Políticas de sostenibilidad
ATL, la empresa pública de las desalinizadoras, invertirá en gestión forestal para compensar sus emisiones
La compañía comprará créditos climáticos que servirán para disponer de más agua en acuíferos y embalses a través de la tala puntual de árboles en el valle de Lord (Solsonès)
Catalunya lanzará una nueva línea de préstamos para proyectos de descarbonización y adaptación al cambio climático
CONTEXTO | ¿Qué es un crédito climático?

Gestión forestal en Collserola. / RICARD CUGAT


Guillem Costa
Guillem CostaPeriodista
La empresa pública encargada de gestionar las desalinizadoras catalanas comprará 107 créditos climáticos de forma voluntaria. La inversión de ATL (el ente de abastecimiento de agua Ter Llobregat), de 439.000 euros, servirá para financiar un proyecto de gestión forestal en el valle de Lord (Solsonès). En concreto, se retirarán algunos árboles de la zona para potenciar la biodiversidad del bosque y a la vez provocar que llegue más agua a los embalses y los acuíferos. "Se trata de compensar las emisiones de ATL a través de un proyecto propio y que genera consenso en el territorio", explica Sílvia Paneque, consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, en conversación con EL PERIÓDICO.
"Las condiciones de los bosques han cambiado mucho en los últimos años y necesitamos que estén adaptados al cambio climático"
El elevado consumo energético de las desalinizadoras ha sido siempre uno de los argumentos en contra de este método para potabilizar agua. A día de hoy, pese a que se trabaja en ello, estas plantas aún están lejos de cubrir su gasto eléctrico con energía renovable. Para contrarrestar este problema, ATL adquiere estos créditos climáticos, que son una herramienta para que las compañías que contaminan puedan contribuir a la mitigación de la emergencia climática.

Tània Giró, ingeniera forestal, del Departament d'Acció Climàtica y Maria González, investigadora del CTFC. / El Periódico
La singularidad de la acción prevista en el valle de Lord es la combinación de tres aspectos: el agua, el carbono y la biodiversidad. "El exceso de masa forestal en lugares concretos absorbe gran parte de las lluvias", detalla la consellera. "A través de una gestión forestal quirúrgica se puede lograr que el ciclo del agua sea más eficiente y que no permanezca tanta agua en el suelo", añade. El objetivo es potenciar el "agua azul", un concepto que se refiere al agua que cae y acaba en los arroyos, ríos y acuíferos, en lugar de quedarse en los bosques.
La tala puntual de árboles busca potenciar el agua azul; la que cae y acaba en ríos y acuíferos, en lugar de quedarse en el bosque
Pero los trabajos, además de ir enfocados a disponer de más agua, también están pensados para mejorar el hábitat forestal. Se favorecerá el máximo número de especies que mantienen las funciones ecológicas de las arboledas y la captación de carbono. "Las condiciones de los bosques han cambiado mucho en los últimos años y necesitamos que estén adaptados al cambio climático y que prevengan los incendios forestales de sexta generación", sostiene Paneque, que también subraya la importancia de "la gestión del paisaje".
Este 2025, las empresas de más de 250 empleados o más de 20 millones de beneficios están obligadas a comprar créditos climáticos
El proyecto cuenta con el beneplácito de varias entidades y de los ayuntamientos de la zona (La Coma i la Pedra, Guixers i Sant Llorenç de Morunys).
Empresas privadas
A partir de este 2025, las empresas de más de 250 empleados o que cuenten con más de 20 millones de euros de beneficios están obligadas a llevar a cabo medidas sociales o ambientales. Y aquí es donde entra el sistema de créditos climáticos o los mercados de carbono, un modelo no exento de polémica, puesto que algunas compañías han sido acusadas de utilizarlo para hacer 'greenwashing'. El sector público, a lo largo de este nuevo año, aún no estará incluido en la normativa. Es decir, ATL no tiene la obligación de comprar créditos climáticos.
Sin embargo, la intención de la conselleria a la hora de hacerlo de forma voluntaria y apostar por un proyecto de proximidad es dar ejemplo para que otras empresas privadas caminen en la misma dirección. La intención es que compañías puedan comprar créditos climáticos verificados por la Generalitat y que estos se dediquen a proyectos ejecutados por entidades catalanas, sin tener que invertir este dinero en lugares lejanos como por ejemplo la Amazonia.
Paneque asegura que el Govern también está estudiando la posibilidad de comprar más créditos climáticos correspondientes a otros proyectos semejantes. "Tenemos que promover que estas inyecciones económicas reviertan positivamente en nuestro entorno", considera.
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