Estudio sobre biodiversidad
La escasez generalizada de conejos amenaza aves rapaces protegidas
Un trabajo liderado por la Universitat de Barcelona alerta de que la situación de este mamífero pone en riesgo a especies como el águila perdicera o el búho real
La superpoblación del animal en Lleida contrasta con su escasez en gran parte del territorio catalán
CONTEXTO | Los peligros de la agricultura intensiva para las aves y otros animales silvestres

Un ejemplar de conejo. / Tomisframes / Shutterstock


Guillem Costa
Guillem CostaEn algunas zonas agrícolas, se concentran destacadas poblaciones de conejo silvestre (Oryctolagus cuniculus) que a menudo dañan las cosechas de los agricultores. Pero a diferencia de lo que puede parecer, esta especie ibérica está en declive en la mayor parte de la Península. De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la cataloga oficialmente como 'amenazada'. Por tanto, la situación del conejo es paradójica: en algunas áreas es perseguido y en otras, escaso y requerido para garantizar el buen funcionamiento del ecosistema.
¿Pero por qué disminuye la abundancia de este lagomorfo? "El conejo necesita alimento disponible, a poder ser brotes de gramíneas, y escondites en los que refugiarse", cuenta Joan Real, biólogo equip de biología de la conservación de la Universitat de Barcelona-IRBIO, en conversación con EL PERIÓDICO. "Para él, lo ideal es el paisaje mosaico, con cultivos, márgenes y algunos árboles", añade. La especie,pese a que en catalán se denomina 'conill de bosc', evita los bosques densos.

Ejemplar de conejo. / El Periódico
El problema es que, en los últimos años, las arboledas jóvenes ha crecido, también en los parques naturales protegidos. Por lo tanto, los conejos, han retrocedido en las zonas mediterráneas, a priori ideales para ellos. Muchos hábitats de la cordillera Prelitoral, del Vallès o del Prepirineo son cada vez más forestales y complican la vida de los conejos.
En la sierra de Marina, por ejemplo, las superficies que se quemaron por un incendio, se han convertido en espacios abiertos idóneos para el conejo. Collserola, en cambio, repleta de árboles, es territorio comanche para este animal. "El conejo siempre se ha distribuido de forma desigual, por clapas, pero hay algunas áreas en las que ya se ha extinguido", afirma Real.
Presa estrella
El conejo es la presa favorita de la mayoría de los depredadores ibéricos: "Puede pesar más de un kilo y es fácil de capturar porque se alimenta en áreas abiertas y no vuela ni se sube a los árboles". Zorros, turones y todo tipo de aves rapaces cazan conejos, pero hay especies emblemáticas como el águila imperial ibérica y el lince ibérico que son auténticos especialistas en la captura de conejos.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universitat de Barcelona constata que la falta de conejos en determinadas zonas influye negativamente en el éxito reproductivo y la supervivencia del águila perdicera, una ave rapaz en alto riesgo de extinción.

Búho real / Agencias
Después de seguir con transmisores varios individuos, se ha demostrado que cuando las águilas encuentran poca abundancia de conejos, diversifican su dieta y se ven forzadas a escoger presas menos nutritivas como ardillas (difíciles de cazar), córvidos como la urraca o el arrendajo, palomas domésticas, palomas torcaces o lagartos.
¿Y cuáles son las consecuencias de abandonar la presa ideal y optar por estas alternativas? "Las águilas tienen menos polluelos y estos presentan una tasa de supervivencia menor", asegura Real. Además, la ingesta de palomas facilita la aparición de un parásito que puede llegar a causar la muerte de los individuos más jóvenes.
Exponerse a peligros
En otros casos, las águilas perdiceras se alejan de los nidos, en muchas ocasiones ubicados dentro de las fronteras de un parque natural, para explorar hábitats abiertos en los que sí habitan conejos. "El inconveniente es que los conejos están en zonas más antropizadas y las aves corren el riesgo de ser atropelladas, ahogarse en una balsa usada por los payeses o electrocutarse en un tendido eléctrico", advierte el investigador. Les sucede algo similar a los búhos reales del Vallès, para quienes la presa ideal también pese a que a menudo se alimentan de ratas.
Recuperar el conejo
Para recuperar el conejo en estas zonas de sierra tan forestales, es necesario restaurar hábitats abiertos y cultivos no intensivos, considera Real. Así, se evitaría la elevada mortalidad de búhos reales y águilas perdiceras cuando salen a cazar en áreas más degradadas.

Conejos comunes. / El Periódico
Las poblaciones de conejo quedaron diezmadas durante la segunda mitad de siglo XX, primero por la mixomatosis luego por el virus hemorrágico, dos enfermedades que aún afectan a la especie. "Ahora, el reto, es gestionar los hábitats para que el conejo vuelva y utilizar la ciencia para estudiar su ciclo de vida y así afrontar la excesiva población en algunos puntos de las comarcas de Lleida", zanja.
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