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El fiscal ve indicios de delito en un excargo de la Generalitat por las licencias a la cementera de Montcada

La acusación pública sostiene que Emili Dragone promovió autorizaciones contrarias a la normativa y "manifiestamente ilegales"

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Vecinos de Montcada acusan a la Generalitat ante el juez por trato de favor a la cementera

La cementera de Montcada i Reixac.

La cementera de Montcada i Reixac. / ZOWY VOETEN

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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El fiscal de Medio Ambiente Toni Pelegrín considera que "hay indicios" de que el exjefe de servicios de prevenció de la Dirección General de Qualitat Ambiental y Canvi Climatic, Emili Dragone Vives, podría ser inductor o cooperador necesario de un delito contra los recursos naturales por haber promovido licencias ambientales a la empresa que gestiona la cementera de Montcada i Reixac contraria a la normativa de actividades contaminantes y "manifiestamente ilegales", según el escrito al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Por esta razón, reclama al Juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona, que investiga el caso, que continúe el proceso contra este excargo de la Generalitat y se abra la posibilidad de enviarlo a juicio.

La fiscalía subraya en su escrito que Dragone era el responsable y garante de la "correcta tramitación" de los procedimientos relativos a la aprobación de las declaraciones de impacto ambiental (DIA) y al otorgamiento de las autorizaciones en esta materia en Catalunya, así como de sus modificaciones, teniendo "conocimientos técnicos, jurídicos y experiencia profesional suficiente en el desarrollo de esa función pública que le permitían saber en todo momento los pasos legales a seguir". A pesar de ello, tramitó en 2015 una autorización ambiental para la empresa que gestiona la instalación, Lafarge Cementos, que se amparaba en una anterior, del 2008, que había sido declarada judicialmente nula y que era "totalmente obsoleta".

Según el escrito del fiscal, la directora general de Qualitat Ambiental de la Generalitat en 2015 aseguró en su declaración que "se sorprendió mucho" cuando vio que se publicó la declaración de impacto ambiental del 2008, que había sido anulada judicialmente, cuando "ya estaban" en 2015. El responsable de que se hicieran así las cosas fue Dragone, indica. Como ejemplo, la acusación expone que antes de esa autorización medioambiental de 2015, este cargo desestimó "personalmente" las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Montcada i Reixac y la Agrupació de Veïns del Barri de Can Sant Joan de esta población en las que ponían de manifiesto que no se podía publicar una DIA "totalmente desfasada" y que no valoraba adecuadamente la actividad industrial y su repercusión sobre el entorno en ese momento.

Modificación de la actividad

Para el fiscal, cuando Dragone tuvo conocimiento de que la autorización ambiental de 2008 era nula, "lejos" de promover el inicio de un nuevo procedimiento administrativo que "era lo que sabía que procedía", la publicó "sin más" en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC) el 3 de agosto de 2015. Posteriormente, abrió un periodo de alegaciones, que fueron rechazadas "personalmente" por él. La Conselleria de Territori i Sostenibilitat otorgó esa autorización el 11 de noviembre de 2015.

Además, según el fiscal, en ese periodo de tiempo, la empresa había experimentado modificaciones en su actividad y se habían dictado leyes, reglamentos y disposiciones que no se tuvieron en cuenta. A su entender, la declaración de impacto ambiental "no se ajustaba a las normas ambientales" ya vigentes cuando se concedió la nueva licencia en 2015.

La acusación pública destaca que Dragone "también sabía" que en la autorización medioambiental del 2008 no se había evaluado "convenientemente" el estado de la contaminación atmosférica existente en esa época en la zona donde se encontraba la empresa cementera y "el impacto de las emisiones" que esa actividad implicaba en la calidad del aire en Montcada i Reixac y su área metropolitana "necesitada de constante control para la prevención y protección del ambiente atmosférico". Tampoco se analizaron, agrega, la posible contaminación sonora.