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Reino Unido

Dimite el obispo de Liverpool, acusado de acoso sexual a dos mujeres: una obispa y una feligresa

El religioso fue nombrado obispo en 2023, cuando una de las denunciantes ya había informado del presunto delito

El obispo John Perumbalath.

El obispo John Perumbalath.

Lucas Font

Lucas Font

Londres
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El obispo de Liverpool, John Perumbalath, ha presentado este jueves su dimisión tras recibir dos acusaciones de acoso sexual por parte de dos mujeres. Según estas denuncias, reveladas este martes por el canal Channel 4, el obispo besó sin consentimiento y manoseó a una de las víctimas en repetidas ocasiones y acosó sexualmente a otra mujer, también obispa. Perumbalath ha cedido finalmente a las presiones de sus superiores y ha anunciado su renuncia, aunque ha negado todas las acusaciones contra él. 

"Desde que se presentaron las denuncias en 2023, estas han sido investigadas y examinadas por expertos del Equipo Nacional de Protección (NST, en sus siglas en inglés) y las han considerado infundadas. La primera acusación también fue investigada por la policía, que no adoptó ninguna otra medida. A pesar de ello, los medios de comunicación me han considerado culpable de todos los cargos y han tratado estas acusaciones como un hecho”, ha asegurado el obispo este jueves en un comunicado, en el que asegura que su posición es “insostenible” debido al impacto que tendrá en la imagen de la Diócesis de Liverpool.

Acusaciones de las víctimas

Una de las víctimas, relacionada con la Iglesia, sostiene que Perumbalath la acosó reiteradamente entre 2019 y 2023. En una de esas ocasiones, en 2022, la mujer asegura que el obispo “pasó sus manos por el costado de sus pechos a ambos lados, con una presión media, hasta llegar al borde de la areola”. Unas agresiones que se repitieron presuntamente un año después. "Apretó su cara contra la mía, me dijo ‘te quiero’ en voz baja al oído, y movió su boca hasta justo debajo de mi oreja, en el punto de pulso de mi cuello. Abrió la boca, cogió un trozo de mi piel entre los labios y me soltó", explica en el testimonio escrito recogido por Channel 4.

Perumbalath fue nombrado obispo de Liverpool en 2023, cuando la víctima ya había informado del presunto acoso. La Iglesia de Inglaterra reconoce que recibió una denuncia contra él a principios de ese año, pero sostiene que esta llegó después de que el obispo fuese nombrado “formal y legalmente”. En un comunicado, la institución asegura que la queja fue investigada tanto por el NST como por la policía y que no se recabaron pruebas suficientes para demostrar las acusaciones. En el caso de la segunda denuncia, interpuesta por la obispa, esta fue descartada por un juez porque se presentó fuera del plazo máximo de un año. 

Aun así, seis altos cargos del clero han pedido este miércoles por la noche una investigación en profundidad tras escuchar a las congregaciones y al personal de las oficinas diocesanas. Algo que ha añadido presión contra el obispo y ha acabado forzando su dimisión. "Creemos que las acusaciones hechas por la obispa deben ser investigadas completa y adecuadamente. También entendemos que mientras se llevan a cabo estas investigaciones apropiadas, el obispo de Liverpool tendrá que apartarse de todo ministerio en la diócesis de Liverpool", han asegurado.

Presunto encubrimiento

El caso ha añadido presión contra el arzobispo de York, Stephen Cottrell, quien ha sido acusado de estar al corriente de las denuncias antes de que Perumbalath ocupara formalmente su cargo como obispo de Liverpool. “Mis pensamientos y oraciones siguen estando con todos los que se han visto afectados por esta situación”, se ha limitado a decir en un escueto comunicado tras la dimisión. Cottrell ya fue señalado por encubrir otros casos de malas conductas dentro de la Iglesia, algo que ha llevado a sus críticos a exigir su dimisión.

El nuevo escándalo llega en un momento de máxima dificultad para la Iglesia de Inglaterra, muy sacudida en los últimos meses tras la dimisión del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el pasado noviembre. Welby, hasta entonces el máximo representante de la institución después del rey, renunció al cargo tras conocerse que encubrió uno de los casos de maltrato y abuso de menores más sonados de las últimas décadas. A la espera de nombrar un sustituto, la Iglesia de Inglaterra se encuentra ante una de las mayores crisis reputacionales de su historia reciente.