Luz solar

Los días empiezan a crecer: más horas de luz y menos de oscuridad

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Amanecer rojo en Barcelona

Amanecer rojo en Barcelona / ALFONS PUERTAS

Alexandra Costa

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Desde el pasado mes de junio, los días en España han ido acortándose gradualmente, reduciendo las horas de luz solar. Este fenómeno, consecuencia de la inclinación del eje terrestre y su movimiento alrededor del Sol, ha llegado a su punto culminante en diciembre. Sin embargo, este mes marca también el inicio de un nuevo ciclo: los días comienzan a alargarse, ofreciendo más horas de luz y menos de oscuridad.

El ciclo de la luz solar

La duración de los días y las noches está íntimamente ligada a la posición de cada territorio con respecto al Sol. Este factor, a su vez, se basa en el eje de rotación de la Tierra. Nuestro planeta se inclina sobre su eje mientras se desplaza alrededor del Sol, creando diferentes estaciones y variaciones en la cantidad de luz que recibimos.

La paradoja del invierno

Una de las paradojas de la naturaleza es que, en invierno, cuando estamos más cerca del Sol, recibimos su luz de manera más "diagonal" debido a la inclinación de la Tierra. En contraste, en verano, cuando nuestro planeta está más alejado del Sol, los rayos solares inciden de forma más directa. Esta diferencia en la incidencia de la luz solar es la principal razón de las variaciones de temperatura entre estaciones.

Diciembre: el punto de inflexión

Aunque España es conocida por sus muchas horas de sol, incluso en invierno, la diferencia entre la duración de los días varía considerablemente a lo largo del año. Diciembre marca un punto de inflexión: es el mes en el que los días comienzan a alargarse, aunque al principio la diferencia sea mínima. Este cambio, aunque sutil, representa un paso hacia la llegada de más luz y un cambio en la percepción del tiempo.

El 20 de diciembre: el día más corto

El día con menos horas de luz del año es el 20 de diciembre. A partir de esta fecha, la tendencia se invierte y los días comenzarán a ganar minutos de luz. Este fenómeno, aunque pueda parecer insignificante a simple vista, marca el inicio de un proceso que culminará con el día más largo del año, en junio de 2025.

El 21 de diciembre: el inicio del alargamiento

El 21 de diciembre, justo después del día más corto, los días comienzan a alargarse. Aunque este cambio pueda ser imperceptible al principio, con el paso de las semanas se hará cada vez más evidente. Los días irán ganando minutos de luz, permitiendo disfrutar de mañanas más luminosas y tardes más largas.

La llegada del solsticio de invierno

Este alargamiento de los días está íntimamente ligado al solsticio de invierno, que en España fue el 21 de diciembre a las 10:21 horas. Este fenómeno astronómico marca el inicio de la estación más fría del año, pero también el comienzo de un nuevo ciclo de luz solar. A partir de este momento, la Tierra comenzará a recibir cada vez más luz, lo que se traducirá en días más largos y menos horas de oscuridad.

El camino hacia el solsticio de verano

Después del solsticio de invierno, los días irán alargándose gradualmente hasta llegar al solsticio de verano, que se producirá el 20 de junio de 2025. Este día marcará el punto de inflexión opuesto: el día más largo del año y el comienzo de la progresiva reducción de la luz solar hasta la llegada del siguiente solsticio de invierno.

El impacto en la vida cotidiana

El alargamiento de los días tiene un impacto significativo en nuestra vida cotidiana. Más horas de luz pueden mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestra productividad y permitirnos disfrutar de más tiempo al aire libre. Además, el aumento de la luz solar también puede influir positivamente en la producción de vitamina D en nuestro cuerpo.

Un ciclo constante y natural

El ciclo de la luz solar es un fenómeno natural y constante que influye en la vida de todos los seres vivos. La variación en la duración de los días nos recuerda la dinámica del planeta Tierra y su constante movimiento alrededor del Sol. Este ciclo, aunque a veces pueda pasar desapercibido, es fundamental para el equilibrio de nuestro ecosistema y nuestra propia existencia.

Un motivo para celebrar

El alargamiento de los días, aunque al principio sea gradual e imperceptible, es un motivo para celebrar. Marca el final de los días más cortos y oscuros del año, y el comienzo de un nuevo ciclo de luz y esperanza. A medida que los días se alargan, podemos disfrutar de la promesa de mañanas más luminosas, tardes más largas y la llegada del buen tiempo.

En conclusión, el inicio del alargamiento de los días después del solsticio de invierno es una noticia positiva que nos recuerda el poder de la naturaleza y su influencia en nuestra vida. Este ciclo, constante y predecible, nos permite conectar con los ritmos del planeta y nos ofrece una perspectiva sobre el tiempo y la luz. Aunque el cambio pueda parecer pequeño al principio, con el paso de las semanas notaremos cómo los días se alargan y la luz se hace cada vez más presente en nuestras vidas, trayendo consigo la promesa de una nueva temporada.