Gestión hídrica

La ACA contrata a más personal aún pendiente de la gestión de la sequía

La Agència Catalana de l'Aigua todavía debe hacer frente a obras y asignar subvenciones para reparar fugas

Los últimos cambios en los mandos han apaciguado el ánimo de un sector de trabajadores que vivía con tensión después de que la crisis hídrica los situara en el foco mediático

El Govern mantiene las desalinizadoras produciendo al 100% pese a las lluvias de los últimos meses

La riera de Canyet de Badalona, donde desde hace años se ha localizado una fuga de agua potable

La riera de Canyet de Badalona, donde desde hace años se ha localizado una fuga de agua potable / ZOWY VOETEN

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La ACA (Agència Catalana de l'Aigua) tiene en marcha en estos momentos dos procesos de contratación fija. En total, se busca personal para 40 plazas y no se descarta fichar aún a más empleados. La idea del plan es responder con diligencia a los trámites del día a día, que han aumentado en los últimos tres años, y cubrir las próximas jubilaciones, algo que no sucedía en los últimos años, tras la última gran crisis económica, per

A día de hoy, con varias tareas de la gestión de la sequía pendientes, la plantilla de la ACA es de 578 trabajadores. A finales de 2023, eran 558. Y un año antes, 559. En la última década, se había logrado frenar la pérdida de empleados, pero la agencia no crecía. Ahora, en cambio, se ha optado por abrir estas 40 plazas no solo con la intención de sustituir futuras jubilaciones, sino también para garantizar una correcta operativa ante la crisis hídrica, que a ojos de los técnicos de la ACA y de los dirigentes del Govern, todavía continúa.

De las futuras potabilizadoras públicas se encargará ATL (el ente de agua público Ter Llobregat), pero el resto de obras en infraestructuras hídricas las lidera la ACA. Lo mismo sucede con el seguimiento de los trabajos para reparar fugas, que deben arrancar de forma generalizada en la mayoría de ayuntamientos de Catalunya.

Fuera del foco

La entrada de Salvador Illa a la Generalitat, como era de esperar después de la discutida gestión de la sequía por parte del anterior Ejecutivo, supuso cambios en la ACA. La consellera Sílvia Paneque creó la dirección general de Transició Hídrica, con Concha Zorrilla a la cabeza, para que la relación entre el Departament y la agencia fuese más fluida y orgánica. Al frente de la ACA, se apostó por Josep Lluís Armenter, que se encargaba de pilotar el plan de sequía de la compañía Aigües de Barcelona.

Una de las primeras decisiones del Govern, al menos para los primeros meses, fue apartar a estos dos dirigentes del foco mediático y dejar que se pusieran manos a la obra con todo el trabajo que tenían por delante. De hecho, durante los últimos meses, tanto Zorrilla como Armenter apenas han concedido entrevistas a medios de comunicación. Durante la anterior legislatura, en cambio, el entonces director, Samuel Reyes, fue una de las principales caras visibles de la gestión de la sequía.

Esta especie de remodelación, explican fuentes de la ACA a EL PERIÓDICO, la han agradecido muchos de los empleados o responsables de posiciones clave, que durante los dos últimos años habían sentido la espada de Damocles encima continuamente.

Suscríbete para seguir leyendo