Frío extremo

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El pueblo más frío de España está en esta provincia.

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Ángel Guerrero

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Un municipio situado en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha), se ha ganado a pulso el apelativo de "Siberia Española". Su clima extremo, con temperaturas invernales que desafían los termómetros y su peculiar ubicación en el denominado Triángulo del Frío, lo han convertido en un lugar único y fascinante.

Sin embargo, más allá de sus gélidas estadísticas, la localidad ofrece un valioso patrimonio histórico y cultural que atrae a visitantes en busca de una experiencia auténtica y diferente.

El triángulo del frío: un fenómeno meteorológico único

La fama de Molina de Aragón como la localidad más fría de España no es casualidad. Su geografía, enclavada en una meseta rodeada de montañas, crea un microclima particular donde el aire frío se estanca y las temperaturas descienden drásticamente durante los meses de invierno. La mínima histórica registrada en enero de 1952, de -28,2 ºC, es un testimonio de la crudeza de sus inviernos. La combinación de este fenómeno meteorológico con su ubicación en el Triángulo del Frío, una zona compartida con otros municipios cercanos igualmente propensos al frío extremo, ha hecho que Molina de Aragón sea sinónimo de bajas temperaturas. A pesar de los rigores invernales, este clima singular crea paisajes de gran belleza, con heladas que transforman el entorno en un escenario de cuento.

Un castillo medieval que domina el paisaje

Pero Molina de Aragón no es solo frío. La localidad cuenta con un imponente castillo medieval que corona una colina, ofreciendo una vista panorámica espectacular del valle del río Gallo. Esta fortaleza, con su estructura fortificada, murallas y torres defensivas, es una joya arquitectónica que refleja la importancia histórica de la región. Sus piedras milenarias son testigos de siglos de historia, de batallas y de la vida de las personas que habitaron estas tierras. Recorrer sus muros es como viajar en el tiempo y sumergirse en la época medieval. La conservación del castillo permite a los visitantes explorar sus diferentes rincones, desde las torres de vigilancia hasta los patios interiores, y admirar las vistas que desde allí se obtienen del entorno.

Un casco histórico que respira historia

El casco histórico de Molina de Aragón es un auténtico tesoro. Sus calles empedradas, sus plazas y sus edificios históricos nos invitan a un viaje al pasado. Iglesias como Santa Clara o Santa María del Conde San Gil son ejemplos de la rica arquitectura religiosa de la villa. El Puente Viejo, construido en arenisca roja, es un emblema de la localidad y un testimonio de la habilidad constructiva de sus antepasados.

Además, Molina de Aragón cuenta con barrios que conservan su esencia medieval, como el barrio judío y el de la morería. Recorrer estos espacios es como retroceder en el tiempo y experimentar la vida de las diferentes culturas que han convivido en la villa a lo largo de los siglos. La mezcla de estilos arquitectónicos, la distribución de las calles y la atmósfera que se respira en estos barrios hacen que la visita sea una experiencia inolvidable.

Veranos frescos y sorpresas inesperadas

Durante los meses de verano, las temperaturas en Molina de Aragón suelen ser mucho más agradables, con mínimas que se sitúan alrededor de los 9 ºC, proporcionando un ambiente fresco y perfecto para escapar del calor de otras regiones. Sin embargo, el clima de Molina de Aragón puede deparar sorpresas, como la mínima de 0,6 ºC registrada el 12 de junio de 2019, un dato inusual para esa época del año que confirma la peculiaridad de su clima. Estas variaciones climáticas son parte del encanto de la "Siberia Española", un lugar donde la naturaleza siempre tiene la última palabra.

Despoblación y un futuro desafiante

Si bien Molina de Aragón ofrece un entorno natural singular y un legado arquitectónico inigualable, también enfrenta el desafío de la despoblación, un problema común en muchas áreas rurales de España. La pérdida de población, especialmente de jóvenes, pone en peligro el futuro de la localidad y su capacidad para preservar su patrimonio y su identidad. A pesar de esto, Molina de Aragón sigue siendo un destino que atrae a los amantes de la historia y la naturaleza, dispuestos a desafiar sus temperaturas y a sumergirse en su encanto único. Es un lugar que, aunque marcado por el frío, consigue calar hondo en quienes lo visitan, dejando una huella imborrable en sus recuerdos. Por eso, al visitar la "Siberia Española", no olvides llevar contigo un buen abrigo y la curiosidad de quien va a descubrir un lugar fascinante.