Entrevista

Miquel Àngel Alegre, sociólogo: "No puede ser que los recursos que reciben las escuelas por su complejidad dependan de ayudas volátiles"

Responsable de proyectos de la Fundació Bofill, propone cambiar la financiación de los centros, ahora basado en su tamaño, por una "fórmula de equidad" que se ajuste a las necesidades de cada colegio

La sexta hora de la escuela concertada implica siete semanas más de clase cada año respecto a la pública

"Las extraescolares deberían ser hobis, no una forma de suplir, pagando, lo que no ofrece la escuela"

Miquel Àngel Alegre, sociólogo de la educación y jefe de proyectos de la Fundació Bofill.

Miquel Àngel Alegre, sociólogo de la educación y jefe de proyectos de la Fundació Bofill. / FERRAN NADEU

Helena López

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Crítico con la rigidez del sistema de financiación de la escuela catalana, basado básicamente en su tamaño, el sociólogo de la educación Miquel Àngel Alegre problematiza que el dinero que los centros reciben en función de su complejidad sea en forma de 'bolets'. "Un ‘bolet’ que es un Plan de Mejora de Oportunidades Educativas (PMOE), un ‘bolet’ que es una ‘mochila escolar’ [dinero que reciben las escuelas concertadas por cada niño con necesidades socioeconómicas que se escolarizan en el centro en el marco del pacto contra la segregación escolar]... Ayudas con las que, "en la medida en la que no se incorporan a la estructura de la financiación", "los centros se relacionan desde la precariedad y la incertidumbre", reflexiona el responsable de proyectos de la Fundació Bofill.

¿Le ha sorprendido lo que ha pasado con el PMOE?

No. La manera de entender el PMOE estará siempre sujeta a estas dificultades. Una de sus limitaciones es que no forma parte de la estructura de financiación ordinaria de los centros; por tanto, estará siempre ligado a problemas de presupuestos, a cuestiones de implementación… Y eso implica que los centros deban justificar cada año para qué quieren el dinero, cómo lo utilizarán... Hay toda una parte de justificación que tiene que ver con la propia idea de ayuda o subvención que carga a los centros con más burocracia y papeleo. La misma concepción del PMOE tiene estos riesgos, que ahora se manifiestan en que no llega el dinero y que las partidas son inferiores, y otro año será que los intereses partidistas van hacia otra dimensión y dejará de ser prioritario. 

La composición social de las escuelas es estable, exigirles una justificación burocrática anual de en qué gastarán el dinero no tiene sentido

Que la escuela tenga que justificarse choca...

Debe hacerlo porque es una concepción de 'ayuda' que se canaliza vía subvención. No es una cuestión estructural. Son recursos extraordinarios que no llegan por vía ordinaria, sino por la de la subvención, y eso tiene sus riesgos. Uno es la insostenibilidad del recurso. Es volátil. Las escuelas no pueden planificar ni prever los recursos que tendrán a dos o tres años vista, que es lo que permite consolidar un proyecto educativo. Además, las composiciones sociales de las escuelas y sus necesidades no son tan variables año tras año. Eso no quiere decir que este sistema no pudiera llegar a funcionar si realmente se dota de una estabilidad a cinco años vista; si se estipulan unas estructuras y unos criterios de asignación de los recursos estable. No digo que no haga falta justificar nada, pero una justificación burocrática anual no tiene sentido. 

¿Vuestra propuesta es que los centros reciban más o menos recursos de forma estructural en función de su complejidad?

Ahora mismo, como asignación ordinaria de recursos, se dota a los centros en función de cómo de grandes o pequeños son. Tanto en asignaciones docentes como en recursos para hacer actividades. Eso es lo que es estable y los centros pueden prever. Una vez repartido eso, hay un 'cajoncito' de centros catalogados como "de máxima complejidad". No hay una gradación de más o menos complejidad, sino un 'cajoncito' en el que entras o no entras, y, si entras, te dotan de más docentes en función de la disponibilidad presupuestaria. A la práctica suponen medio profesor por grupo, aproximadamente. Y después hay algún programa complementario, como el PMOE, al que se pueden acoger estos centros. Pero tanto, la dotación extra de docentes para un 'cajoncito' como el PMOE son un además. Nuestra propuesta es que todo eso forme parte de la estructura de la financiación de los centros para evitar esos pluses sujetos a las voluntades políticas. Hay un dato: con el modelo actual, solo el 5% del profesorado está distribuido en función de la complejidad de los centros. El resto es asignación ordinaria en función de cuántos alumnos se tienen.  

Además de la composición social, hay que tener en cuenta el número de alumnado en las franjas bajas en las pruebas de competencias o el alumnado repetidor

¿Han presentado esa propuesta al Departament?

Sí. Al nuevo Govern aún no, pero se lo presentamos a la conselleria anterior y la actual cuando estaba en la oposición. A nivel de discurso, todo el mundo lo compra. Después está la cuestión más o menos técnica.

¿Qué quiere decir?

Me refiero a cómo calculamos las necesidades. 

¿Cuál es su propuesta?

Usar en la fórmula los niveles de complejidad, pero no solo. Porque, al final, los niveles de complejidad son categorías, y estás en el 'cajoncito' o no estás en el 'cajoncito'. Si estás cerca de pasar de una categoría a otra pero aún no entras, no te toca ningún recurso. Hay que mirar también el número de alumnado que se encuentra en las franjas bajas en las pruebas de competencias, el grueso de repetidores… Una serie de factores que hacen que la medida de tu necesidad sea más gradual, y en función de esta gradación más fina, asignar los recursos.

¿En un sistema de financiación por fórmula, entonces, desaparecerían 'ayudas extra' como el PMOE?

Son preguntas que hay que hacerse, aunque la idea sería que acabaran integradas en la propia financiación. Pero tenemos que ser muy cautelosos. Hasta que no lleguemos ahí, tengamos un buen PMOE.

¿La medida afectaría a las escuelas menos complejas? ¿Recibirían menos dinero?

Dibujamos distintos escenarios. Uno es aplicar la fórmula sin aumentar el presupuesto, que claramente quiere decir que lo que antes tenían unos ahora lo tendrán otros que lo necesitan más. Pero trabajamos con otro escenario, aumentando un poco el presupuesto, de manera que nadie pierda. Y aquí entran también las escuelas concertadas. En un contexto en el que nadie pierde y se sobredotan los centros que más lo necesitan, ¿qué pasaría? Hicimos el cálculo y salió que representaba un presupuesto que no llegaba al 10% del del departament. No es ninguna locura aplicar la financiación por fórmula haciendo que nadie perdiera. 

¿Eso ayudará a reducir la segregación?

Hace falta distinguir entre una política de lucha contra la segregación con lo que es una política de discriminación positiva en la financiación, que es lo que es la financiación por fórmula. Con una política de financiación por fórmula de equidad no revertirás la segregación. Se han hecho estudios internacionales que apuntan a que lo que consigue la financiación por fórmula es equiparar las condiciones, no acabar con la segregación.

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