Medio ambiente

Catalunya intensifica las inspecciones por vertidos de purines irregulares

El Govern ha aprobado una nueva fórmula más exigente para gestionar las deyecciones ganaderas

Más de la mitad de las fuentes, contaminadas por las granjas, dejan de manar en Osona

Concentración ante una planta de Alcarràs.

Concentración ante una planta de Alcarràs. / ROGER SEGURA

Guillem Costa

Guillem Costa

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El problema de los vertidos irregulares de purines (las deyecciones ganaderas), sobre todo procedentes de granjas de cerdos, es la principal causa de contaminación difusa en Catalunya. Desde este 2025, se impulsan medidas para garantizar una gestión más sostenible y eficiente. El Departament d'Agricultura ha creado una comisión para analizar la situación de las plantas de gestión de purines.

Según explican fuentes de los Agents Rurals a EL PERIÓDICO, Catalunya ha intensificado las inspecciones y está revisando las actuaciones de más granjas. "Trabajamos con el plan de inspecciones anuales, cada vez más amplios, y con los patrullajes habituales en los que a veces detectamos vertidos cerca de un campo", cuenta Francesc Coll, subinspector del cuerpo, en declaraciones a este diario.

Más del 70% del agua subterránea gestionada por la Generalitat está en mal estado porque la cantidad de purines supera la capacidad de absorción de los cultivos

Estas deyecciones líquidas y sólidas, que se generan principalmente en instalaciones de cría intensiva, pueden suponer un problema para los campos. Los residuos contienen nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, que son útiles como fertilizantes pero que al mismo tiempo, en exceso, contaminan los acuíferos. A día de hoy, más del 70% de las masas de agua subterránea gestionadas por la Generalitat están en mal estado, ya que cantidad de estos purines supera la capacidad de absorción de los cultivos en muchas zonas.

Foco sobre el transporte

En Catalunya, las zonas más vulnerables se sitúan en las comarcas de Lleida y la Catalunya central. Uno de los puntos de preocupación es el transporte de los purines. Coll detalla que los rurales han puesto el foco sobre este problema. Muchas empresas trasladan los purines hasta lugares de tratamiento o campos lejos de las granjas en las que se producen. "El problema es que algunas de ellas no utilizan los GPS obligatorios", advierte el subinspector.

Los ganaderos de Alcarràs y Les Masies de Voltregà deberán presentar en breve un plan de gestión de los purines

La Generalitat está estudiando crear un nuevo centro de gestión en Les Masies de Voltregà. Agricultura ha aceptado utilizar una vía alternativa para tratar los purines este año. La conselleria ha analizado la situación y ha llevado a cabo un estudio para trabajar nuevas propuestas que permitan continuar con la "actividad ganadera" pese a que en los últimos meses se han cerrado algunas plantas de gestión. Una posibilidad sobre la mesa es la de utilizar la planta existente en Alcarràs (Segrià), donde la Generalitat informa que hay suficiente espacio para tratar más purines.

Además, se ha identificado una balsa con capacidad para 4.500 metros cúbicos que puede servir "como pulmón" en caso de urgencia. Durante las próximas semanas, los ganaderos de Alcarràs y Les Masies de Voltregà tendrán que presentar un plan de gestión de deyecciones que deberán hacer público.

Caso flagrante

El objetivo del Departament es evitar casos como el de una empresa de Osona que abocaba más purines de los permitidos en los campos, precisamente en Les Masies de Voltregà, uno de los puntos críticos. La Fiscalía de Medio Ambiente, en una investigación pionera, prohibió a la granja verter más purines, puesto que tras unas pesquisas lideradas por los rurales, acreditó que se habían realizado vertidos irregulares.

El fiscal ordenó a los rurales recoger muestras en cinco parcelas durante un año y se comprobó que los niveles de nitrógeno y fósforo estaban muy por encima de los límites permitidos. Con la excusa de fertilizar los campos, la empresa se deshacía de los residuos de las deyecciones porcinas.

Los agentes rurales, con el aumento de las inspecciones, se proponen detectar más casos irregulares para dar pasos adelante en la erradicación de este problema que amenaza de muerte los acuíferos catalanes, unos recursos que en plena sequía se ha demostrado que son clave para disponer de reservas extra de agua potable.

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