Medio ambiente

Catalunya libera 50 nuevos ejemplares de esturión en el Ebro: "Es un proyecto a medio plazo"

El esturión vuelve a nadar por el Ebro medio siglo después de su extinción

Liberación de esturiones en el río Ebro, este miércoles.

Liberación de esturiones en el río Ebro, este miércoles. / ACN

Guillem Costa

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Después de desaparecer del Ebro, 44 ejemplares de esturión (Acipenser sturio) volvieron a nadar por las aguas este río el año pasado. Este miércoles, 12 meses después, se han vuelto a liberar 50 nuevos individuos. Se trata de una prueba piloto que tiene como objetivo reforzar esta pequeña población para empezar a recuperar la especie, que se dio por extinguida 50 años atrás.

De hecho, los esturiones europeos han sufrido un declive asombroso durante las últimas décadas. Tras años de sobrepesca y destrucción de hábitats, solo resistieron las poblaciones de los ríos Garona y Dordoña, en Francia. Sin embargo, quedaron borrados de los ríos mediterráneos.

Ahora un proyecto europeo llevado a cabo por el CERM (Centre d'Estudis dels Rius Mediterranis) de la Universitat de Vic y que tiene el apoyo de la Generalitat, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Gobierno francés pone los esfuerzos en reintroducir los esturiones.

"Los ejemplares los aporta Francia desde su centro de cría en cautividad", explica Marc Ordeix, investigador del CERM. Se han liberado con un chip, una marca y un emisor que permitirá estudiar sus movimientos inmediatos. En 2023, una tercera parte de los animales liberados permanecieron en el estuario del Ebro hasta finales de enero. Los demás abandonaron el río inmediatamente para llegar al mar. Ahora habrá que ver qué ocurre con los cincuenta esturiones que nadan en el estuario del Ebro desde este miércoles.

Regresar para críar

"El año pasado se demostró que las condiciones del Ebro son óptimas, puesto que los esturiones disponieron de alimento, no fueron depredados por los siluros y gozaron de una calidad ecológica favorable", precisa Ordeix. El reto es que dentro de varios años estos peces que acabarán en el mar regresen al Ebro para criar.

"Se trata de una prueba piloto a medio plazo –expone Ordeix–. Para que esto ocurra deberemos liberar más individuos y, si puede ser, más jóvenes". El problema es que los centros de cría no están teniendo un éxito aplastante y hay otros programas similares en Francia, Alemania y Países Bajos. Por lo tanto, no hay suficientes esturiones reproducidos en cautividad como para realizar sueltas masivas.

"Es un proyecto muy interesante, se trata de poner en el ecosistema una pieza que faltaba y que es clave para su funcionamiento", asegura Jordi Sargatal, secretario general de Transició Ecològica. Sargatal destaca que esta reintroducción no genera antipatías por parte de ningún sector y que puede ser muy positiva para el hábitat fluvial, puesto que los esturiones facilitan el ciclo de vida de la náyade auriculada (Margaritifera auricularia), uno de los moluscos más escasos de la península. El esturión y el pez fraile son las únicas especies que actúan como huésped para las larvas de las náyades, que se instalan en sus branquias.

El viaje del esturión por el Ebro acaba de empezar, pero los investigadores confían en promover nuevas liberaciones durante los próximos años hasta lograr que esta especie extinta críe de nuevo en los ríos mediterráneos.