Entrevista

Sara Desirée Ruiz, psicoterapeuta: "Si tu hija adolescente está de madrugada con el móvil, se lo retiras pero le explicas por qué"

La divulgadora y educadora social invita a las familias a sustituir el histórico "mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo diga" por otras frases más asertivas y útiles

La educadora social y psicoterapeuta especializa en adolescentes Sara Desirée Ruiz.

La educadora social y psicoterapeuta especializa en adolescentes Sara Desirée Ruiz. / Grijalbo

Olga Pereda

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Educadora social y psicoterapeuta especializada en adolescentes, Sara Desirée Ruiz invita a las familias a sustituir el histórico "mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo diga" por otras frases más asertivas y útiles. El "porque yo lo digo, y punto" no funciona. A veces hay que dar un 'no', pero acompañado de motivos. “Es agotador. No obstante, funciona”, explica. Autora de 'En esta casa mando yo, y punto. Cómo comunicar y establecer límites sanos en la adolescencia' (editorial Grijalbo), la divulgadora ofrece un puñado de pautas para encarar conflictos.

Pocas veces decimos 'no' a los hijos, pero es una palabra muy necesaria.

Por supuesto, no hablo de ser permisiva, todas conocemos el valor de los límites. No es que no tengas que decir 'no', es que es un 'no' condicionado y hay que buscar acuerdos. Otras veces dirás que 'no' y ya está, pero lo acompañas de un motivo. Si tu hija está de madrugada con el móvil, se lo retiras y le explicas por qué.

Con los adolescentes, propone sustituir el histórico "mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo diga" por "mientras vivas bajo mi techo, siempre será el tuyo y te prepararé para que vivas fuera de él”. ¿Por qué?

Porque es más útil. Significa que mientras vivamos juntas en casa tendremos que seguir unas normas para poder convivir y que te preparé para que cuando vivas bajo tu propio techo puedas hacerlo desde la máxima libertad y con límites saludables. La primera frase no es recomendable si queremos que vivan como personas con criterio y que pongan sus propios límites. Ahora bien, si quieres que se limiten a obedecer, diles todo lo que tienen que hacer y cuándo.

Qué complicada es la adolescencia.

La adolescencia no les genera bienestar, necesitan aportar su opinión y negociar. Son menores todavía y tenemos una función relevante de protección y seguridad. Es importante no ir desde el autoritarismo, nosotras no controlamos su vida sino que nos aproximamos desde la curiosidad.

¿Me da un ejemplo práctico?

“Ya veo que esto que estás haciendo (lo que sea) es importante para ti” y le explico los motivos y consecuencias para que comprendan los límites. Si no, desconectan y no se sienten comprendidas. Es una etapa vital para el desarrollo de la autonomía y es normal tener aversión a los límites. Si siempre les decimos lo que tienen que hacer, les generará rechazo y querrán lo contrario.

¿Qué hago si mi hijo me llama 'amargada' y me dice que me odia cuando le digo que meriende fruta y no bollería industrial?

En primer lugar, tienes que entender que eso que le has dicho le ha molestado. Lo segundo es dejar claro que esa conducta no es aceptable en una relación sana, no podemos llamar 'amargada' a nadie porque estemos enfadadas. Para sembrar el modelo de la asertividad vamos a ser más creativas y a regular las emociones tan intensas que tenemos en ese momento. Un mensaje adecuado sería: “Cariño, veo que no quieres la fruta, pero me has dicho una palabra que no me dirías si no estuvieras enfadada. Así no podemos hablar, no me puedes insultar. Cuando quieras, hablamos. Pero ahora no”.

Qué agotador.

Es agotador, efectivamente, como todo lo relacionado con la maternidad. Los gritos son habituales, nadie exige la perfección. Pero educar cansa, y más a una persona adolescente. Cada etapa tiene unas características distintas y en todas ellas hay que comprender lo que hace y atender sus necesidades. Sin embargo, durante muchos años se ha desatendido la adolescencia. Su cerebro se está desarrollando y tienen severas dificultades para muchas cosas. Es una etapa de la vida compleja, si la conoces sabrás cómo aproximarte mejor. Si comunicas los límites de una determinada manera, lo tendrás más fácil.

Usted defiende que los límites no están relacionados con el poder sino con informar de necesidades y evidenciar consecuencias. Si quiero que mi hijo llegue a una determinada hora por la noche, ¿cómo marco esos límites?

Eso son normas que podemos acordar y hay que implicar a esa persona. Le preguntamos “¿a qué hora crees que puedes llegar a casa si mañana te tienes que levantar temprano?”.

Pero la hora de llegar a casa la marco yo, no él.

Está claro, y tú negocias y le explicas tus motivos. Si tu hijo llega a medianoche y bebido…

¿El alcohol no debería ser una línea roja?

Sí, pero que las personas adultas pongamos líneas rojas no quiere decir que las personas adolescentes no las vayan a cruzar. Puedes decirle que no beba, pero eso no significa que no vaya a beber.

Le llevaré al Hospital de Parapléjicos de Toledo para que vea chavales de su edad en una silla de ruedas por meterse en un coche conducido por un borracho.

Es una buena idea. Las personas adolescentes necesitan estímulos cercanos para comprender. No tiene efecto inmediato, pero se va aposentando. Tú hablas del tema, le llevas a ese sitio, su médico le hace algún comentario y le pasas un artículo de prensa.

¿Es mejor hacer todo eso que decir, simplemente, no bebas y no consumas drogas?

Mucho mejor porque construyes en su cabeza argumentos y experiencias que, más adelante, usará para orientarse. Si un día le dices a tu hija “como se te ocurra venir bebida te echo de casa” no te va a llamar para que la ayudes y, efectivamente, se irá a casa de otra persona.

¿Si hago lo que usted dice no beberá alcohol?

Inmediatamente no. Hablamos de un proceso. No hay soluciones matemáticas a problemas humanos. ¿Cuánto tardó tu hijo en aprender a caminar? ¿Te acuerdas cuántas veces se cayó y tú le ayudaste? Como son pequeños vemos claro que no saben hacer las cosas, pero en la adolescencia tampoco saben ni qué les pasa cando beben, ni qué les va a suceder con una pareja o con un amigo. Su cerebro está en un momento que no ayuda precisamente. Si no te tienen al lado explicándoles las cosas, el chaval no va a comprender cuando le dices que no. ¿Cuándo lo entenderá? Cuando se pegue el hostión.

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