Educación en Catalunya

"Se llenan la boca hablando de su importancia, pero no ponen dinero": un instituto de Barcelona denuncia que perderá la biblioteca

El afa del instituto Montserrat Roig de Gràcia advierte de que el próximo curso no podrá seguir pagando la nómina del bibliotecario escolar y pide al Consorci d'Educació que la asuma

El Consorcio plantea "explorar diferentes soluciones", como disponer de estudiantes en prácticas de la Facultad de Biblioteconomía o bibliotecarios jubilados

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Biblioteca del instituto Montserrar Roig de Barcelona.

Biblioteca del instituto Montserrar Roig de Barcelona. / Afa Montserrat Roig

Helena López

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La biblioteca del instituto público Montserrat Roig en el barrio de Gràcia, en Barcelona, referente en el mundo de las bibliotecas escolares catalanas, pende de un hilo, como mínimo como ellos la entienden (y como llevan años demostrando que funciona). Así lo denuncian las familias del centro educativo, quienes explican que no pueden seguir asumiendo el sueldo del bibliotecario y que el Consorci d'Educació de Barcelona –del que forman parte la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona– "ni pone el dinero ni da respuesta para encontrar una solución", aseguran en un comunicado de prensa hecho público este miércoles.

Actualmente, el afa –asociación de familias– paga el 70% del sueldo del bibliotecario, mientras que el instituto abona el 30% restante con fondos propios generados del alquiler de espacios. El próximo curso, sin embargo, la asociación de familias señala que no podrá repetir la aportación de estos últimos años porque "se terminan los fondos de un remanente histórico del que disponían". Según los cálculos del afa, este es el último curso que podrán pagar el bibliotecario "si las cosas no cambian mucho". "No podemos pedir a las familias más esfuerzo, porque la cuota ascendería a más de 60 euros", explican desde el afa.

"El Consorci d'Educació de Barcelona se llena la boca con la importancia de las bibliotecas, pero no pone dinero ni para mantenerlas ni para gestionarlas", prosiguen, enfadadas, las familias, quienes no están dispuestas a perder la biblioteca, ente que forma parte del proyecto de centro.

Centro neurálgico

"La biblioteca es el centro neurálgico del instituto gracias al dinamismo y al buen trabajo del actual bibliotecario, sumado a la apuesta por la lectura del equipo docente", prosiguen las familias organizadas para salvar este equipamiento que consideran clave para la educación de sus hijos.

Las familias insisten en la importancia de tener "un buen servicio de biblioteca" –lo que quiere decir contar con un bibliotecario– y subrayan que "la lectura tiene una importancia primordial en la educación pública de calidad". Por este motivo se resisten a renunciar a su "proyecto de biblioteca", algo que, añaden, deberían poder tener en todos los institutos públicos del país. "No debería ser el afa y el instituto quien pague al bibliotecario, sino la administración (Generalitat y ayuntamiento)", zanjan.

No deberían ser ni el afa ni el instituto quien pagara al bibliotecario escolar; es responsabilidad del Consorci d' Educació de Barcelona

AFA Instituto Montserrat Roig

Fuentes del Consorci d'Educació de Barcelona responden que la figura de bibliotecario hoy por hoy "no existe en los centros públicos de Catalunya como dotación de personal (ni docente ni PAS) y muchos institutos y escuelas disponen de un docente que dedica unas horas, o atienden a la su biblioteca a través de voluntarios o de alguna persona contratada directamente por la afa, como es el caso del instituto Montserrat Roig", por lo que desde el Consorci "no se ha dotado nunca de esta figura a ningún centro".

"La dirección del centro y el afa tienen previsto realizar una reunión para explorar diferentes soluciones, como disponer de estudiantes en prácticas de la Facultad de Biblioteconomía o bibliotecarios jubilados", añade la misma voz del Consorcio.

Nuevos datos globales

Según la Estadística de Bibliotecas Escolares (EBE) –que se obtiene de una operación de carácter censal y de periodicidad cuatrienal y que desarrolla el Departament d'Educació i FP, con la colaboración del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes–, el curso 2023-2024 un 72,9% de los centros catalanes tenía biblioteca escolar. Una cifra que los expertos ponen en duda –consideran que el número es bastante menor–, ya que no se trata de encuestas de respuesta obligatoria. Un detalle que, a sus ojos, representa un sesgo importante, ya que gran parte de los que no contestan es porque no tienen. "Si dispones de una buena biblioteca es que te interesa el tema y sería muy raro que no respondieras", señalan.

El curso pasado el Departament inició el PLAMIB, el Plan de Mejora de las Bibliotecas Escolares de Catalunya, "basado en el impulso de redes territoriales", "haciendo visibles buenas prácticas, dotando a las bibliotecas de recursos y poniendo énfasis en la formación y el reconocimiento de las personas responsables", señalan en la página web del proyecto. Un plan que nació rodeado de polémica por su falta de ambición: arrancó tarde y llega solo a 50 centros en forma de prueba piloto.