Educación e inclusión
¿Cómo se celebra la Navidad en las escuelas de Europa? De prohibir los elementos religiosos a multar las "fiestas de invierno"
Catalunya empieza a revisar cómo celebrar las fiestas navideñas en aulas cada vez más diversas, un debate nada nuevo en países de nuestro entorno
Francia prohíbe todo elemento religioso, mientras que Italia se propone sancionar a los centros educativos que cambien la Navidad por las llamadas "fiestas de invierno"
Más tió y menos belén: la escuela catalana debate cómo celebrar la Navidad en aulas cada vez más diversas

La escuela británica contemporiza tradición y diversidad. / Tolga Akmen / EFE
"Pastorets o barbàrie" fue la pintada que días atrás apareció en una escuela de Berga como crítica a la supresión de la tradicional función. La segunda parte del escrito –"el multiculturalismo es fascismo"– dejaba claro el pulso reaccionario de la protesta, pero también ponía el foco a un debate creciente –¿cómo celebrar la Navidad en unas clases cada vez más diversas?– que en Europa hace tiempo que empezó y que no cuenta con soluciones concluyentes.
Desde la prohibición en Francia de todo elemento religioso más fruto de su tradición laica que de su voluntad de integración hasta la voluntad de Giorgia Meloni, en Italia, de sancionar a las escuelas que cambien la Navidad por las llamadas "fiestas de invierno", explicamos cómo abordan el tema los principales países europeos.
Francia mantiene unas estrictas normas sobre la laicidad en las aulas, y la Navidad no es una excepción. De esta manera, si una escuela pública francesa quiere celebrar estas fiestas debe asegurarse de que "no haya ningún símbolo, emblema o reconocimiento religioso”, tal como detalla la normativa educativa francesa.
En el marco del festejo, los alumnos y profesores podrán instalar un árbol de Navidad, hablar sobre los regalos y las fiestas en familia, elaborar postales, cantar canciones o escribir la carta a Papá Noel. Sin embargo, en todas esas actividades no puede existir ningún signo religioso, como montar el Belén o cantar villancicos que hagan referencia al niño Jesús, la Sagrada Familia o a los ángeles. Tampoco se puede aprovechar la fiesta para hacer divulgación sobre la religión. Aun así, los profesores sí pueden explicar a sus alumnos el origen de la Navidad.
Toda esta normativa detallada en el artículo 28 de la Constitución francesa tiene como objetivo garantizar la neutralidad de los edificios públicos respecto a cualquier religión. Precisamente, en los últimos años, el debate de la laicidad en las aulas ha generado importantes polémicas, en especial tras el endurecimiento de las normas contra la vestimenta y símbolos religiosos. En septiembre de 2023, el Ministerio de Educación prohibió acceder a los colegios con abaya, la túnica femenina tradicional musulmana que cubre desde los hombros hasta los pies. Años antes, el Gobierno ya había prohibido el hiyab (velo) o la kipá (pequeño gorro judío).
Desde hace meses las autoridades francesas estudian la posibilidad de instaurar el uniforme en las escuelas públicas para erradicar los constantes problemas que tienen profesores y supervisores para controlar a los alumnos que se niegan a seguir las normas por seguir modas o por motivos religiosos.
La forma de celebrar la Navidad en los colegios es objeto de debate en el Reino Unido desde hace años. Algunas asociaciones de padres han criticado las adaptaciones que las escuelas de sus hijos han hecho de las representaciones navideñas para tratar de hacerlas más inclusivas, retirando el lado religioso y centrando las celebraciones en la parte social y familiar. Entre estas adaptaciones está la introducción de personajes como astronautas, futbolistas o incluso de Elvis Presley en las obras de teatro y en los conciertos de Navidad. Este tipo de controversias, sin embargo, son puntuales y no suponen un problema generalizado en el país.
No existe una normativa o legislación que obligue a los colegios a mantener el lado religioso de estas celebraciones, pero sí está permitido que los hijos no asistan. Lo más habitual es que los centros educativos organicen actividades especiales para celebrar las festividades religiosas de su alumnado, más allá de la Navidad, especialmente en las zonas con mayor multiculturalidad –entre ellas Londres–. Celebraciones como el Diwali hindú, el Janucá judío o la fiesta del fin del ayuno en Ramadán se han integrado en muchos colegios para respetar la libertad religiosa de los alumnos y para reforzar los lazos entre ellos.
En Italia, la propuesta de adaptar la Navidad en los colegios a otras culturas es, desde hace muchos años, un tema que genera encendidas polémicas. Sin embargo, con la llegada del Gobierno de extrema derecha liderado por Giorgia Meloni, los espacios de debate se han restringido aún más.
Tanto es así que, actualmente, el Parlamento italiano está estudiando una propuesta presentada por algunos parlamentarios de la Liga y Hermanos de Italia (el partido de Meloni) que, en uno de sus puntos más destacados, establece sanciones para las instituciones escolares o universitariasque no celebren la Navidad de manera tradicional, es decir, en sintonía con las tradiciones de la fe católica.
La propuesta incluso contempla la prohibición de referirse a la Navidad con otros nombres, como "fiesta de invierno", ya que, según la mayoría gubernamental, esto contravendría las creencias de la población predominante en Italia.
En Alemania, con 83 millones de habitantes, la palabra 'Weihnachten' –Navidad– es omnipresente en estos días, tanto en la escuela pública o privada como en la actividad pública. Y eso que el porcentaje de cristianos, entre católicos y evangélicos, se sitúa en un 45 % de la población, superado por escaso margen por el de quienes se declaran aconfesionales, con un 46 %. El colectivo de musulmanes se sitúa en un 7 % y el tercer gran grupo, los judíos, por debajo del 1 %.
El llamado 'espíritu navideño' se vive más como tradición que por su carácter religioso. En las escuelas los niños amasan y hornean sus galletitas navideñas, cantan sus 'weihnachtslieder' o villancicos, adornan sus abetos y cuelgan en casa sus estrellas doradas en el balcón sin relacionarlo necesariamente con una religión concreta, sino con una época del año que culmina con sus vacaciones escolares. La tradición de los belenes, cuyas figuritas sí tienen una significación religiosa, no está tan extendida como en España, salvo en regiones mayoritariamente católicas, como Baviera. Y los 'weihnachtsmärkte', o mercadillos navideños, con un total de 3.500 en todo el país, son frecuentados por personas de cualquier confesión o aconfesionales.
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