoral, en caliente, es más complicada de hacer porque cada municipio quiere priorizar su playa. Es clave planearlo todo en frío", sostiene Sánchez Arcilla.

Los ingenieros reclaman una planificación de Govern y ministerio para evitar tomar decisiones a toda prisa tras un temporal

Esta idea ya la defendieron en su día tanto la Generalitat como el ministerio, que advirtió de que no hay arena para aportarla en todas las playas que han sufrido las consecuencias de una borrasca. El problema, y lo admiten los ingenieros, es que esta política genera tensiones entre los gobiernos municipales, ya que casi ningún ayuntamiento está dispuesto a dar por perdida su playa. Pero aun así, Sánchez Arcilla pide "pensar más allá del próximo verano".

El documento elaborado por los ingenieros, en el que han participado –a título personal– técnicos de la Generalitat y el ministerio, no plantea abandonar las aportaciones de arena. No obstante, sí sugieren limitarla y apostar por ella tan solo cuando se garantice que esta arena podrá permanecer en la playa durante un tiempo considerable, a través de medidas complementarias, para dejar de "tirar dinero al mar": "La costa catalana no es como la holandesa, aquí la arena es escasa y es necesario determinar con precisión cuándo es una buena opción utilizarla y cuándo no".

"La costa catalana no es como la holandesa, aquí la arena es escasa"

Agustín Sánchez-Arcilla

— Ingeniero de caminos y coordinador del grupo de trabajo sobre el litoral

Crear humedales

¿Cuáles son las soluciones a corto y largo plazo que pone sobre la mesa el colegio de ingenieros? En primer lugar, se mencionan medidas preventivas que sirvan para reducir el impacto de un temporal cuando existe una previsión meteorológica clara. "Se puede tratar de redistribuir parte de la arena o estudiar la colocación de sacos de arena protectores para minimizar los efectos", dice Sánchez-Arcilla.

Pero en un análisis más sosegado y menos inmediato, el colegio pide confiar en las acciones de renaturalización y abandonar las "soluciones rígidas tradicionales": "Llevamos años poniendo piedras al mar –espigones, muros, diques, paseos marítimos de cemento– y la estrategia no ha funcionado del todo".

Espacios dunares del Delta del Llobregat

Espacios dunares del Delta del Llobregat / Área Metropolitana de Barcelona

Una posibilidad es alejar los paseos marítimos y crear marismas y humedales. "De hecho, esto es lo que había años atrás, cuando los ríos bajaban cargados de sedimentos que formaron las playas, si no, ¿por qué el Maresme se llama 'maresma' ('marisma' en catalán)?", reflexiona el ingeniero que ha coordinado el estudio. "A lo mejor, en una playa muy maltrecha se puede intentar crear un humedal y analizar cómo evoluciona", explica.

El documento no plantea abandonar las aportaciones de arena, pero sí limitarlas

En realidad, el colegio habla de "pruebas piloto" para comprobar si las medidas de renaturalización son óptimas o no en cada lugar concreto. "El delta del Ebro ha sido un buen banco de pruebas a la hora de fomentar dunas relativamente pequeñas, como las que se ven en las fotos aéreas de hace 70 años", precisa el ingeniero. Lo mismo se ha logrado, con cierto éxito, en la localidad de Altafulla.

El elefante de la R1

Esto, avisa Sánchez-Arcilla, no implica "dejar morir" todos los paseos marítimos: "Es necesario actuar de forma diferente en cada playa, por este motivo requerimos una planificación potente". El problema es que para crear zonas húmedas o espacios dunares que custodien la costa se necesita espacio. Y muchas playas urbanas como la de Barcelona o las más "rigidizadas", en el Maresme, por ejemplo, durante los ochenta, no disponen de este margen. Es decir, la solución teórica se deberá aplicar mediante pruebas piloto solo en los casos en los que sea posible.

Otra cuestión es la presencia de infraestructuras como las vías del tren. En el caso concreto del Maresme, los ingenieros admiten que habrá que afrontar este asunto, un auténtico elefante en el armario de la Administración, a la hora de dibujar el futuro del litoral.

Pero la conclusión clara a la que han llegado los especialistas es que algunos edificios y muros no son compatibles con la protección de las playas, que necesitan un tramo naturalizado ancho para estar salvaguardadas ante un temporal.

No solo 'llevantades'

El documento elaborado por el colegio también alerta sobre cómo están cambiando las borrascas. En Catalunya, habitualmente, siempre había las típicas 'llevantades', pero cada vez más se están observando temporales del sur, 'garbinades', que afectan las playas de forma diferente.

Por tanto, a la hora de hacer un diagnóstico, será necesario tener en cuenta este "nuevo fenómeno". "Pero lo más relevante es dejar de actuar siempre de manera reactiva, cambiar de paradigma y empezar a decidir cómo debe ser nuestro litoral en el futuro para que resista los estragos del cambio climático", zanja Sánchez-Arcilla.