Seguridad en el transporte

Más denunciados y menos robos: los Mossos intensifican los controles en el metro para acabar con los carteristas

En el último año los hurtos en este transporte han bajado un 4,6% y un 16% los robos con violencia

Los Mossos identifican a 135 sospechosos con 446 antecedentes en un macrodispositivo en el metro

Macrodispositivo de los Mossos junto a la seguridad de TMB en el metro de Barcelona

Macrodispositivo de los Mossos junto a la seguridad de TMB en el metro de Barcelona / Zowy Voeten

Germán González

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"No usan el transporte público para desplazarse. Usan el transporte público para cometer delitos y vivir de ello". De esta forma, el subinspector Eugeni Tarjuelo, jefe del Área Regional de Transporte Urbano (ARTU) de Mossos d'Esquadra, explica la ofensiva policial contra la delincuencia en el metro de Barcelona que ha permitido un descenso de los robos y hurtos que se cometían en este transporte en el último año así como un incremento de los investigados.

Según datos de la policía catalana, en 2024 los hurtos en el metro han bajado un 4,6% mientras que los robos con violencia han descendido un 16% si se compara con 2023. Además, el año pasado se han incrementado los denunciados penalmente un 24,5%. En total, los delitos cometidos en la red de metro de Barcelona bajaron el año anterior un 2% respecto a 2023, aunque los Mossos remarcan que si se comparan cifras de 2019 con 2024 el descenso es del 48%.

Sin embargo, la policía no baja la guardia. Junto con interventores de Transports Metropolitants de Barcelona (TMB) y vigilantes de seguridad, los Mossos hacen cuatro controles cada dia en varios puntos de la red viaria, dos por la mañana y dos por la tarde. Además, un par de veces al mes, aprovechando que el metro abre la madrugada del domingo, hacen macrodispositivos con presencia de unidades especiales del cuerpo para encontrar a estos delincuentes reincidentes. La policía también establece dispositivos específicos ante acontecimientos como conciertos, ferias comerciales o partidos de fútbol, como los de Champions.

Macrodispositivo de los Mossos junto a la seguridad de TMB en el metro de Barcelona

ZOWY VOETEN

La intención de los responsables de la ARTU es intensificar estos controles y registros en el metro, siempre en colaboración con TMB, para cercar a los carteristas. Se hacen de forma planificada en los puntos de más afluencia o en los que suelen operar los grupos de delincuentes ya detectados por los agentes. Por eso, se quiere incrementar las inspecciones en el transbordo entre líneas o hacia otros transportes, además de empezar a planificar un refuerzo de la vigilancia en toda la red de metro teniendo en cuenta que la intención ampliar el número de estaciones.

El subinspector Eugeni Tarjuelo destaca la importancia de esta acción coordinada, con policías de uniforme y de paisano, para "mejorar la percepción" de seguridad de los usuarios del transporte público y añade que se trabaja para que los juzgados dicten órdenes de alejamiento del metro de algunos delincuentes como ya pasado en varias ocasiones. De esta forma se puede presionar a estos ladrones reincidentes que muchas veces cambian de país o de comunidad autónoma para seguir con su forma de vida.

Robo al descuido

La mayoría de los delitos que se cometen en el metro son robos y hurtos. Existen numerosos ladrones que aprovechan aglomeraciones en andanas o dentro de los vagones para llevarse objetos al descuido, como teléfonos móviles o carteras. Hay cacos especializados en turistas o los que esperan a que algunos usuarios se duerman a altas horas de la noche cuando vuelven de fiesta para quitarles lo que llevan encima. También están los que se suben una y otra vez en la misma línea, como la 4, durante las 22 y las 00 en la zona cerca del puerto para asaltar a los que van a cenar o los que están en las paradas de los puntos turísticos de la ciudad o en los intercambiadores para aprovechar las prisas de los trasbordos.

El jefe de la ARTU destaca que en el centro de control de la red de metro hay agentes que revisan todas las cámaras de videovigilancia y avisan de posibles incidencias, como la presencia de carteristas, y que es cuando actúan los policías de paisano, que suelen caminar entre 15 y 20 kilómetros de media al día recorriendo las estaciones buscando ladrones. Los agentes pueden hacer seguimientos y evitar el hurto o recuperar lo sustraído. Pese a esto, la mayoría de veces se acaba denunciando al sospechoso, al ser un delito leve porque el objeto robado no supera los 400 euros y no hubo violencia, y por eso el delincuente sigue actuando.

El subinspector Tarjuelo remarca que hay cacos que actúan solos y grupos organizados que se distribuyen los roles para robar. "No ponen oposición cuando los atrapamos, son expertos en penales como un abogado o un policía y saben la diferencia que hay entre un hurto y un robo con violencia e intimidación, ya que está castigado de forma diferente por la ley" incide el jefe de la ARTU quien señala que hay perfiles muy diferentes de ladrones de día respecto a la noche. En este caso se puede encontrar a alguno que usa la violencia si los sorprenden.

También señala que hay casi paridad de sexos en este tipo de delincuentes y que se suelen mimetizar dentro de la red viaria, por lo que usan ropa de turista o se van cambiando de conjunto si se trata de criminales con numerosos antecedentes para que no los reconozcan, además de usar gafas, pañuelos o gorras. Estos multirreincidentes suelen ir con mochilas vacías para ir llenando los objetos que roban. "Conocen perfectamente que hay cámaras y detectan la presencia policial" incide el subinspector y explica que una vez hurtado un bolso o una cartera "tiran lo que no les interesa, se quedan con los objetos de valor, se cambian de ropa y vuelven a entrar al metro a robar".

Gas pimienta

Los Mossos detienen a sospechosos que tienen órdenes de busca y captura pendientes, a los que han cometido robos violentos o de objetos con un valor superior a los 400 euros y los que llevan cantidades altas de droga encima. Además de los asaltos, la policía también ha actuado en peleas multitudinarias, que suelen pasar por la noche, en denuncias por agresión sexual, como hacer tocamientos aprovechando la multitud, o cuando hay denuncias contra grafiteros por daños en los vagones.

El subinspector Eugeni Tarjuelo también se ha mostrado a favor de que los vigilantes de seguridad del metro lleven gas pimienta para usarlo en caso de emergencia. Destaca que se deben formar a estos efectivos de seguridad privada sobre los riesgos de esta "herramienta" de protección así como saber qué "momento es el adecuado para actuar", siempre con criterios de "congruencia, proporcionalidad y oportunidad".

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