Accesibilidad en Catalunya

La lucha diaria para superar barreras arquitectónicas en Berga

Anna Ariza tiene movilidad reducida y, con andador o silla de ruedas, se topa con obstáculos como pasos cebra sin rampas, aceras estrechas o pavimento en mal estado

Catalunya aún tiene al menos 250 escuelas e institutos con barreras arquitectónicas

Anna, con su andador, que le ayuda a bajar algún paso zebra, pero que no le permite volver a subir a la acera.

Anna, con su andador, que le ayuda a bajar algún paso zebra, pero que no le permite volver a subir a la acera. / Anna Costa

Anna Costa

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Superar barreras arquitectónicas es una lucha diaria para personas con movilidad reducida. Es lo que le pasa en Berga a personas como Anna Ariza. Pasos de cebra sin rampa, aceras demasiado estrechas o pavimento en mal estado son algunos de los obstáculos con los que se encuentra cuando sale a la calle.

Tiene 39 años y nació con parálisis cerebral mixta que le afecta la movilidad de las piernas. Puede caminar con la ayuda de un andador, pero por comodidad prefiere moverse con la silla de ruedas eléctrica. No siempre puede hacerlo debido a la dificultad de subir las calles más empinadas de Berga. Por ejemplo, para ir a trabajar usa el andador. Vive en la calle Pere III, entre la calle Barcelona y la Rasa dels Molins, y los fines de semana trabaja en Sant Francesc, donde se puede ver la exposición permanente de la Patum. Para ir de su casa al trabajo sube toda la calle Barcelona y llega a la ronda Queralt. Una vez frente a la Escuela de Música, toma dirección al convento de Sant Francesc. La subida es inevitable, pero los problemas de accesibilidad en este tramo van más allá: "En la calle Barcelona no puedo subir a la acera porque los pasos de cebra no están adaptados y no puedo subir los escalones". Transita por la calle, al borde, pero sufre porque es peligroso: "Pasan coches y tengo que estar alerta. A veces, algunos conductores me pitan porque deben pensar que soy imprudente, pero no tengo alternativa".

Transita por la calzada, pero sufre: "Pasan coches y tengo que estar alerta. Algunos conductores me pitan porque deben pensar que soy imprudente, pero no tengo alternativa"

Cuando da un paseo para distraerse, debe estar constantemente planificando por dónde pasará y qué calles debe evitar, ya que, por ejemplo, si cruza la Rasa dels Molins para dirigirse al paseo de la Industria, no todos los pasos de cebra están adaptados. Con andador consigue bajar, pero sin ayuda, no puede subir. Otras calles con obstáculos son, por ejemplo, el paseo de las Estaselles, con árboles en medio, o la calle del Roser, donde la acera se estrecha considerablemente.

Anna Ariza, a través de la Fundación La Llar, reivindica itinerarios accesibles para personas con movilidad reducida. «Queremos que el ayuntamiento garantice itinerarios accesibles, con aceras adaptadas, pasos de peatones con rampas y el pavimento en condiciones», señala la gerente de La Llar, Ester Comellas. Y añade: «Las mejoras que se hagan en barreras arquitectónicas son en beneficio de toda la sociedad. No solo ganarán personas con movilidad reducida, sino también familias que llevan carritos o personas mayores. Debemos pensar que, para mucha gente, un escalón ya es una dificultad».

Inversión de 100.000 euros

Se necesitan medidas. El concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Berga, Guillem Canal, es consciente de ello y asegura que se está trabajando en ello. El nuevo plan de movilidad definirá aquellos puntos donde es más urgente actuar para garantizar una buena accesibilidad. «El plan identifica los puntos donde hay aceras estrechas y pasos de peatones no adaptados. Y a la hora de actuar priorizaremos los que conecten con equipamientos municipales», comenta Guillem Canal. Y confía en que este año ya se pueda hacer una actuación con una inversión de 100.000 euros: «La intención es destinar esta partida para mejorar la accesibilidad. Se debe incluir en el presupuesto 2025».

El apoyo de la Fundación La Llar

Anna Ariza comparte piso en Berga porque económicamente no puede permitirse vivir sola. Trabaja gracias al Centro de Trabajo Especial de la Fundación La Llar, que también le ofrece el Servicio de Acompañamiento a la Vida Independiente, que da apoyo a personas con diversidad funcional para facilitar la vida autónoma. Actualmente, La Llar acompaña a 35 personas del Berguedà. Por otro lado, la Fundación Tutelar del Berguedà vela por el patrimonio de Anna Ariza y para que esté protegida económicamente.

Suscríbete para seguir leyendo