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Pol Molina (Verificat)

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Ha terminado el mes de enero y para muchas personas significa que concluye también el 'Dry January', el reto de dejar de consumir alcohol durante un mes para compensar los excesos navideños. La idea comenzó de manera oficial en 2013 en Reino Unido, donde más de 4.000 personas se unieron a la campaña de Alcohol Change UK, que registró oficialmente la iniciativa un año después. Su popularidad creció rápidamente: en 2015, el reto acumuló más de 2 millones de participantes en el país, y cada vez tiene más seguidores en España –y en todo el mundo– que lo difunden a través de redes sociales.

El objetivo de aquella primera campaña —cuya esencia se ha mantenido en el tiempo— no fue dejar de consumir alcohol durante un mes, sino hacer que los participantes fueran conscientes de la normalización de su consumo. En España, por ejemplo, el 93% de la población asegura haber bebido alguna vez en su vida, y tres de cada cuatro han consumido alcohol en el último año. Un 9% de la población ha consumido alcohol a diario en los últimos 30 días, según la encuesta EDADES con datos de 2022.

El consumo de alcohol en cualquier cantidad aumenta el riesgo de padecer cáncer, enfermedades hepáticas (como la cirrosis), cardíacas y neurológicas, entre otras. Especialmente, cuando se lleva a cabo un consumo de riesgo. En hombres, significa consumir al menos cuatro cervezas o copas de vino al día; en mujeres, dos. Entre 2010 y 2017, casi 15.000 personas perdieron la vida en España a causa del consumo de alcohol. La mayoría —el 70%— presentaban un consumo de riesgo, un patrón que sigue el 6% de la población.

Bebemos menos a diario, pero nos excedemos igual

La media de consumo de alcohol puro a nivel global era de 4,9 litros por persona en 2020, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que equivale a unos 95 litros de cerveza al año. La cifra lleva descendiendo desde 2013 y de media es casi la mitad que la de España (9,2 litros por persona al año), que, a pesar de todo, no es uno de los países líderes en Europa.

La población española bebe cada vez menos, según un estudio de la revista Adicciones, pero el descenso es muy ligero. También cambia la manera cómo bebemos: el número de personas que consume alcohol a diario es cada vez menor, pero los episodios de consumo intensivo, (consumir más de cuatro o cinco bebidas alcohólicas en dos horas, en hombres y mujeres, respectivamente) se mantienen estables desde 2003, según los últimos datos disponibles, de la encuesta EDADES de 2022

La recurrencia de episodios intensivos se da con mayor intensidad entre la población joven. La encuesta ESTUDES de 2023, que evalúa los patrones de consumo de adolescentes entre 14 y 18 años, encontró que casi tres de cada diez jóvenes han llevado a cabo una ingesta intensiva en el último mes, una proporción que casi duplica la media de la población general y que ha aumentado ligeramente en los últimos dos años dentro de una tendencia descendente.

‘Dry January’ en una sociedad de consumo por episodios

Todo lo que sea reducir el consumo de alcohol es mejor para el organismo, explica a Verificat Edilmar Alvarado, hepatóloga investigadora del Hospital de Sant Pau. “Las personas pueden experimentar una mejora en trastornos del sueño, disminución de peso, mejora de la salud neurológica y normalización de marcadores hepáticos, además de la reducción del riesgo de otras enfermedades metabólicas”, detalla.

Los primeros estudios que se llevaron a cabo en el marco de la iniciativa desarrollada por Alcohol Change UK también hallaron que, quienes no probaron el alcohol en enero, cambiaron sus hábitos a medio plazo. Los participantes mantenían un consumo de alcohol de menor seis meses después.

Sin embargo, la iniciativa también podría volverse en contra de quien la practica. Un artículo publicado en 2016 en la revista 'Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology', advertía de que podía dar una falsa sensación de seguridad de que parar el consumo de alcohol por breves periodos de tiempo puede prevenir los efectos nocivos a largo plazo. 

El alcohol es una de las drogas que provoca más muertes atribuibles al año, con una tasa por mil personas de 57,8 en hombres y 12,6 en mujeres, cifras coherentes, dado que los hombres consumen más que las mujeres. “No existe ningún nivel seguro de consumo de alcohol, ya sea continuo o intensivo”, sentencia la hepatóloga del Hospital de Sant Pau a Verificat, replicando los hallazgos de multitud de estudios.

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