Crisis hídrica

La sequía empeora en el Empordà: 22 nuevos municipios vuelven a la fase de emergencia

El Govern toma esta decisión para garantizar la campaña de riego en los alrededores del río Muga

La desalinizadora en la Costa Brava satisface a los alcaldes pero enfada a los ecologistas

Aspecto, del río Muga a su paso por Peralada.

Aspecto, del río Muga a su paso por Peralada. / DAVID BORRAT / EFE

Guillem Costa

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Hace semanas que la tendencia en los embalses es negativa. Como las desalinizadoras y regeneradoras siguen produciendo a todo gas, el descenso es más bien lento y sostenido. Pero, aun así, el panorama general preocupa. Una de las áreas geográficas que más está sufriendo la escasez de agua, además del Priorat, es el Empordà, donde el pantano Darnius-Boadella se sitúa al 17% y el acuífero Fluvià-Muga se encuentra también en una situación complicada.

Ante la falta de lluvias de los últimos días y para garantizar la campaña de riego de los agricultores de la zona, el Govern ha decretado la entrada en emergencia de 22 municipios del Alt Empordà, abastecidos precisamente por la masa de agua subterránea conectada a los ríos Fluvià y Muga.

Las localidades afectadas son Agullana, Capmany, Garriguella, La Jonquera, L’Armentera, Masarac, Mollet de Peralada, Palau-saverdera, Pau, Pedret i Marzà, Peralada, Sant Climent Sescebes, Sant Miquel de Fluvià, Sant Mori, Sant Pere Pescador, Torroella de Fluvià, Ventalló, Vilabertran, Viladamat, Vilajuïga, Vilamacolum y Espolla. Estos pueblos se suman a Figueres y otros 11 municipios de la misma comarca que ya llevan meses sin salir de esta fase de emergencia. También hay tres localidades de otras comarcas, Sant Feliu de Codines, Duesaigües y Riudecanyes, en las que está decretado el mismo semáforo rojo.

Sin multas

Los ayuntamientos que estén bajo el estado de emergencia del Plan Especial de Sequía no pueden consumir más de 200 litros por habitante y día. Cabe recordar que este gasto es municipal y no se refiere solo al consumo doméstico, muy inferior, sino que se incluyen los usos de actividades económicas. También se prohibirá el riego en áreas verdes y zonas deportivas, mientras que el riego agrícola se reducirá en un 80%.

Sin embargo, el Govern derogó el régimen sancionador. Por tanto, a la espera de que esta modificación obtenga luz verde parlamentaria la próxima semana, en principio no se abrirán expedientes sancionadores a los consistorios que excedan los topes. En estos momentos, decenas de municipios siguen gastando más agua de lo que les permite el Plan Especial de Sequía, pero el objetivo del Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica es acompañarles para que mejoren su eficiencia y logren satisfacer lo exigido.

El Govern trabaja para que cinco nuevos pozos cerca de Peralada estén operativos en marzo

Entre las diferentes obras que la conselleria ha acelerado para disponer de más agua, existe un plan para construir cinco pozos nuevos cerca de Peralada que deben servir para "mejorar las extracciones del acuífero" y hacer una mejor gestión del recurso. Está previsto que los pozos, que costarán más de cuatro millones de euros, estén listos a partir del mes de marzo. En la Costa Brava también se trabaja para instalar desalinizadoras móviles que en un futuro el Ejecutivo catalán ve necesario sustituir por una planta de desalinización fija.

Barcelona, en alerta

De momento, el sistema Ter Llobregat, que abastece a Barcelona y a la gran mayoría de los catalanes, continúa en fase de alerta. Pero el Govern –así lo defendió la consellera Sílvia Paneque días atrás– ya ha avisado de que, si esta primavera no llueve, las restricciones de agua pueden volver en aproximadamente dos meses, en marzo, en las comarcas que dependen de estos dos ríos.

A día de hoy, los embalses de las cuencas internas se sitúan al 32% de su capacidad. Este dato es positivo si se compara con el año anterior. En enero de 2024, la cantidad de agua almacenada apenas superaba el 16% y Catalunya se dirigía irremediablemente hacia la llamada 'fase de emergencia', que obligó a activar restricciones severas en el uso del agua. A día de hoy, los embalses doblan este 16% de 365 días atrás. Pero el escenario sí se asemeja al de 2022. En aquel año, se tuvo que decretar la fase de 'excepcionalidad' a finales de febrero, ante las previsiones de una primavera seca.

En las cuencas del Ebro, los embalses almacenan una cantidad de agua destacada que garantiza las campañas de riego del canal de Urgell y el Canal Segarra-Garrigues, algo que no estuvo asegurado dos años atrás. El pantano de Rialb, por ejemplo, está al 86% de su capacidad, cuando hace un año se encontraba al 27%.