Medio ambiente

Cercs reclama demoler la antigua central térmica, contaminada con fuel y amianto: "Vivimos con un cadáver"

El ayuntamiento y una plataforma vecinal piden desmantelar los restos de esta infraestructura por suponer una amenaza ecológica

El Govern mediará con el Estado para encontrar una solución a la antigua central térmica de Cercs

Cercs exige desmantelar y descontaminar el "cadáver" de la antigua central térmica

Zowy Voeten y Patricio Ortiz

Guillem Costa

Guillem Costa

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Desde el núcleo de casas de la Rodonella se ven las montañas prepirenaicas que conducen hasta Peguera. También se intuye el embalse, un poco más abajo. Pero en el paisaje, mirando hacia el norte, sobresalen las siluetas de dos chimeneas. Una de ellas, que en realidad es una torre de refigeración, es ancha y de grandes dimensiones. La otra, estrecha y más alta. Ambas forman parte de la antigua central térmica de Cercs (Berguedà).

Restos de hierro, fuel, fibrocemento (un material que contiene amianto), hidróxido de sodio y ácido sulfúrico se acumulan en el esqueleto del edificio. La central, que un día fue símbolo de esplendor industrial, cerró en 2011. Pero, a diferencia de lo que ha ocurrido con otras plantas de producción de energía fósil, no se ha desmantelado.

"Vivimos con un cadáver que supone una auténtica amenaza de desastre ecológico", sentencia el alcalde del municipio, Urbici Malagarriga, mientras señala la vieja central desde una pista forestal cercana. "Si un día viene una riada intensa, los residuos pueden acabar en el pantano, que abastece de agua a Barcelona", teme Malagarriga. El acuerdo original obligaba a devolver el espacio a su estado original y a limpiarlo todo. "Pero jamás se hizo", lamenta el alcalde.

Lugar fantasmal

La térmica, teóricamente, está clausurada. Sin embargo, en realidad es fácil acceder a ella. No hay vigilancia alguna y las vallas se pueden sortear sin dificultades. Incluso se puede entrar en la gran torre de refrigeración, cuya parte inferior está formada por elementos de uralita y por la que solía salir vapor de agua.

"Esto provoca que acudan a la central personas que tratan de aprovechar los restos de cobre y metal", cuenta Malagarriga. Pero también se acercan 'youtubers' y 'tiktokers', impresionados por las formas inertes y fantasmales de la central. Además de las chimeneas, están los demás edificios.

Las paredes del lugar en el que estaba ubicada la caldera, por ejemplo, se caen literalmente a pedazos. "Si se sigue extrayendo material de forma irregular, un día habrá un accidente", advierte Malagarriga.

El alcalde se pregunta por qué la central de Cercs sigue ahí, cuando en España la mayoría de empresas asumen el reto de desmontar la central después del cese de la actividad. "Si fuésemos una ciudad importante del área metropolitana, tal vez nos harían caso, pero apenas somos mil habitantes", afirma.

Cambios empresariales

Las diversas empresas que han tenido la titularidad de la central conforman un puzle burocrático que explica la falta de respuesta permanente. La central, hace décadas, estaba en manos de FECSA, que luego se convirtió en Endesa. Más tarde la adquirió Enel, y después Viesgo, (que fue absorbida por Repsol). Estos cambios de propiedad sucesiva dejan la térmica en una especie de "limbo legal" que dificulta la asunción de responsabilidades a la hora de afrontar un desmantelamiento.

En 2019, Infreemu y EM Spain Waste & Treatment compraron la central de Cercs e intentaron darle otro uso. Su plan era invertir 130 millones de euros para instalar una incineradora que generara energía a partir de desechos industriales. Pero surgió la Plataforma Anti-Incineradora, que se quejaba del posible impacto ambiental. Finalmente, el proyecto se rechazó y no se propuso alternativa. Por tanto, el deteriorado complejo térmico no se llegó a derribar.

El pueblo espera la decisión sobre el futuro de los restos de la central.

Uno de los edificios más deteriorados de la central. / ZOWY VOETEN

En 2023 EM Spain Waste & Treatment reformuló su proyecto hacia un modelo centrado en el turismo. Se habló de una planta de hidrógeno verde, un museo y un hotel. Pero la idea no convenció al municipio. Miembros de la plataforma consultados por este diario aseguran que solo aceptarán un proyecto que sea positivo para el pueblo. "Ya nos tragamos muchos años de humo", recuerda Carme Rubio, vecina de 41 años. "Como mucho, que pongan placas solares o algo que no contamine", sugiere.

Carles Villanueva tiene 63 años y ha vivido siempre en Cercs. "Al final, nos habíamos acostumbrado a tener la central, pero los materiales contaminantes tienen que retirarse", sostiene. "Como mucho, se podría mantener la chimenea más grande, que es parte de la historia del pueblo, pero en buenas condiciones", plantea.

Difícil solución

En el ayuntamiento son conscientes de que la solución será difícil y lenta. "Tanto la Generalitat como el ministerio competente nos han dicho que era complejo, pero no puede ser tan difícil, en dos o tres años la central tendría que estar fuera", considera el alcalde. Pese a los obstáculos que sabe que encontrará, Malagarriga tiene la esperanza de ver cómo la antigua térmica desaparece de Cercs: "Aunque no haya nada registrado, los terrenos son del pueblo y lo primero que hay que hacer, antes de plantear propuestas raras, es eliminar la gran cantidad de elementos contaminantes, como se ha logrado hacer en otros pueblos".

El pueblo espera la decisión sobre el futuro de los restos de la central.

El núcleo de La Rodonella, con la central al fondo. / ZOWY VOETEN

Una de las vías que se ha estudiado para demoler la central es abrir un contencioso-administrativo para recuperar estos terrenos de uso público. Pero este proceso es lento. La empresa EM Spain Waste & Treatment no aclara cuál es su plan actual para la planta.

Vecinos y ayuntamientos, 14 años después de que la central térmica cerrara, siguen buscando la fórmula para que la clausura de la planta sea real. "Todo tiene su tiempo de vida y el de esta central ha terminado", opina Lluís Vilarrassa, otro vecino que, décadas atrás, trabajó en las tareas de mantenimiento de la infraestructura.

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