Conmemoración

Año del Pueblo Gitano: "Queda algo de racismo y quien nos pone pegas para trabajar o alquilar un piso"

Un grupo de ourensanas de la etnia gitana de los 54 a los 16 años, se forman profesionalmente en un curso de estética de uñas promovido por la Fundación Secretariado Gitano

En este 2025 dedicada a ellos pues se conmemora los 600 años de su llegada a España, "aún hay mucha gente que no abrió la mente. Soy paya casada con un gitano y soy una más, afirma Paula

Vanessa Peña (dcha.), con un grupo de alumnas.

Vanessa Peña (dcha.), con un grupo de alumnas. / Iñaki Osorio

M.J.A.

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Cristina tiene 54 años, se casó a los 14 y ahora, con cuatro hijos mayores que le han dado ya cinco nietos, tiene más tiempo libre para ella y está haciendo un curso de estética de uñas "para aprender y porque no me importaría poder trabajar en esto". Es gitana y muy orgullosa de serlo. La acompañan en el curso además de su hija, Cristina, su nuera paya, Paula. "Mi nuera es una hija más para mí", asegura. Son el ejemplo de que, donde hay amor y respeto por las distintas culturas, el racismo se esfuma.

Son las gitanas y gitanos del siglo XXI, en un 2025 declarado por el Gobierno central Año del Pueblo Gitano, pues se cumplen los 600 años de su llegada a España. Un grupo de ourensanas de esta etnia realiza un curso de capacitación profesional en temas de estética, en el centro Vanessa Peña Beauty Lab de Samuel Eiján, dentro del Programa Calí para mujeres gitanas de la Fundación Secretariado Gitano de Ourense.

Esta fundación es la mano amiga que está detrás de todos estos programas de apoyo escolar, dirigidos a la mujer, así como empleo o vivienda, temas estos últimos con doble dificultad para esta etnia.

Vanessa Peña explica que este curso incluye "manicura normal, semipermanente, iniciación al acrílico y luego vendrá el diseño de mirada y el lifting de pestañas y laminado de cejas. Están emocionadas y me está resultando gratificante la experiencia, pues aprenden rápido y se les da muy bien", asegura la profesora.

"Nos encanta lo que estamos haciendo. Solo queremos trabajar y buscarnos un futuro, de hecho yo ya hice otro curso de cocina antes; pero aunque hay gente buena también hay aún racismo. Tenemos problemas para encontrar un empleo o alquilar un piso, cuando vamos a pagar como el que más", lamenta Dolores Montoya. Tiene 53 años y acude al curso con Nerea, una de sus tres hijos.

Una paya feliz entre gitanos

En Ourense ya no hay censo gitano como antaño, porque no son población inmigrante sino ourensanos y ourensanas nacidos aquí y de pleno derecho, "pero aún hay quien nos mira mal. En este Año Gitano pediría que se acabe ya el racismo", afirma Nerea.

Entre ellas hay alumnas como Vanessa Iris, una rumana que lleva 10 años viviendo en Ourense pero que se apunta también a cursos como este "para buscar otras salidas laborales", explica.

"Hay mucha gente que aún no abrió la mente. Yo soy paya, los conozco desde pequeña y mi marido es gitano. Soy una más, no te dejan nunca sola", sentencia su cuñada Cristina.

Críticas al Ágatha Ruiz de la Prada: "Le diría a esa señora que el dinero no da la categoría. Es una racista"

Noemí Fernández es otra de las alumnas de este curso de capacitación profesional, nacida como el resto en Ourense y que va a perfeccionar unas técnicas de uñas en las que ya trabaja. Al igual que toda su etnia, está muy dolida con las declaraciones de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada señalando que estaba viviendo "como una gitana", pues su casa está eventualmente desmantelada. "Yo le diría a la señora Ruiz de la Prada que el dinero no es el que da la categoría a una persona, sino la humildad y no ser una racista como ella", recrimina Noemí.

A su lado, Jezmin, de 27 años, símbolo de la nueva gitana que se da un tiempo para casarse y prefiere formarse «en un proyecto de estética que me hace mucha ilusión». También reconoce que siente ocasionalmente algún racismo, al entrar en una tienda "como te mira alguna dependienta, cuando vas a comprar como una vecina más". Advierte que en estos 600 años de presencia de la etnia gitana, "aunque crean que somos inferiores por tener menos formación universitaria, nadie puede hacer de menos nuestra capacidad intelectual", explica .

Aroa es otra de las benjaminas de este curso de las nuevas gitanas que miran al futuro ganas de tener una salida laboral. Tiene solo 16 años y también cree que "va a peor el racismo, incluso ya desde el colegio, pese a que nosotros tenemos lo que otros no: amor y respeto".

Finalmente, Reina, de 17 años, otra de las gitanas más jóvenes, confiesa que "me gustaría avanzar como mujer de la etnia gitana, por eso vine a este curso, pues parece que, a veces, por no tener estudios superiores no nos dan la oportunidad". Cree que hay que aprender a romper barreras y discriminación desde pequeños.

La mano tendida

Estela Fernández, coordinadora de Fundación Secretariado Gitano, y María supervisaban ayer a las alumnas, al frente de ese amplio equipo de esta oenegé en Ourense, que lucha para una sociedad de pleno derecho para los gitanos y gitanas, a los que ofrece un amplio abanico de programas.

Habrá proyectos específicos, explica, con motivo de estos 600 años de historia, con exposiciones y actos itinerantes en los colegios y otros colectivos. Pero el motor del cambio de esta fundación son las 16 personas, payos y gitanos trabajando en Ourense, en las áreas donde hay más desigualdades, como empleo, mujer, educación o derecho a la vivienda. El apoyo escolar que brindan empieza ya a edades tempranas, con clases de refuerzo y seguimiento en los colegios, y aunque la brecha educativa con el resto de la sociedad es grande, su arduo trabajo ve la recompensa, con gitanos y gitanas que llegan a la universidad

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